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—¡YiFan! –gritó ZiTao, presa del pánico, viendo como su marido era una enorme bestia enojada, con colmillos, y garras afiladas, luchando contra un alfa que juró protegerlo.– ¡Basta, vas a matarlo! –añadió, y para ese momento, sus lágrimas bajaban torrencialmente por sus mejillas, al igual que las de BeiBei, porque, oh sí, su niña había estado con él en todo momento.

Todo se había ido al infierno en un solo segundo; hacía una semana, ellos regresaron de un viaje a Corea, que no fue en absoluto placentero. Habían llevado a Sulli con ellos, porque él seguía teniendo prohibido tocar a Sophia, y cuando llegaron a la casa de su hermano, debieron actuar como una feliz pareja; todo siendo pedido suyo, claro está.

YiXing estaba teniendo a su primer hija omega, YooRa, y ya estaba lo suficientemente nervioso, y tenso, con el parto, como para además estar preocupado por como marchaba el matrimonio de su hermano menor; YiFan era el mejor amigo de YiXing, y él realmente no quería hacer dramas en aquella casa, quería actuar como si todo estuviera perfectamente, aunque no era así en absoluto.

Ellos durmieron en la misma habitación durante su estancia, y justificaron la presencia de Sulli con el hecho de que, al tener dos bebés pequeñas de casi la misma edad, ellos necesitaban un poco de ayuda, y no levantaron sospechas; lo que Tao nunca admitiría, a nadie, absolutamente nadie, era que a pesar de estar peleados desde el nacimiento de BeiBei, él seguía compartiendo las lunas llenas con su marido.

Cuando llegaban las noches de luna llena, YiFan golpearía la puerta de su habitación, donde él dejaba a su dormida cachorrita, para pasar unas horas en la habitación del alfa, dándole su cuerpo para su propio placer, antes de ahogarse con grandes cantidades de supresores; había tomado la dosis más fuerte durante años, para no quedar embarazado, y él malditamente lo estaba haciendo otra vez. Al momento en que el sol salía, revelando un nuevo día, él regresaba en silencio a su habitación, donde BeiBei le esperaba, y volvía a ser ignorado por su marido hasta la siguiente luna llena.

YiXing notó a su hermanito un poco deprimido, pero por más que preguntó, Tao solo le dijo que una pintura nueva le tenía estresado, antes de cambiar de tema; la poca interacción de YiFan con BeiBei tampoco pasó desapercibida, porque a pesar de que el alfa la cargó una o dos veces, fue evidente que había cierto rechazo allí, más aún, no presionaron mucho al respecto, y al pasar la semana, la pareja regresó a China, regresando al punto donde lo habían dejado.

Esa tarde en particular, Tao se quedó dormido en la cama de YiFan, después de haber pasado la luna con él, donde no pudo contener sus gemidos esa vez; siempre que entregó su cuerpo, se negó a emitir sonido alguno, pero la noche anterior no había podido conseguirlo. YiFan le había tomado múltiples veces, muy duramente, dejándole extremadamente sensible, llegando al punto de que su entrada estaba enrojecida, y palpitante; él le rogó detenerse, pero, aun así, separó sus piernas, y el mayor entró profundamente en su interior, dando golpes fuertes, y certeros, antes de llenarle las entrañas con su semen.

Y eso los llevó al infierno que se desató en el jardín de la mansión Wu.

Jason le había visto salir de la habitación esa mañana, y a pesar de que la ducha había borrado, en su mayoría, el aroma de su marido de su piel, él aún estaba lleno de su esencia, y aquello podía sentirse; nadie dijo nada durante el desayuno, pero él se sentía observado cada segundo, en especial porque llevó a BeiBei a la mesa, y la alimentó frente a los Wu.

Estaban a mediados de marzo, y la temperatura estaba perfecta para que BeiBei saliera a jugar un poco al aire libre, siendo esa la razón de porqué él estaba sentado en un banco, viéndola perseguir una mariposa, en su forma humana, gateando por el césped, y riendo ante los bellos colores de la naturaleza; con cinco meses, su niña tenía el cabello lo suficientemente largo como para estar peinada con dos pequeñas trenzas, viéndose preciosa.

Mi Omega V: Mi inocente omega «KrisTao»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora