Rompiendo reglas |Terminada|

Capítulo 11

Capítulo 11:

"Podría ser peor".

-¿De verdad crees que soy el mejor?
Inquirí mirándole a los ojos y sus finos labios se curvaron en una corta sonrisa.
-De verdad, también creo que eres especial.
-¿Especial en qué sentido?...
-A veces las personas son tan especiales que no hay forma de describirlo o explicarlo.
Intenté abrazarlo pero me detuvo.
-¿Qué pasa?
Le pregunté mientras el señalaba la puerta de entrada, la misma chica del día anterior venía ingresando y miraba a Max de una forma bastante coqueta.
-Llego Dakota.
-Comprendo.
Sentí las yemas de sus dedos acariciando mi mejilla derecha.
-¿Nos juntamos en la tarde?
Asentí con un movimiento de cabeza y él se alejó, ella le sonreía de una forma tierna y cuando menos lo pensé ambos se abrazaron. "Esas son las clases de cosas que jamás podrá hacer conmigo" pensé dejando escapar un largo suspiro. Era cierto el jamás iba a poder abrazarme en público sin que los demás nos miraran con desprecio, nunca iba a poder decirme "te quiero" frente a las demás personas. Entendía perfectamente que él quisiera llevar una vida dentro de lo normal, entendía que no quisiera ser diferente, también entendía que era el momento justo para alejarme de aquella escena que me producía tanto dolor. Me retiré del patio e ingrese al salón, mis compañeros reían a fuertes carcajadas, parecía ser una buena mañana para todos excepto para mí, en fin. ¿Eso que importaba?
-¡Thomas!
Exclamo Lucas ingresando al salón, puso su mochila en el respaldo de la silla y se sentó a mi lado.
-¿Cómo estás, Thom?
-Bien.
-No te ves bien, ¿viste que Max estaba abrazando a Dakota?
Yo asentí.
-¿No te parece genial que tenga novia?
Volví a asentir.
-No te ves feliz, ¿te pasa algo?
Negué con la cabeza y saque uno de mis libros.
-¿Vas a leer?
-Sí y necesito silencio.
Lucas alzo una ceja y se puso de pie para luego retirarse, una pequeña gota mancho la hoja del libro que tenía abierto quien sabe en qué página, ni siquiera tenía la intención de leerlo. Otra callo justo a su lado y pase una mano sobre mis mejillas, no podía ponerme a llorar en el salón, eso hubiera resultado realmente incómodo para mí. La única verdad era que estaba realmente lastimado y no podía seguir permitiendo que esa clase de cosas me destruyeran. Max entro junto a Dakota, venían tomados de la mano y yo no pude evitar observarlos. Max me miro y me dedico una mirada de lastima, sus labios se fruncieron en una mueca y cuando estaba a punto de caminar hasta mi puesto Dakota lo rodeo con sus delgados brazos. ¿Has sentido ese dolor insoportable dentro del pecho? es una de las peores sensaciones. Lucas se acercó nuevamente pero solo para recoger su mochila y sentarse cerca de Max y su novia, se rieron por el resto de la clase y Max ni siquiera volteo a observarme. Escuche el ensordecedor sonido del timbre que indicaba el recreo, el profesor abandono la sala y yo me puse enseguida de pie, Max estaba riendo junto a Dakota pero dejo de hacerlo en cuanto me vio.
-Max, ¿podemos encontrarnos en la plaza? para que te pase los apuntes de la materia anterior.
-Claro...estaré ahí a las 6 ¿Te parece?
Yo asentí y me di media vuelta para volver a mi lugar pero él me afirmo del brazo.
-¿Estás bien?
Asentí pero él retenía la tela de mi ropa entre sus dedos.
- ¿Podrías soltarme?
Y entonces lo hizo, sin voltearme a mirarlo volví a mí asiento y me quede en ese lugar el resto del recreo, observando la mesa y pensando en que sería exactamente lo que haría. No tenía intenciones de incomodar en la vida de Max, quizás jamás debí ingresar en ella. ¿Han tenido esa sensación de que quizás jamás debieron de conocer a alguien? Bien, así mismo me sentía. Tal vez si hubiera ignorado mis sentimientos hacía él las cosas no hubieran estado tan mal, no tendría que haber sentido esa jodida sensación de no ser lo suficiente bueno para él, mi única intención fue hacerlo feliz, aunque como en muchas cosas fracase. Paso clase tras clase y yo no pude evitar observarlos, se veían felices, Max se veía feliz y eso era más importante que la "relación" que teníamos. Toco el timbre de salida y fui uno de los primeros en abandonar el salón, me fui a casa casi corriendo. Al llegar abrí la puerta y me encontré con Martín sentando en la sala.
-¿Te pasa algo, Thomas?
Deje la mochila sobre el sofá y me senté a su lado.
-¿Puedo decirte algo?
El asintió y yo proseguí.
-Max tiene una novia...
Alzo ambas cejas y frunció ligeramente el ceño.
-Creí que era tú novio.
-Aún lo es.
-¿Y también es novio de ella?
-Exacto, pero supongo que desde hoy solo será novio de Dakota.
-¿Terminaras con él?
Asentí y él puso una de sus manos sobre mis hombros.
-Haz lo que tengas que hacer Thomas, estaré aquí todo el día por sí necesitas algo.
-Gracias.
Subí a mi cuarto y me cambie de ropa. Me tendí solo por un instante a pensar sí estaba en lo correcto, necesitaba saber si esa era la decisión que debía tomar, también necesitaba pensar si era lo mejor para mí y obviamente para Max. Mi celular sonó pero era solamente la alarma que había puesto para no llegar tarde a la plaza, baje las escaleras y salí de la casa con mucha rapidez. Llegué a la plaza 10 minutos antes de la hora indicada, me puse a dar vueltas por el lugar, rodee la banca unas dos o tres veces, temía que Max no llegara aunque una parte de mí anhelaba que él no apareciera. Seguí dando vueltas alrededor de los columpios y también del pequeño pino. Hasta que lo vi, cruzo la calle y se puso frente a mí.
-Aquí estoy. ¿Querías hablar de algo?
-Terminamos.
Max quedó inmóvil por un momento, a mí parecer apenas respiraba. Sus ojos se cerraron y se abrieron en cuestión de segundos, tomo airé y abrió los labios para hablar pero estos se cerraron momentáneamente.
-Repítelo.
Dijo luego de unos minutos, en realidad no era capaz de repetirlo...sí lo dije de esa forma fue porque estuve ahorrando la valentía para poder decírselo pero definitivamente no podía repetirlo.
-Repítelo, Thomas.
Yo negué con la cabeza y él camino hacia adelante para acortar la distancia que nos separaba.
-No puedes terminar conmigo, no puedes, Thomas.
-¿Po...por qué?
-Porque yo te quiero demasiado.
-Yo también te quiero.
-No me dejes.
Musitó a medida que sus pupilas se dilataban.
-Tú estás con Dakota.
-¿Esa es la razón por la que quieres terminar conmigo? sí es así...yo la dejo.
-No es solo eso Max.
-¿Entonces?
-Es que tú no te sientes cómodo a mí lado.
-¿Por qué dices eso?
-¿Por qué? a ti te da vergüenza abrazarme, tienes una novia porque no eres capaz de admitir quien realmente eres...cada parte de mí duele cuando abrazas a Dakota, tampoco quiero que termines con ella porque la lastimarías y esa chica no tiene la culpa de nada.
El solo me observaba mientras una débil lágrima recorría su mejilla y terminaba por perderse entre sus labios, jamás lo había visto llorar y era realmente conmovedor.
-Además, tú y yo somos completamente diferentes.
Agregué metiendo ambas manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón.
-Thomas, por favor no me dejes.
Respondió con la voz quebradiza.
-Thomas sé que no soy el mejor chico del mundo, sé también que mereces algo mejor. Pero por favor no me dejes, de no ser por ti yo seguiría perdido, me costara aceptar quien soy pero contigo puedo hacerlo, te prometo que las cosas van a cambiar, no me dejes Thomas, hago lo que quieras pero por favor no me dejes.
Lo abracé con fuerza, como nunca había abrazado a alguien. Sus brazos rodearon mi espalda baja y su frente se apoyó contra la mía.
-Prométeme que jamás me dejaras.
Murmuro el mientras rozaba su nariz contra la mía.
-Lo prometo.
Pude sentir como sus labios se curvaban en una sonrisa sobre los míos para luego besarme, fue un beso lleno de ternura...podría decir que fue tan tierno como el primero que nos dimos. Aunque en ese momento no sabía que pensar ni que hacer, estaba atado a Max y no podía alejarme de él...definitivamente no podía, por más que quisiera, todo mi ser dependía de él para ser feliz.

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