Rompiendo reglas |Terminada|

Capítulo 14

Capítulo 14:

"El tiempo resuelve las decisiones más difíciles".

Volvía a sentirme fuera de lugar, quizás era el hecho de que tarde o temprano debía decirle a mis padres sobre mi homosexualidad lo cual me seguía pareciendo injusto ya que los heterosexuales no deben confesar nada...las cosas en la escuela marchaban como siempre había querido, todo el colegio era consciente de la relación que tenía ...con Max y lo nuestro sirvió para que otros jóvenes tomaran la iniciativa de dar a conocer sus preferencias sexuales, eso solo me dio a entender que a veces debemos arriesgarnos para que las cosas cambien.

-¿Ahora qué haremos?
Inquirió Max sosteniendo mi mano con suavidad.
-¿Sobre qué?
-¿No le dirás a tus padres?
-He estado pensando en eso, pero no sé cómo hacerlo.
-Yo tampoco sé cómo decirles.
-Me provoca miedo.
-A mí también.
-¿Qué pasa si intentan separarnos?
-Eso no pasará.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo.
Y luego de esas palabras no dijimos nada más, ambos quedamos en silencio...hundidos en nuestros pensamientos, quizás pensábamos o imaginábamos lo mismo. ¿Separarme de él? esa no era una posibilidad ni siquiera una opción.
-¿Vamos por un helado después de clases?
Pregunté rompiendo el silencio.
-¿Con Richard y Lucas?
Preguntó él y yo negué con la cabeza.
-No...
-¿Solos?
-¿Tiene algo de malo?
-Es raro ver a dos chicos tomando helados.
Alce una ceja y solté su mano.
-¿Qué paso, Thom?
-¿Y aun preguntas?
-Para ti es fácil...pero para mí no.
-Vete a la mierda.
Se encogió de hombros y negó con la cabeza para luego decir:
-¿Crees que me agrada que las otras personas me miren de una forma despectiva?
-No me interesa la otra gente.
-Pero a mí sí.
-Ya dije lo que tenías que hacer.
-¿Irme a la mierda?
-Sí.
-Eres...eres tan insoportable, siempre discutimos por lo mismo.
-¿Cuándo vas a aceptar tú homosexualidad?
-Ya lo hice, por eso estoy contigo...pero creo que es algo que jamás comprenderás.
Y se fue al salón de clases, siempre terminábamos igual así que no era una novedad. Me senté en una de las tantas bancas de la escuela, tal vez Max tenía razón, quizás yo era un insoportable y jamás era suficiente para mí...hubiera permanecido sumergido en mis pensamientos de no ser porque la campana comenzó a sonar y tuve que ponerme de pie, caminé hasta la sala y me detuve justo en el asiento de Max, me senté a su lado y apoye mi cabeza en su hombro, pensé que me alejaría pero no lo hizo, se mantenía concentrado en el dibujo, era lo que solía hacer cuando se enojaba...dibujar.
-Max...
Murmuré alejándome un poco de él, esperaba que me mirara pero no fue así.
-Lo siento.
Expresé haciendo una pequeña mueca y el solamente asintió.
-Te amo.
Luego de decir eso pude ver como casi sonreía.
-Y yo a ti.
Respondió cerrando el cuaderno y dejando el lápiz a un lado.
-¿Iremos por los helados?
Él asintió y luego dijo:
-¿Con Richard y Lucas?
-Sí así lo quieres, podemos ir con ellos.
-No, no quiero...vamos solos.
Lo hubiera abrazado pero el profesor ya estaba en el salón, por ser la última clase fue la más larga y aburrida del día
-¿Tienes hora?
Le pregunté a Max pero solamente me ignoró, estaba bastante concentrado en los ejercicios de la pizarra.
-Max.
Golpee ligeramente su brazo.
-Max, Max, Max.
Repetí su nombre mientras daba suaves golpes a su brazo pero deje de hacerlo al darme cuenta que no me prestaría atención. Tomé el lápiz y escribí "Max" en la última página de mi cuaderno, toque suavemente su mano y el enfoco la mirada solo por un instante sobre la mesa, sonrió de soslayo y murmuró:
-Faltan 20 minutos para salir.
-Es mucho tiempo.
Respondí escribiendo nuevamente su nombre en el cuaderno solo que esta vez acompañado por un "te amo". Toque su mano con mi dedo índice y el volvió a observar la mesa, una amplia sonrisa se posiciono sobre sus labios.
-Y yo a ti.
Murmuró volviendo a mirar la pizarra.
-¿Mucho?
Asintió y yo balancee los pies debajo de la mesa mientras hacía todos los intentos posibles por no quedarme dormido.
-¿Cuánto falta?
Pregunté momentos después.
-Max, ¿cuánto falta?
Reiteré la pregunta y él se sacó el reloj que traía amarrado en la muñeca, me lo entrego algo molesto y yo observé de inmediato la hora, faltaban solo siete minutos.
-Faltan siete.
Le murmuré y el se encogió de hombros mientras anotaba los últimos apuntes. Toco la campana y guardé el cuaderno dentro de mi mochila, Max hizó lo mismo y nos retiramos del salón junto a los otros 20 alumnos.
-¿Iremos por los helados?
-Sí, Thomas.
-Genial.
Tomé su mano y llegamos así hasta la salida del colegio, Max parecia incomodo así que lo solté.
-¿A cual heladería iremos?
Pregunté afirmando mi mochila.
-En todas sirven helado así que da lo mismo.
-¿Te pasa algo?
Ingresamos a la heladería que estaba cerca del colegio.
-No. Uno de vainilla.
-Chocolate, por favor. ¿Seguro?
-Seguro, cariño.
Y me abrazo con ternura mientras esperábamos los helados, se alejó de mí para pagar.
-Yo podría haber pagado el mío.
Dije tomando el helado con cuidado.
-Ya los pagué.
Entrelazo nuestras manos y nos sentamos en las mesas que estaban afuera.
-¿Y eso?
Pregunté algo confundido.
-¿Qué cosa?
-Me dijiste cariño, me abrazaste y ahora tomaste mi mano.
-No me di cuenta.
Dijo entre risas.
-A veces eres extraño.
Musité manchando la punta de su nariz con helado, el la arrugo suavemente y volvió a reír.
-Claro, al igual que tú.
Limpió su nariz y acercó su silla a la mía.
-¿No crees que hay mucha gente?
Bromee y el comenzó a reír, su mano derecha se posó sobre mi mejilla y luego me beso con suma ternura, era un beso que estaba esperando desde hace mucho, uno frente a varias personas...uno que diera a conocer lo que teníamos, lo amaba...realmente lo amaba.