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»—❁—«

—Si sigues mirándome así, me harás desaparecer, FanFan. –rió el menor, al momento en que notó la mirada de su marido fija en él; se habían quedado dormidos alrededor de una hora, abrazados, y de momento, su dolor estaba bajo control, debido a que aún sentía la esencia de su marido muy dentro suyo.

—Lo siento... –susurró, únicamente en respuesta, besándole en la frente, y para aclarar la confusión en el hermoso rostro de su omega, añadió, también en un susurro:– He sido un completo imbécil contigo, Taozi... Y lo lamento demasiado.

»—Siento que estoy fallando en todo, o que al menos, lo hago en aquello que realmente es importante; estoy tan cansado, Taozi... –admitió, quebrándose frente a la única persona que le conocía a la perfección, frente a la única persona con quién se atrevía a mostrarse débil respecto a algo.

—Shh... No, YiFannie. –susurró con amor, alzándose sobre sus codos, antes de besar castamente los labios contrarios, y acariciarle una de las mejillas con su mano.– Eres un líder maravilloso, y la manada está muy orgullosa de ello, yo lo sé. –añadió, su sinceridad desbordando cada palabra; él hablaba con los sirvientes de la casa, y a diferencia de su suegra, él los trataba como a iguales, o al menos, como personas, más que como esclavos, y le encantaba escuchar lo felices que estaban con el líder Kris.

—¿Entonces por qué no me siento así? –cuestionó pesadamente, cubriendo sus ojos con el antebrazo, uno que su esposo se encargó de retirar suavemente, antes de repartir besos por todo su rostro.– ¿Por qué no estás odiándome?, ¿por qué me permites tenerte de esta manera?; sé que me comporte del asco este último tiempo, y no hablo de estos dos meses que pasaron, sino desde antes.

»—Si fuera un buen líder, hubiera solucionado los problemas antes, para estar más tiempo aquí con ustedes; me estoy perdiendo horas valiosas en la vida de Sophia, y estoy dejándote solo... Tan malditamente solo. –gruñó, y su desesperada mirada conectó con la del menor, quien apenas si lograba contener las lágrimas.– Se que no estás pintando, y es mi culpa...

—No, no lo es. –negó, con lágrimas bajando ya por sus mejillas, las cuales fueron limpiadas con los pulgares del mayor, quien sonrió amargamente.– No estuvimos pasando por un buen momento, lo admito, pero no es tu culpa... De verdad. –aseguró, ahora siendo el mayor quien negó con la cabeza.

—No me mientas, Taozi. –pidió, riendo amargamente.– Yo... Debería estar más pendiente de lo que sucede en casa, debería haber llamado más, y hablar contigo al menos un minuto. –añadió, hundiéndose más en su propia mente, sus tristes ojos observando a su esposo, quien sentía su corazón romperse con él.

—Yo no quería llamarte. –admitió, cortando con los pensamientos negativos del mayor, y suspirando pesadamente, se recostó nuevamente sobre el musculoso pecho del alfa.– No quería causarte más molestias, porque sabía que estabas teniendo algunos asuntos importantes que arreglar respecto a la manada, como para además llamarte, y quejarme de lo que pasaba en esta casa. –añadió, mordiéndose el labio inferior, en lo que ocultaba su rostro en el pecho contrario.

»—Tú me conoces, YiFan, yo nunca hubiera dejado a Sophia sola; estuve esperando por años tener un bebé propio, como para no querer verla. –sollozó, ambos compartiendo un mismo dolor, al menos por un momento, hasta que YiFan le abrazó con fuerza, besando su cabecita.– La amo, es nuestra hija, pero no pude ni siquiera tocarla en sus primeros meses de vida; por favor, YiFan, no me dejes solo... No en esta casa, no con tu madre. –rogó, sus lágrimas nuevas mojando la caliente piel del mayor, quien asintió.

»—Nos sentimos seguros cuando estamos contigo; sé que soy buena madre, y te juro que jamás le haría daño a nuestra princesa, solo... Ven a nosotros más seguido. –susurró, suspirando de gusto ante los nuevos besos sobre su cabeza.

Mi Omega V: Mi inocente omega «KrisTao»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora