Capítulo 3 - Palabras de amor

1.5K 106 71
                                    

Yone buscaba la paz y trataba de concentrarse para escribir poemas, ya que le gustaba la voz de Reader, pensó en crear uno para ella y que nadie más pudiera leer, solo ella.

Podía escuchar el agua del río fluyendo, el viento empujando los árboles, el ruido de la naturaleza en general, mientras que; su hermano menor, Yasuo, lo observaba atentamente, este estaba recostado sobre el tronco de árbol a punto de dormir, le aburría ver lo que hacía su hermano mayor.

Yone de repente escuchó la melodiosa voz de ella. - Mucho más allá... - le dio una buena idea, aunque él no era muy bueno cantando.

- Te dije que su voz es muy hermosa, pero no es para mi - dijo Yasuo.

- Será hermosa pero... Si me enamoro de ella es por su voz, es lo más hermoso que he escuchado - se quedó callado escuchando a la chica.

Ella estaba guiando algunos espíritus con su voz como si se tratara del flautista de Hamelín atrayendo ratas, pero ella solo atrapaba a sus "sobrinos".

- Muy armoniosa... - sacudió su cabeza. - Concentrate Yone - cerró los ojos para tratar de crear algún poema que pudiera darle.

- Mientras ves la forma de acercarte a ella me iré - le dijo su hermano menor.

Yone no podía concentrarse con Reader cantando por la zona, se dirigió a un lugar más tranquilo, este había llegado al templo de Thresh, dejaría el poema escrito en una piedra.

Él desenvainó sus espadas y comenzó a tallar en una roca cuando tenía el poema en su mente.

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

- Espero que le guste... - escuchó una rama crujir, al mirar la dirección de la que provino el ruido ahí estaba Thresh, guardó sus espadas en cuanto lo vio y salió corriendo despavorido antes de poner la dedicatoria.

- ¡Reader! - gritó por su hermana.

- ¡Terminé! - respondió la chica.

El albino se escondió entre los arbustos esperando que no lo vieran. - Que bien que volviste, escuché dos espadas y por un momento creí que Yone había... -.

Ella lo interrumpió. - En realidad, no lo he visto, no me he topado con él en todo el día - mencionó, esta se quedó mirando a la roca que el albino había tallado, su cara se puso algo sonrosado.

- ¿Qué estas mirando? - su hermano estaba por mirar a la roca donde estaba tallado el poema.

Desvió la mirada, presentía que él estaba cerca. - No dejo de recordar lo que pasó en el río con él - Yone estaba a gatas, mirándolo todo. - ¿Podemos irnos? - le entregó su collar.

- Gracias - le respondió su hermano mayor.

Cuando ambos se alejaron el espadachín se levantó y corrió lo más lejos que pudo, lamentablemente este se topó con Cassiopeia. - Miren que tenemos aquí - en su rostro se dibujó una sonrisa. - ¿Qué hace el gran Yone por estos lares? -.

- Nada, entrenando... - ella lo detuvo.

- A mi no me engañas, querías ver a la hermana menor de Thresh, ¿Verdad? - Yone desenvainó sus espadas y se puso en guardia.

- No me obligues a convertirte en sashimi de serpiente - ella lo soltó y se fue sin decir nada, debía de seguir condenando a los hombres que caen a sus "pies" por su belleza innata, después guardó las espadas.

El albino regresó con su hermano. - Dime que no fuiste al templo de Thresh - su hermano lo tomó de la vestimenta.

El mayor se liberó. - Lo hice, no me dejabas concentrarme -.

- Si vas acercarte a Reader ten cuidado con su hermano, podría atraparte en su linterna por la eternidad - Yone cerró los ojos para meditar y buscar la paz en su interior, tenía miedo de perder el control de nuevo.

[...]

La azabache estaba acostada en su habitación, tratando de tomar una siesta. De repente escuchó a Thresh pasar frente a su puerta, ella se había encerrado voluntariamente, hace unas noches escuchó a su hermano entrar a su habitación y sintió que la estaba tocando sin su consentimiento.

Se suponía que era su hermano mayor, no un depravado sexual. Soltó unas pocas lágrimas y recordó la roca tallada, esperó a que Thresh se fuera para salir a escondidas de este y no lo notara.

Cuando llegó a la roca comenzó arrancar algunas flores y hacerlas en una corona, además de una capa de pasto falsa, para que nadie más lo pudiera ver y solo ella supiera en donde esta. Se limpió las lágrimas y acomodó algunas piedras de color morado brillante para decorar.

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

- Que hermoso detalle - por algún motivo presentía que pudo hacerlo Yone, conocía a todos los demás menos al albino; Ahri solo guiaba a los espíritus a su descanso eterno; Cassiopeia es egocéntrica y no sería capaz de hacerlo; Riven está concentrada en encontrar todos los fragmentos de su espada rota; ni hablar de Yasuo, por lo que todo apuntaba a Yone.

De la nada escuchó una criatura correr en su dirección, creyó que era Lillia, pero se quedó quieta al ver a Yone diferente, confundiéndolo con un azakana. - ¿Quién eres? - comenzó a llorar del miedo.

Este la sometió a su voluntad, la estuvo olfateando, ella comenzó a forcejear para evitar que le hiciera daño, después comenzó a sentir como este descubría sus pechos, no eran tan grandes o pequeños, pero eran perfectos a simple vista.

- ¡Sueltame! - este comenzó a besarla, mientras ella lloraba. Podía sentirse su tristeza en sus sollozos, Yone la cargó en sus brazos y la llevó a su lugar de paz, donde la dejó acostada en una cama de flores y besó sus labios con delicadeza.

Reader se quedó en shock, llorando en silencio por un buen rato, hasta quedarse dormida. Yone se acostó a su lado y se durmió junto a ella, no era consciente de sus acciones, pero pudo controlarse al no abusar sexualmente de ella. Solo la había besado, ella había sido su primer beso oficialmente.

Melodía de seda~ [Yone x Lectora] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora