Vasto Lord

Capítulo XXI: Lazos llamados Amistad

- La razón por la que dos Vasto Lord no deben pelear esta ahí arriba... - dijo el de cabello azul

Del techo colapsado descendió una cantidad abismal de reiatsu, la presión era muy grande, tanto que a los dos humanos se le hizo difícil mantenerse en pie, entonces Szayel extendió sus alas sobre los dos muchachos, Uryuu se sonrojó de inmediato.

- ¿¡Acaso pretendes convertirnos en travesti o qué!? - reclamó el de lentes al de ojos violeta

- No puedo hacerlo más que conmigo mismo, sólo intento protegerlos del reiatsu de ese par... - dijo alegremente el pelirosa

- Ishida ya lo debiste notar es asfixiante ese choque... - le dijo serio Yastura

- Es solo porque no haz visto sus habilidades joven Sado - dijo un poco más serio el quincy

Ambos adolescentes se sentían abrumados por semejante poder que de sentía venir desde el cielo, mientras que los Vasto Lord seguían con su rutina con una naturalidad extraordinaria, incluso los arrancar se inquietaban con el combate.

- No era broma cuando dijiste que podían destruir la barrera entre los mundos, ustedes son una llave del rey viviente, formados por miles de almas con un reiatsu enorme... - opinó Ishida

- Los Vasto Lord no sabemos mentir, pero podemos mantenernos en calma aún en las circunstancias más adversas, nada nos altera... así que supongo que en cierto modo sí somos algo como eso... - dijo Halibell mientras terminaba su bebida

"Quizá con demasiada calma, no solo ignoran lo que sucede con su compañero sino que puede ser destruido el mundo y ellos no parecen tener interés...", pensó el quincy

En el desierto el de alas negras se lanzó contra el shinigami, usó todas sus arpas, pero con su espada el pelirrojo detuvo el impacto, Ciffer se cubrió con sus alas, creó una tormenta de arena que hizo estallar para abrir una brecha, pero el sustituto era ligeramente más veloz, por lo que no duró mucho el distanciamiento, el de cabello blanco entonces usó su alabarda para tener un duelo de esgrima con el shinigami, para el Vasto Lord 1 de las Noches era difícil, porque no quería matar al muchacho sino detenerlo.

También tenía que ser prudente al usar su reiatsu o mataría a los humanos en Las Noches, a comparación de Kurosaki, su conciencia era lo que evitaba una masacre, sin embargo no podía dejarlo libre por ahí, su poder era peligroso, por lo que su lucha era una locura entre intentar vencer al shinigami y no morir en el intento, en otras circunstancias hubiera sido más favorable, pero su duelo tres a uno con los capitanes caídos le causó un desgaste notable, aún así ambos combatientes usaban con gran destreza sus garras, el de ojos dorados sus alas como escudo, su grito hacía retumbar toda la estructura, Ulquiorra protegía su máscara, por instinto pero se dio cuenta que el indomable Kurosaki no lo hacía, era una bestia sádica, el choque de sus fuerzas hacía retroceder a uno o al otro, ninguno renunciaba, sus arpas de ambos los apuñalaban más que sus armas, en un duelo de golpes cruzando.

En un pequeño descuido el shinigami logró hacer retroceder al alado muy cerca de dónde se encontraba la de ojos grises sumamente angustiada, apenas se lograba proteger con su escudo.

- He usado demasiado de mi reiatsu solo defendiendome... - dijo el alado con una respiración agitada

- ¿Está bien joven Ulquiorra? - preguntó nerviosa la chica

- Tck, sólo Ulquiorra, mujer... - le pidió el de cabello blanco

- Joven Kurosaki... - dijo ansiosa la dama

- Es obvio que no está consciente, ese es solo su poder bruto sin control, aunque sólo tengo una oportunidad de vencerle... - dijo algo molesto el alado