Capítulo 10 - Latidos del corazón

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En cuanto Reader y Yone despertaron creyeron que se habían besado a noche y revelado sus sentimientos, el uno por el otro después de que el albino recitara un poema para la azabache. — Buenos días... — dijo Yone con una leve sonrisa.

— Buenos días... — Reader se levantó y se separó de él. — ¿Dormimos abrazados? —.

— ¿Soñaste que nos besábamos? — Yone se levantó de su lugar y acomodó su vestimenta.

— Incluso recitaste un poema — dijo la chica.

— Entonces fue verdad... ¿También me amas? — tomó las manos de la chica, Yun apenas despertó siguió observando a Yone y Reader a través de la puerta emparejada.

Ella miró al suelo con su cara de color rojo intenso. — Si... Pero, no creo que lo nuestro funcione — dio un suspiro y salió de la habitación.

Yone fue detrás de ella. — No es por tu belleza que te amo, sin duda eres hermosa — la detuvo de la mano. Ambos ignoraban a Yun.

— ¿Entonces porque me amas? — se mostraba insegura de si misma, en vida no había hombre que no pudiera cautivar con su belleza innata.

— Tu voz, es lo más hermoso que he escuchado — sonaba sincero. Finalmente, después de diez capítulos, las cosas se aclaraban entre ellos. Tomó sus manos con delicadeza — Yo en verdad te amo —.

Yun salió corriendo del lugar, aún sin que le importara a alguien.

Yone plantó un beso en la frente de su amada, quién se puso roja. — Yone yo... También te amo... — le respondió y después besó su mejilla.

Después de desayunar, Yone y Yasuo se preparaban para salir del templo. — Mientras no estemos, quedas a cargo del templo y dile a Yun que guíe a Kagami como doncella del templo —.

— Si — Yun escuchó todo, estaba a punto de despedirse de sus amos, pero no quería ni siquiera ver a Reader, después de todo, le fue fácil robarle el corazón de Yone.

Cuando ambos hermanos se fueron, Cassiopeia esperaba escondida entre los árboles para poder hablar con la azabache. Aun quería saber de donde sacó la horquilla, al estar frente a la puerta del templo tocó de inmediato, Kagami le abrió la puerta. — ¿Quién eres? —.

— Vengo a ver a Reader — Kagami la dejó pasar junto a su adalid.

En ese momento llegó Yun. — ¿Qué hacéis aquí, mujer serpiente? —.

— Vine a hablar con Reader — Yun aplaudió y las doncellas prepararon la sala común donde ambas hablarían, pusieron el té y galletas en la mesita.

— En un momento viene Reader, aunque si gusta puede llevársela con usted — el espíritu de la tentación sabía lo que Yun quería, dos cosas, la primera, Reader se fuera del templo y la segunda, el corazón de Yone, no le concedía su mayor deseo a cualquiera, solo si lo podía usar a su favor.

— No voy a cumplir tus deseos — le respondió Cassiopeia.

La doncella superior ordenó al resto que la dejaran a solas con el espíritu. Se sentó de rodillas frente a ella — Reader es una molestia, un estorbo, sin ella aquí, Yone sería todo mío... — no estaba dispuesta a mostrarle su lado tierno para atraer a Yone.

— Si es invitada de tus amos, puede estar aquí todo lo que ellos quieran, no puedes decidir por ellos — se mostraba amenazante, quería saber sobre ella, no saber si tenía alguna rival amorosa.

— Me importa una polla quién sea ella, no la quiero ver cerca de Yone, de por si ya se han besado, no sabéis lo que se siente que te rompan el corazón —.

Cassiopeia sonrió. — He vivido más que tú, casi todos mis pretendientes han estado conmigo por mi belleza, solo uno estuvo conmigo por el talento de la familia, cantar... Si no quieres que le diga a tus amos lo que planeas deja tranquila a Reader — en ese momento llegó la mencionada.

— Perdón la tardanza, terminé de bañarme — Yun salió de la sala común sin decir nada y esperar a que se le ocurriera algún plan.

— No hay problema... — le respondió con una sonrisa.

— ¿Qué quieres? ¿Qué seduzca a mi hermano y le quite la linterna? — se cruzó de brazos.

La mayor negó con la cabeza — Sientate, hablemos —.

La menor se sentó frente a ella. — Que raro de tu parte, alguien muy egoísta como para pensar solo en ella y usar a los demás por interés propio — se sirvió té, al igual que a la visita.

La mayor suspiró — Cuando fuiste a mi templo con Yone... Vi en tu ropa una horquilla morada, ¿Puedo verla? — en su cara se desvaneció su sonría.

La azabache le entregó el objeto a Cassiopeia — Espero que no sea ninguna de tus trampas — después agarró una galleta.

La mujer serpiente revisó la horquilla — Voy a contarte una historia... Mi madre tuvo un bebé cuando tenía 8 años, a ese bebé le regaló una horquilla, era una niña —.

— ¿Sospechas que yo soy ese bebé? Si soy hermana de Thresh, lo que es impo... — la interrumpió.

— Es posible, la misma noche en que nació, se la robaron y mi familia nunca más supo de ella — le entregó la orquilla. — ¿Recuerdas quién te dio la orquilla? —.

La azabache estaba en shock, Cassiopeia sospechaba de ella. — ¿Quieres decir que ese bebé era yo? —.

— No lo sabré hasta que me digas quien te regaló la horquilla —.

Se quedó callada la menor. — ... Recuerdo... — suspiró, tenía miedo de ser hermana de ella, principalmente porque destaca más su belleza que la de ella. — Recuerdo que mi madre me regaló la orquilla —.

— Quizá por eso tienes el tatuaje, la familia de Thresh pudo haberte robado — después de eso, Cassiopeia se quedó callada.

— En cuanto venga Yone... Debería decirle — acomodó la horquilla en su ropa.

— Ten cuidado con Thresh, ha estado pasando muy seguido a mi templo y mi adalid lo ha visto interrogando a Yone y Yasuo — se levantó de su lugar, solo quería aclarar la duda.

— ¿Crees que esté enojado? — la mujer serpiente asintió. — Debería de preguntarle con Yone —.

— Si vas hacerlo pasa primero a mi templo para que algunos de mis hombres te acompañen... Yo sé lo que te hizo... — los ojos de la menor se cristalizaron, la mujer serpiente le dio un pañuelo — Yo no quería escuchar, está bien que quieras llorar, pero ten cuidado con los azakana —.

— ¿P-Por qué no hiciste nada? — su voz se había quebrado.

Cassiopeia la abrazó. — Lo siento — la menor correspondió al abrazo.

Melodía de seda~ [Yone x Lectora] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora