Rompiendo reglas |Terminada|

Capitulo 7

Capítulo 7:

"Más allá de un género".

Ese había sido un buen y mal día, ajá, ambas cosas a la vez. Era raro, pero así me sentía. Feliz y triste, junto a otra sensación extraña que me recorría por completo. Esa tarde abandone la escuela apenas sonó el timbre de salida, podría haber esperado a Max pero en cierta forma estaba molesto con él, aunque creo que la palabra "molesto" no es la indicada...no te...ngo otra así que usaré esa. Tal vez tú, querido lector comprendas lo que quiero decir. El camino a casa se me hizo eterno, me fui en compañía de mi hermano y su nueva novia. La chica que te describí en la mañana. ¿Sabes algo? me sentía impotente, porque él le decía cosas como: te amo, no quiero que jamás me dejes, eres importante para mí. Y otras de las mentiras más comunes en las relaciones. Y ella parecía creerle, porque cada vez que me giraba a observarlos la chica estaba sonriendo. Preferí no decirles nada, en realidad no quería problemas con Martín. Llegue a casa, ellos se quedaron a fuera quien sabe por cuánto tiempo, mis padres estaban discutiendo otra vez. Tampoco quise entrometerme, así que subí de inmediato a mi cuarto. Ya sabes lo que hice, sacarme el uniforme para ponerme ropa más cómoda. Hace poco había comenzado a leer un libro, ¿te lo comente? Creo que no. Llevaba por nombre "las ventajas de ser invisible", te lo recomiendo...es bastante divertido y creo que me ha hecho pensar bastante. Podía escuchar los gritos de mis padres, la voz que más sonaba era la de mi mamá. Creo que descubrió algo...pero desde arriba no se escuchaba bien. Pasados 40 minutos más o menos mí atención se centró en las tareas que debía completar. Pero se me hacía algo difícil concentrarme, Max no desaparecía de mi mente. ¿El estaría pensando en mí? Esperaba que sí. Creo que me quede dormido, porque después de eso no recuerdo mucho, solo sé que mi madre grito mi nombre y entonces yo desperté. Sí soñé algo interesante no lo recuerdo, como te dije, andaba bastante distraído.
- ¿Qué pasa?
Pregunté bajando las escaleras, lo primero que vi a su lado fue la figura de un chico, era Max. Ahora recordaba lo que me había dicho en el patio, el vendría a haberme...estaba feliz, bueno, jamás deje de estarlo.
-Max te vino a buscar.
Me aproxime hasta donde estaban ambos, no lo quise abrazar porque eso resultaría bastante extraño para mi mamá y mi papá, quienes por cierto estaban bastante enojados. Mi padre estaba apoyado en el marco de la puerta y mi madre, ella se mantenía seria.
-Quería saber si me acompañabas al cine.
Mi padre se alejó de la puerta y se acercó a nosotros, por un momento creí que echaría a Max, pero no lo hizo, él solo dijo: ¿terminaste tus tareas?, si no es así quiero que vayas a hacerlas ahora.
-Las terminé, mientras ustedes discutían.
Guardo silencio y se alejó, su cuerpo se apoyó en la pared y supongo que nos estuvo observando. Mi mirada se fijó sobre la de Max, él se veía feliz, y sus ojos brillaban. Sí, brillaban...era lo que yo más ansiaba ver, ese brillo en sus ojos.
-Entonces, ¿vamos?
Yo asentí y mi madre me dio dinero, como solía hacerlo cuando yo salía con mis amigos. Ambos abandonamos la casa y una vez que la puerta se cerró detrás de nosotros Max me abrazo, y yo solo correspondí. Estuve esperando ese abrazo todo el día.
-¿De verdad iremos al cine?
Max negó y se apartó de mí, sabía perfectamente que él no me podía abrazar frente a muchas personas, y realmente agradecía que lo hubiera hecho en la calle, porque para él había sido un gran esfuerzo, ya que habían varias personas caminando por la vereda.
-No, iremos a la playa.
-¿A la playa?
Le observé y el asintió con una sonrisa bastante divertida en su rostro.
-Pe...pero el día esta horrible.
-No iremos a bañarnos.
-¿Entonces?
-Pasaremos tiempo juntos, en un día así no hay mucha gente en la playa, y ya sabes...no puedo abrazarte frente a tantas personas.
Solté una risa y me aproxime hasta él para darle un fuerte pero rápido abrazo.
-No más abrazos, hasta que lleguemos a la playa.
Yo asentí y comenzamos a caminar, no sabía que decir. Solo podía imaginarnos en la playa, abrazados o quizás simplemente tomados de la mano. No me importaba esconderme con él, realmente no me importaba. ¿Han sentido eso alguna vez? Cuando no te importa lo que tengas que hacer, lo único que importa es estar con esa persona. Sí lo has sentido me vas a comprender perfectamente.
Max detuvo a un taxi y nos subimos a él, en realidad el conductor me trajo mala espina desde un principio, se veía asqueroso, me repugnaba. Max se sentó lo más cerca que pudo a la ventana, no quería que me sentara junto a él...y no lo entendía, puesto que el conductor no eran muchas personas, era solo una. Giré la cabeza para poder mirar por la ventana, pero era inevitable no poner la vista al frente, el conductor tenía cara de depravado y pude observar como de vez en cuando miraba a Max a través del espejo retrovisor. Realmente me tenía arto, ¿por qué tenía que observarlo? Era millones de años mayor que él. Jamás en toda mi vida había sentido celos por alguien, pero como sabrás...Max era especial. Quería que nos bajáramos de inmediato pero quedaba aún bastante trayecto hasta la playa. Max parecía corresponder alguna que otra mirada por parte del conductor, ¿por qué?, mierda, realmente me encontraba furioso. El viaje estaba demorando más de lo debido, el tipo parecía hacerlo a propósito, incluso, ya llevaba hasta un juego de miradas con Max. No soporté más.
-Yo me bajo aquí.
Max giro la cabeza hacía mí y me observo con algo de confusión, pero no me interesaba.
-Está prohibido que me estacione aquí, no puedo hacerlo.
El conductor parecía llevar una pequeña curva en sus labios, lo más probable es que se haya sentido feliz al hacerme enojar.
-¡Que detengas el auto aquí!
No solía gritarle a las personas, pero él se lo tenía merecido. El conductor negó con la cabeza y continuó conduciendo, solo que sin volver a observar a Max. Solo bastaron 5 minutos más para que llegáramos a la playa, aunque fueron realmente eternos. Baje del auto antes de Max, el solo me siguió. El tipo aún no se iba y era obvio porque.
-¿Cuánto es?
Preguntó Max, y el conductor saco la cabeza del auto para sonreírle.
-¡Págale rápido!
Tanto Max como el conductor quedaron serios, Max le entrego el dinero correspondiente y el tipo se fue.
-¿Qué te sucede?
Preguntó Max y yo comencé a caminar, no tenía ganas de contestarle.
-Repito, ¿qué te sucede?
Su tono era sereno, casi comprensivo.
-¿Por qué no vas y le preguntas a ese tipo?
Lo escuche reír, y giré de inmediato la cabeza para observarle, sí, se estaba riendo. Al parecer mis celos le habían causado bastante gracia. Apresure el paso y caminé delante de él, podía sentir como los molestos granos de arena se adentraban en mis zapatos. Por un momento no pude moverme más, Max estaba rodeando mi cintura y había apoyado su mentón en mi hombro.
-Suéltame.
Intenté moverme pero él me tenía sujetado de una forma bastante fuerte.
-No, mientras esté vivo no pienso soltarte.
Me libero por unos segundos y antes de que me diera cuenta lo tenía frente a mí, no podía enojarme con él, sinceramente no podía. Lo abrace de inmediato, y él a mí. Ahora me sentía culpable por mi escena de celos, fue algo tonta y patética.
-Lo siento, yo no quería ponerme celoso. Pero es que ese mal nacido no dejaba de observarte.
Max alzo la mirada y soltó una baja risita.
-Eres un celoso.
Yo negué.
-Sí, sí lo eres.
Antes de que pudiera decir algo sus labios se juntaron con los míos, era el segundo beso que me daba, sí, los estaba contando. Sus brazos que ya rodeaban mi cuello ejercieron algo de fuerza, ambos queríamos estar lo más cerca posible. Separo sus labios de los míos y junto nuestras frentes. Yo mantenía los ojos cerrados.
-Te quiero, y mucho.
Solté un suspiro, era la primera vez que me decía eso, y era realmente tierno. Pude sentirme volando, no estaba sobre el suelo, definitivamente estaba en otra realidad, la realidad donde siempre quise estar.