Capítulo 1 - La sirena del río

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Después de la muerte hay otra vida, pero si no encuentras paz, podrías convertirte en un demonio si no tienes cuidado con tus deseos...

Cómo pasó con Thresh y su hermana menor Reader, ella en vida solía cantar para su familia, incluso después de la muerte de su hermano mayor su padre la obligó a cantar en el festival para que compartiera su melodiosa voz con el resto de la aldea, pero ella tenía miedo, mucha gente esperaba a que ella cantara una sola canción, al no poder cantar frente al pueblo, trajó deshonra a la familia.

Reader no podía con la culpa, el único que podía ayudarla era su hermano mayor, pero el había muerto hace tiempo. Esa misma noche, una noche muy tormentosa decidió desaparecer de su casa, cuando su madre la encontró trató de convencerla, pero ella resbaló y cayó en el río, ella no sabía nadar, por lo que murió.

Al despertar era de día y buscaba todas sus cosas, no sabía en donde estaba hasta que vio un zorro. — Pareces perdida... —.

— ¿Dónde estoy? ¿Acaso morí? — al parecer si había vida después de la muerte, eran ciertas las leyendas sobre la vulpina que guía a tu alma al descanso.

— Así es, ahora es mi deber guiarte al descanso eterno — recordó a su hermano mayor, quizás podría encontrar paz con él, ya que jamás se había enamorado en vida.

— ¿Guiaste a mi hermano mayor al descanso? — le preguntó con entusiasmo.

— Depende de quién sea él, me recuerdas a alguien conocido — tomó forma humana.

— Él es Thresh — dijo con alegría.

La vulpina cambio de forma, estaba enojada, su aspecto era blanco con azul. — No hay tiempo que perder, sigueme — la tomó de la mano y la llevó al lugar de descanso, hasta que un gancho jaló a la recién llegada.

— Vaya, veo que has muerto, hermanita — este se hizo presente. Su hermana soltó a Ahri y se acercó a abrazarlo. — Me alegra volver a verte... Ya sabes como son las reglas Ahri... — le hizo burla a la vulpina.

— No puedo intervenir si el espíritu elije irse por otro camino — la vulpina desapareció entre el campo, mientras que Thresh se llevaba a su hermana con él a su templo.

Él le contaba todo lo que había hecho ha detalle, a Reader no le importaba que su hermano se haya vuelto un recolector, ya podía estar en paz y sin presiones por parte de su familia.

[...]

Pasó mucho tiempo desde que llegó Reader al mundo espiritual. Ahí no transcurría el tiempo, de hecho, era un misterio como el tiempo se desarrollaba en ese lugar, la joven cantante se la pasaba jugando casi siempre con los Kindred, una pequeña niña y un lobo, Thresh le había contado sobre ellos.

— Bien, si Oveja no aparece, supongo que fue al mundo de los vivos — dijo en voz alta, enseguida escuchó una risa. Se asomó a la piedra grande y ahí estaba ella. — Te encontré, creí que te habías escondido en el mundo de los vivos —.

— Ganaste, por primera vez me encontraste — le dijo.

— Si estamos hablando de contar llevo 1 a 4627 por primera vez en mucho tiempo — mencionó la azabache.

— ¡Reader! — escuchó la voz de su hermano mayor, logró verlo a la distancia.

— Ups, es mi hermano, seguimos jugando después — se acercó a él. — Listo, por primera vez encontré a Oveja, ¿Cómo es capaz de ir al mundo de los vivos? —.

— No tengo idea, es algo que me gustaría saber también — su hermana menor lo miraba de pies a cabeza. — Si, el panda rojo me robó la linterna... Otra vez... —.

— ¿Quieres que la recupere? — él asintió avergonzado. — Esperame en el templo, iré por la linterna — la chica se desvió y llegó al escondite del panda rojo. No lo veía en ninguna parte, hasta que notó la linterna de su hermano. — Que raro, no veo a... —.

— Si quieres recuperar la linterna debes contarme un chiste muy gracioso — le dijo por detrás. La chica saltó del susto. — Lo siento —.

— ¡TEEMO! — se cruzó de brazos y su cara estaba roja del enojo. — ¿En serio quieres otro chiste? ¿Qué le dijo tu cara a mi puño? —.

— En la cara no, por favor — se escondió entre las plantas.

— Dame la linterna, pequeño travieso, por favor — ahora este abrazaba la linterna. — ¿Lo harías a cambio de un besito? — pestañeó muchas veces, el panda rojo le dio la linterna, ella lo cargó y lo besó en los labios de forma rápida, el panda rojo se desmayó de la emoción, todos conocían a Reader, su belleza destacaba más, incluso que la de Cassiopeia.

— Puedo morir en paz — dijo Teemo, yacía acostado entre el pasto de la impresión.

— Ya estas muerto — dijo la azabache. Esta regresó al templo de su hermano mayor.

— Qué bien que volviste, ¿Tuviste que contarle otro chiste? — ella le entregó su linterna.

— Más bien, un beso para que dejara de tomar la linterna — el mayor se quedó callado. — ¿Qué? —.

— ¿Tuviste algún pretendiente en vida? — él murió tres años antes que ella.

— No — era conocida en el pueblo por ser la única que jamás ha tenido un pretendiente.

— ¿Ya besaste a alguien en los labios que no fuera parte de la familia en vida? — no era que ella tuviera incesto y amara a su hermano de otra forma, sino, simplemente lo quiere tal y como es, su hermano.

— Tampoco — respondió a su pregunta.

Hubo un momento de silencio — Tu primer beso fue un panda rojo —.

Ella se sonrojó. Mientras su hermano trataba de no reírse. — ¡No te burles! — soltó pequeñas lágrimas de vergüenza.

— Lo siento, pero es divertido, lástima que no le puedo hacer nada, de lo contrario su cabeza estaría colgada en la pared — ella cubría sus ojos con dos mechones de cabello.

— Iré a lavarme la cara en el río — salió del templo hasta el río, no quedaba muy lejos. En el río encontró el abanico de Cassiopeia, decidió entregárselo aunque le tuviera miedo.

Al llegar fue recibida por la mujer. — Qué bien que llegaste — ella había caído en una trampa, Thresh le advertía sobre Cassiopeia, era una mujer muy pretenciosa y manipuladora aunque fuera hermosa. — Te agradezco por recuperarlo — tomó el abanico y le ofreció asiento.

— Me arrepiento de venir, ¿Qué quieres de mi? — esta se sentó sobre la espalda de un hombre de mediana edad, uno de los varios condenados por la belleza de Cassiopeia.

— Bueno, es un hecho que eres hermosa y eres la razón por la que varios hombres se desvían de su camino y van al templo de Thresh —.

— Pues, soy su hermana — le afirmó, le ofrecieron una taza de té, esta rechazó con la mano.

— Si no fueras su hermana tendrías tu propio templo — dijo Cassiopeia.

— Mi propio... Templo... — le tentaba la idea de tener su propio templo, no le molestaba vivir con su hermano, tenía su propio espacio personal, en vida compartía habitación con su prima. — No, yo no quiero nada de eso, te agradezco en verdad, pero se me hace tarde — logró escapar de su templo y regresó con su hermano. — Iré mañana a  bañarme en el río — se encerró en su habitación.

Melodía de seda~ [Yone x Lectora] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora