4- El Llamado del Adiós

525 55 10
                                    

Hace 19 años...

Las hermanas Boa, eran realmente hermosas, capaces de enamorar a cualquier hombre, y ganarse la admiración, respeto, deseo o envidia de cualquier persona.

Sobre todo, Boa Hancock y Boa (N/M).

Ambas mujéres eran hermosas. (N/M) era la menor de todas las hermanas, y Hancock, la mayor de todas.

Aunque la peli-(c/c), había conocido a un hombre, un hombre común y corriente, simple, y muy miserable.

¿Su nombre? (N/P).

Nadie sabía la razón, por la cuál, aquella hermosa mujér, se había enamorado de aquel hombre.

Una bella y preciosa mujér, enamorada de un hombre, guapo, si, por con un corazón más sucio, que el mismísimo Diablo.

Fué, cuando (N/P) notó su influencia en la mujér, aprovechándo aquello, para sacárle lo que sea posible, empezándo: por el dinero.

Fué asi, cuándo el hombre se vió obligado a cumplir la estúpida fantasía de la jóven.

Después de tantas mentiras, amor falso, cartas falsas, al iguál que las citas, él, la dejó, yéndose con otra.

Y para colmo, fué cuándo (N/M) se dió cuenta de algo, qué, posiblemente, afectaría demasiado en su vida, y reputación, cómo una de las hermanas Boa.

--¿¡Qué!? ¿¡Por qué!? ¿¡(N/M), cómo pudiste hacer semejante...!?

--¿No crees que me siénto lo suficientemente mal, cómo para que me estés regañándo cómo si fuéras mi madre?-- Preguntó la jóven, interrumpiéndo a Hancock.

--¿¡Cómo mierdas te atréves a hablar tan tranquilo, después de lo que me acábas de decir!?-- Replicó la morena.

--Tranquilízate, me desharé de ésta mier...-- Antes de qué (N/M) pudiése pronunciar otra palabra, la palma de Hancock, chocó contra su mejilla. --¡O-Oye! ¿Por qué...?

--¡¡Déja de decir estupideces!! ¡Te harás cargo de ese bebé, quiéras, o no!-- Exclamó la mayor, cortándo a la menor. --No sé cómo mierdas le harás, pero ése bebé, vivirá.

(N/M) soltó un suspiro, resignada.

Fué asi, cómo después de nueve meses, nació una bebé, a la cuál, llamáron Boa (T/N). Una bebé, quién se parecía completamente a (N/M), peli-(c/c), ojos grandes y (c/o).

Era hermosa. Era la nueva integrante de la Familia Boa.

Una familia, la cuál, solamente, estába formada de mujéres.

Aunque, no todo parecería fácil.

Cuándo (N/M), despertó después de su parto, se encontró en su habitación, la bebé, siéndo cargada por Hancock, quién parecía llevarse bien con la pequeña.

--Hasta que despertaste...-- Susurró Hancock, acerándose a su hermana menor, para poner el bebé, sobre ella. --Según lo que dice el médico, débe estar contigo, para que le des calor.

--Me la pela.

--No hábles de esa manera.-- Regañó Hancock. --Debo avisarles a Marigold y Sandersonia, que estás bien.-- Dijo aquello, posándo el bebé en el abdomen de la chica. --Cuídala.

<< "Con mi vida." >> Pensó (N/M), irónica.

En el momento, en el cuál, Hancock abandonó la habitación, la peli-(c/c), se levantó, posándo a la bebé en la camilla, cuidadosamente. Desconectándo todas las cosas, a las cuáles, estaba conectando. Aparte de sentir un inexplicable dolor en el abdomen y espalda.

Se dirigió a la puerta, donde le púso llave, y luego, caminó hacía la ventana, en la cuál, varias gotas de lluvia, empezáron a chocar contra ésta.

Ya era de noche, el cielo estába oscuro, y salpicado de varias brillantes estrellas, habia un silencio infinito, causándo una paz interna, pero no se podía dejar llevar, tenía que terminar con todo. Llevó su mano a la ventana, empujándola, y lastimosamente, estaba cerrada.

--Mierda.-- Susurró, mordiéndose el labio, con el ceño fruncido, molesta y frustrada. --Mierda, mierda, mierda.

Escuchó varios pasos, fuera de la habitación, seguido de varios intentos por abrir la puerta, quién empezó a empujar ésta, con desesperación, (N/M) escuchó la voz de Hancock.

--(N/M), ábre la puerta.

<< Lo siento. >>

--¡No te atrévas a hacer ninguna idiotez!

<< Discúlpame. >>

--¡... No le hagas daño a la bebé...!-- Pidió Hancock, desesperadamente.

<< Gracias. >>

Ignorándo los gritos de Hancock, se acercó a la bebé, el escándalo de su hermana, y la lluvia, habían causado que la pequeña se despertádo, y comenzó a llorar.

--No te ódio. Tampoco te cúlpo. Ambas sabemos quién es el culpable, ¿no?-- Musitó, notándo, cómo las lágrimas amenazában con salir. --Yo me enamoré, y ahora, me doy cuenta de mi error. Puedes odiárme, criticarme, inclúso maldecirme. Después de todo, me lo merézco.-- Suspiró, observándo cómo la bebé, dejába de llorar. --Veo que te gústa que te háblen. No cométas mi mismo error. Pero... ni siquiera yo, se cuál fué.

<< ¿Enamorarme? ¿Entregárme tan rápido? ¿Tú padre? ¿Ser tan sumisa? >>

--Simplemente... será más facil, si tu tía Hancock te cría. Ella sabrá lo que es bueno para ti.

(N/M) acarició la mejilla de la pequeña, notándo cómo la pequeña suspirába. Luego de aquello, regresó a lo que hacía.

Con el hombro, comenzó a empujar el vidrio de la ventana, y al hacerlo, se quebró en mil pedazos. Y algúnos, consiguiéron cortar a la jóven. Las lluvia, y el gélido viento, chocó con su rostro, luego con su cuerpo, mojándo su ropa.

--Gracias... y... lo siento...

El susurro, se perdió en el viento.

(N/M), cerró los ojos, escuchándo la dulce melodía, del llanto se la bebé. Y se dejó ir, sintiéndo como el aire, mecía sus (c/c) cabellos.

Hancock, se paralizó ante la escena, tomó la bebé en brazos, tratándo de calmárla, mientras varias lágrimas, se deslizában por sus mejillas, perdiéndose en su cuello.

Una hora después, la mayor se encontrába con la pequeña en brazos, acurrucándola contra su pecho, y disculpándose con los médicos por los daños causados, al iguál, que veía cómo Sandersonia, consolába a Marigold, y vice versa.

La hermana menor, de las Hermanas Boa, había terminado con su vida, el mismo día, del nacimiento de su preciada hija, (T/N), quién estúvo bajo el cuidado de Boa Hancock, la hermana mayor de las hermanas Boa.

Hancock, la tratába cómo a una hija, al iguál que (T/N), la tratába cómo a una madre.

Y fué asi, hasta que la menor, cumplió los trece años.

Locura con Locura (Kid x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora