Reflejo-Sebasciel.

X: Earl Grey.

DEDICATORIA:
LilianaLedesma240
¡Disfruta!
Espero que este capítulo te encante mucho, tiene el toque mas soft que puedo darle a algo, así que espero lo ames muchísimo, muchísimo<3
Espero andes teniendo bonitos días y si no, aquí hay alguien que te los desea💕

Nos leemos pronto, nuevamente, disfrútalo que es lo importante uwu)✨

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Durante la noche, se había quedado leyendo hasta la madrugada, había dormido en medio de la enorme cama matrimonial sin el miedo a ocupar mucho espacio o molestar en su sueño a Claude, se había levantado temprano sin ni una pizca de cansancio por el desvelo, había tomado un baño de agua tibia y se había arreglado para desayunar fuera aquel día, quizás en compañía del abuelo si tenía suerte.
Aquel día, le inundaba una sensación de alivio y paz mental que incluso le había hecho andar con una diminuta sonrisa en los labios.
Se sentía extraño, la forma en que por primera vez la soledad le hacía sentir tranquilidad, la forma en que por primera vez deseaba a Claude lejos en lugar de cerca llenando un espacio a su lado con su presencia y su voz. Negó con la cabeza antes de abrir la puerta, y no evitó mirar un pequeño moretón en su muñeca que las mangas largas cubrían. Frunció el ceño, suspiró y volvió a sonreír con serenidad.

"No está aquí. Puedes salir tranquilo y respirar un poco con libertad."

Se dijo antes de salir definitivamente y cerrar la puerta por fuera.
Al girarse, inmediatamente se detuvo chocando con el cuerpo de alguien que le tomó por los hombros para estabilizar a sus torpes pies. Alzó la mirada temeroso, más no pudo ocultar su sonrisa y rubor cuando apreció con encanto una mirada rubí enternecida.

-Hola.- Saludó con dulzura en la voz y un suave tono sólo para los dos.
Una de las manos de Sebastian acarició su mejilla con el dorso de sus dedos antes de acomodarle un mechón tras la oreja.

-Buen día, señorito. Luce especialmente alegre hoy.- Sebastian se apartó lo prudente mirándole con diversión y él compartió el gesto de forma cómplice.

-Hoy me siento especialmente bien.- correspondió a la bromilla inclinando el rostro con una pequeña mueca burlesca.

-Dime la razón entonces, de esa forma intentaré llamar a esa circunstancia especial cada vez para poder ver esa linda sonrisa tuya.- Su corazón inmediatamente enloqueció y sus mejillas se tiñeron en colores cálidos.
Negó con la cabeza apenado, apretando los labios como intento por camuflar la sonrisa que aquello le produjo.

-De seguro eras muy popular con las chicas.- Sebastian se encogió de hombros y luego de mirarse a los ojos como si hubiese pasado mucho tiempo desde la última vez, ambos rieron envueltos en su propia burbuja. -¿Has desayunado ya?- Preguntó con ilusión.

-Aun no. Vine a dejar unas cosas de Doll para cuando salga de la escuela, luego tengo que ir a mis clases, de la una de la tarde hasta las tres y media.- Los azules ojos de Ciel brillaron con emoción y Sebastian estaba seguro de jamás haber visto a otro ser humano más hermoso y encantador. -Vamos a comer algo, te invito el desayuno.- Sebastian le dió una suave caricia en la punta de la nariz y asintió completamente feliz, Sebastian pudo imaginarselo fácilmente cómo un cacharro moviendo la cola.

El transcurso fue silencioso y corto, sin embargo, poco podía decirse que había incomodidad ahí. El mirarse a ratos y volver la vista al frente decía mucho mas que cualquier conjunto de palabras que probablemente se le iban a atorar en la lengua y le iban causar tartamudear. Cuando estaba con Sebastian, siempre estaba riéndose de sí mismo de una u otra forma, es que siempre se volvía más torpe, sus tripas siempre se retorcían demasiado e incluso sentía cierta necesidad de ser el centro de su atención en cada momento. No podía evitarlo, el simple hecho de caminar junto a él, sentarse frente a él con una pequeña mesa cuadrada de por medio o estudiar el menú bajo risas y bromas absurdas, le provocaba cierta necesidad porque aquellos cálidos ojos rubí le mirasen sólo a él, y sólo él mirarlo de aquella forma adorada de la que era inconsciente de lo evidente que era.