Perderlo todo es costumbre
Complejo destruido de Silvery
—Está oscureciendo, Quinn —Magaer se detuvo, clavando su arma unos centímetros delante de sus pies—. Y tu padre dijo...
—No me interesa lo que haya dicho.
Magaer cerró la boca luego de soltar un suspiro agotador. Se apoyó bruscamente contra el tronco seco de un árbol que estaba cargado con nieve y varios copos se pegaron a su cabeza cubierta por un gorro negro. Observó el cuerpo rígido de su compañero moverse pesadamente entre los pinos del bosque, estudiando sus alrededores con precaución mientras que sus dedos se aferraban a la empuñadura de sus sables.
Sabía lo que se sentía perder todo lo que uno ama de golpe, querer cerrar los ojos y desear con fuerzas poder despertar en un entorno diferente.
—No hay rastros que podamos seguir desde aquí —comentó alzando la voz para que Quinen lo oyera sin percances; sus manos se metieron en sus bolsillos para poder mantenerlas tibias—. Este bosque está limpio.
—Tengo que salvarla, debe estar muy asustada... —Quinn parecía obsesionado con su tono de voz alterado y la manera fija en la que miraba hacia el horizonte.
Bastaron unas cinco zancadas para que la mano de Magaer se encerrara en el hombro de Quinn y lo diera vuelta de un tirón, sosteniéndolo con brusquedad.
—No es el mejor momento para juegos y lo sabes —se quejó severamente, acusándolo con uno de sus dedos mientras que se enfrentaba a la mirada oscura de Quinn, la cual parecía intimidante por la forma caída en la que sus cejas se mantenían—. Neeva se ha ido.
—Y yo tengo que encontrarla —le dio un empujón con la mandíbula tensa—. Tengo que hacerlo antes de que Mackavish, él no tendrá piedad y se la entregará a Atlory.
Magaer se colgó la espada al hombro, desenterrándola al mismo tiempo que chasqueaba la lengua. Sentía que las bolsas de sus ojos eran tan pesadas como sus húmedas botas para escalar.
Habían estado todo el mediodía recorriendo el bosque, intentando descubrir el rastro azul que dejaría el portal de Neeva, pero no había nada más que una intensa capa de nieve y la compañía del frío. No habían dudas de que Anthony lo había borrado para tener ventaja sobre la búsqueda, pero Magaer no sería el que le dijera eso a Quinn. Ya estaba bastante alterado.
—Neeva también es importante para mí, pero esto se está volviendo un laberinto sin salida —Magaer no quería tener que ser el que le escupiera la realidad del asunto, pero no tenía otra opción, tenía que detenerlo antes de que le sucediera lo mismo que a él—. Sé que encontrarla es lo más importante para ti ahora, pero créeme que no eres el único. El Rey Magnus y tu padre están haciendo todo lo posible para resolver este asunto.
Quinn arrugó la nariz y evitó tener que mirarlo a los ojos, sentía la ira arrastrarse por las venas como una carga la cual era difícil de regular.
La luz era cada vez más escasa y no era una sorpresa el hecho de que las estrellas dejaban de salir por las noches. Cada vez había menos, eso significaba que la única fuente de poder de Lightworld estaba desapareciendo cuando Atlory arrancaba el alma de inofensivas criaturas de la luz.
Y eso lo haría más dificultoso para ellos. Sin sus poderes, sin esa energía, no podían ganar una guerra.
—Yo la metí en esto, Mag —dijo Quinn y sus brazos temblaron de la rabia—. No acabé con Anthony aquella vez en el puente y por su culpa, Neeva está... —Se detuvo, no podía ni pensarlo—. Esta vez será mucho peor y sé que puede protegerse por su cuenta, pero recién recupera sus memorias, necesita volver a arrancar, necesita...

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HEART |2|
Fantasy[SEGUNDO LIBRO] "Atlory colocó su corazón palpitante dentro del cofre, lo guardó bajo llave donde nadie más pudiera encontrarlo y entonces, la guerra oscura comenzó." Neeva ha alterado el curso de todo lo que sus enemigos tenían planeado, pero como...