Capítulo 23

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Capítulo 23:

"No desaparece lo que muere, solo lo que se olvida"

Su tierna mirada me dejaba claro que me había extrañado, no necesitaba palabras para saberlo. Nos separamos un poco, aun sonriendo, no dejábamos de sonreír y no dejaríamos de hacerlo por mucho tiempo. La campana comenzó a sonar, como siempre interrumpiendo los mejores momentos.

-Debemos entrar.
Murmuró soltando una de mis manos y deslizando está misma desde mi cabello hasta mi cuello.

-Escapémonos.

Él comenzó a reír y sacudió la cabeza.
-No podemos, Thom.

-Claro que sí.

-Está bien, sí podemos pero no debemos.
Me sonrió ladinamente y soltó mi otra mano.

-Vamos.
Insistió tomándome del antebrazo y jalándome en dirección al salón. Fruncí mis labios en una mueca y lo seguí, bastaron unos cuantos pasos para que pudiéramos ingresar a nuestro lugar de estudio, el ruido era el mismo de todos los días, gritos y risas por parte de los alumnos.

-En el fondo.

Señalo las mesas que quedaban libres en la parte de atrás y caminamos apresuradamente, acomodamos las mochilas en las sillas y nos sentamos, desde ese lugar todo se veía mejor, y al decir mejor me refiero a Max. Desde ese extremo del salón nadie molestaría.

-¿Qué hiciste el fin de semana?
Preguntó.

-¿Qué hice de qué?
Tartamudee al recordar lo de Xavier y en pensar cómo se pondría Max si llegaba a enterarse.

-Me refiero a sí hiciste algo...
Dijo con una de las cejas alzadas.

-Dormir...extrañarte, comer, extrañarte de nuevo.

Entrelazo nuestros dedos y me miro sonriendo, era una de esas sonrisas que me recordaban por qué lo amaba.

-¿Y tú?
Le inquirí, jugando delicadamente con sus manos.

-Estudiar.

-¿Estudiar?

-Sí.

-Creí que lo decías para no tener que verme el fin de semana.

-Aparte.

-Ah.

Sus labios alcanzaron los míos y me besaron tierna pero rápidamente, se desprendió del beso antes de que pudiera corresponderlo.

-No volverá a pasar.

-Fueron dos días perdidos.

-Lo sé, Thom...lo sé.

-Promete algo.

-Ajá.

-No te volverás a poner celoso.

-Solo prometo lo que cumpliré.
Giro la cabeza hacia adelante, observando al profesor que ya había llegado y traía los resultados de los exámenes de historia.

-De seguro y no apruebo.
Murmuró Max para sí mismo pero aun así le conteste:

-A que sí apruebas.

Sonrió y mantuvo la vista al frente, sus manos jugaban entre sí, esperaba ancioso a que le entregara el examen. A diferencia de mí, tenía la vista sobre sus manos y mi pensamiento en los tiernos latidos de su corazón. Tenerlo ahí alado y no poder abrazarlo era casi un castigo. El profesor paso puesto por puesto, dejando la hoja correspondiente, cada uno de los estudiantes tenía sus reacciones individuales, algunos festejaban y otros se lamentaban en silencio.

Rompiendo reglas |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora