Who are you? ~ KNJ ✔️

Hard Times

Ella amaba esa serie. Por lo general ese tipo de caricaturas con humor negro, sarcasmo doblemente hiriente, escenas violentas y lenguaje explícito - vulgar, no llamaban su atención, pero el argumento de aquel programa, le encantaba -demasiado- como para armar sus propios maratones los fines de semana.
Podría pasar todo el día en el sillón comiendo fideos, viendo aquel programa y siendo ajena a todo a su al rededor. 

Woo Suk giró el cuerpo para envolver a Sooran con sus brazos y comenzar a besar lentamente el lóbulo de su oreja. El joven empezaba a soltar gemidos a la par que sus besos por el cuello de la chica, se intensificaban más.

— ¿Qué? — Exclamó Woo Suk en tono retador y juguetón, alzando ambas cejas divertido en cuanto sintió el cuerpo de su novia tensarse. Seguro lo estaba haciendo bien. — ¿Qué? — Repitió de la misma forma pero ahora desafinando. Comenzaba a deslizar los dedos por las costillas de Sooran con la intención de hacerle cosquillas.

Ella le respondió con una sonrisa prudente sin dejar de ver el televisor; se acercaba su parte favorita y no iba a perdérsela por los besos "candentes" de Woo Suk.
Al ver que el chico no cedía, decidió colocar un cojín sobre sus torso con el fin de bloquear las cosquillas de su novio, haciendo que al fin decidiera rendirse y retomara la vista hacia el televisor.

Woo Suk no era un tipo malo, al contrario.

Para ser dos años menos que ella, demostraba ser bastante maduro y durante un año, había sido un apoyo emocional grande para Sooran.
El chico era el sueño que casi toda madre tendría para su hija: De buena familia, económicamente estable, tierno, cariñoso, expresivo, amable, honesto y muy noble.
Woo Suk pasaba los fines de semana con Sooran tratando de consentirla en todo momento. Al chico le gustaba llevarle flores sin razón alguna, una caja con sus dulces favoritos o, si ella había mencionado se le antojaba algo de comer, él corría para complacer a su novia.

¿Quién no querría a semejante partido?
Sí, Sooran.

Lo había conocido durante una exposición de autos de antaño. Esa tarde Jia insistió en que su mejor amiga la acompañara, pues ese tipo de eventos- donde su padre se sentía como pez en el agua- le parecían absurdamente aburridos. Fue en la fuente de sodas del lugar donde el padre de Jia y el abuelo de Woo Suk, siendo grandes conocedores de autos, comenzaron una calurosa plática dejando a los jóvenes a un lado.
En aquel entonces, Sooran pasaba por aquella etapa de soltería liberal que toda persona en sus 20's atraviesa y, cansada ya de las citas donde salir era una excusa para tener sexo, aceptó los coqueteos del chico amante de los autos hasta el punto en el que, dos meses después, ya salían más que para únicamente disfrutar una ida al cine.
La situación al poco rato se salió de control y no supo prevenir que el chico diría "Te quiero" tan rápidamente y por un evidente miedo a no herir los sentimientos de Woo Suk, Sooran seguía el juego aferrada al limitado sentimiento de afecto que había desarrollado - y aún conservaba- por él.

— Ya te extrañaba, linda. — Susurró Woo Suk suavemente, estrechando a Sooran en un fuerte abrazo e inhalando el delicado aroma del cabello de la chica.

Sooran odiaba eso. Le enojaba demasiado el hecho de interrumpir una película para que la besara, no soportaba la idea de que su atención no estuviera dedicada al televisor por ocupar su mente haciéndose ideas provocativas.

No, no era el tema del sexo. De hecho el sexo con él era bueno. El problema era que no le quería.
No le quería y absolutamente todo acerca de él le parecía malo, absurdo, tonto y estupido incluso si Woo Suk era el chico "perfecto".
Desde hace algunos años, Sooran se había planteado la idea de su pareja como alguien con demasiadas ambiciones en la vida. Debía ser alguien ocupado nutriendo su mente y su vida, tanto, que no tuviese la necesidad de no tener nada qué hacer. Quería a alguien sediento por aprender algo nuevo todos los días, alguien que tuviese que disculparse por creer que estudiaba o trabajaba demasiado, alguien que no tuviese tanto tiempo libre como para sentirse inseguro o incluso darse el lujo de extrañarla.