Capítulo XXVII: Pesadilla

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Era tarde, la noche ya estaba entrada en horas de la madrugada, la pelirroja daba vueltas en su cama inquieta, un sonido la hizo abrir los ojos pero la luz del faro de la calle era muy tenue para distinguir que causaba el ruido, luego de un momento entendió que aquel sonido era producido por la garganta que se abría encima de su cama, un par de garras blancas se adentraban en el espacio, intentó prender la luz pero no lograba encontrar el apagador.

Una mano con afiladas arpas bajo hasta su almohada, rosando su rostro, cerró los ojos, sintiendo como la otra mano se colocó del lado opuesto, a sus pies se hundió la cama, abrió los ojos la pelirroja sólo para verse frente a una máscara con negros colmillos, al entre abrirse se podía escuchar el silbateo de una respiración, así como pequeños gruñidos que dejaban escapar vapor sólo para verse más macabra esa máscara de hueso en la penumbra.

- Te dije que me cobraría esa promesa con creces... - dijo la voz en la oscuridad

- ¿¡Jo... Joven Ul... Ulquiorra!? - dijo la asustada chica

La situación era peculiar, así como aterradora, poco podía hacer contra semejante monstruo. Su respiración se agitó, su pulso se aceleró, cerró los ojos, esperando por la acción del hollow, pudo sentir como con sus largas garras acarició su cabello, un cosquilleo la hizo sonrojar, era la lengua del enmascarado que acarició sus labios, abrió los ojos pero en lugar de ver el apacible rostro de Ciffer, solo podía observar aquella aterradora máscara iluminada por esos brillantes iris dorados.

El cuerpo del Vasto Lord estaba prácticamente sobre el suyo, lo que le impedía moverse, podía sentir la respiración de caballero en su propia piel, atrapada entre sus brazos, piernas y sus grandes alas, la joven solo miraba aquellos intensos ojos, debido a la naturaleza del hollow no podía besarla como antes; aunque ella lo negara, no le haya dicho a un alma, su cuerpo recordaba las caricias y el placer que le entrego aquel frío arrancar, así que no pudo evitar contestar aquellos extraños besos, solo acariciando la lengua de Ulquiorra, en juego de solo mordaces toqueteos con la lengua y los labios de la chica, una de las garras blancas recorrió su silueta cortando su pijama, sorpresivamente no se resistía a esas salvajes caricias, era lo suficientemente fino para romperlas en jirones sin lastimar su piel, se le erizo el cuerpo solo de sentir aquellas afiladas garras recorrer su torso sin causar heridas.

Apenas le quedaba su ropa interior para cubrir su cuerpo desnudo, de entre las piernas de la dama empezó a surgir un líquido, demostraba lo excitada que estaba la chica, sin dudas ese Ciffer era diferente al arrancar con el que estuvo la primera vez, este era más frío, pero sus caricias no habían perdido su pasión, extrañaba esos labios negros cargados de lujuria, aunque esa sensación electrizante de su lengua le era fascinante, su cuerpo se calentaba más a cada segundo, esas afiladas garras finalmente rompieron sus ultimas prendas, algo la atemorizaba, era una sensación agridulce entre el recuerdo placido de esa noche y el ver al Vasto Lord con su coraza de hueso, aquel juego se volvió más agresivo por parte del caballero, quién gruñía con más fuerza, su lengua recorría desde su cuello hasta sus labios, con una de esas manos de pulcro blanco acaricio y masajeo su seno lo que la hizo gemir, su cuerpo añoraba ese ser que era a su vez tan extraño.

- La ultima vez me dijiste que me entregarías tu corazón... pero no cumpliste tu promesa... - dijo el hollow

- ¿Acaso recuerda lo que pasó joven Ulquiorra?... - dijo sollozando la dama

- Grimillow me lo sugirió, en realidad sigo sin recordarlo, sin embargo no iba a ir a la batalla sin que me pagaras por tu promesa... - dijo con voz fría el de cabello blanco

- ¡Créame joven Ulquiorra!, en verdad no quise romperla... - dijo ansiosa la pelirroja

El Vasto Lord afilo la mirada, su gruñido era profundo, hacía eco entre sus colmillos negros, no sabía que pensaba aquel caballero, su expresión estaba oculta, entonces con su fina y larga cola ató los tobillos de la chica, separando sus piernas, pese a lo atemorizante que resultaba la escena la sonrojada Inoue solo miró al hollow, se dio cuenta de que la intención de Ciffer, no sabía como tomarlo la pelirroja, a quien tenía frente a ella ya no era el arrancar, era otra criatura, sentía el fino pelo que cubría la cadera del caballero tocar su piel en sus muslos y cadera, por un instante el hecho de que no tuviera una figura más humana le dio pánico a la dama.

- ¡Deténgase joven Ulquiorra! - exclamó la de ojos grises

Intento Orihime que el de cabello blanco detuviera su acción sujeto con sus manos sus hombros para empujarlo pero fue inútil, saboreo con su lengua una vez más su pecho, subió hasta su hombro, con aquellos afilados colmillos la mordió, un grito se escuchó por la habitación, un hilo de sangre brotaba por cada herida que abrieron los dientes del hollow, entonces sujeto su largo cabello blanco, temblaba por el dolor que sentía, así que el enmascarado tomo su mano por la muñeca sometiéndola en la cama, el Vasto Lord lamia la sangre que fluía por su piel abierta, la adolescente gritaba incoherencias, para el alado fue un poco complicado acomodarse entre las piernas de la mujer debido a su fino pelo, aun así encontró la posición para penetrarla, la ya aterrada Inoue pudo sentir como entraba el miembro de Ulquiorra en su interior, esta vez no era tan amable, era más bien salvaje, entraba y salia de su interior con cierta ferocidad, su voz de la pelirroja era una mezcla entre gemidos, gritos, por el dolor, mientras que de los dientes de Ciffer sonaba un tétrico gruñido, de sus ojos grises brotaron lagrimas, "¿cómo era posible que sintiera placer en esa situación?, ¿acaso era solo por ser el joven Ulquiorra?".

Pronto sintió un gozo por el dolor que le causaban aquellos colmillos, se sintió igual que una prostituta, lloró por sentirse y someterse así ante el hollow, sus gritos fueron completamente remplazados por gemidos, en algún punto su cuerpo añoraba el placer que le daba el sentir el falo de Ulquiorra dentro de su cuerpo, pero no era solo su cuerpo, se dio cuenta de que en realidad anhelaba su compañía, extrañaba su voz, sus ojos profundos, su efigie, su piel, en ese momento se dio cuenta de que se había enamorado de Ciffer, que en verdad le había entregado su corazón a aquel espada, se había mentido todo este tiempo afirmando que aún amaba a Ichigo.

Pronto sintió un gozo por el dolor que le causaban aquellos colmillos, se sintió igual que una prostituta, lloró por sentirse y someterse así ante el hollow, sus gritos fueron completamente remplazados por gemidos, en algún punto su cuerpo añoraba...

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Entonces despertó Orihime, se dio cuenta que todo había sido una pesadilla, el alado no estaba ahí, nunca lo estuvo, todo había sido su imaginación, pero de algo había servido aquel tortuoso sueño, darse cuenta de que amaba a Ulquiorra, pero como decirlo, cuando este ni siquiera era un arrancar, sino un Vasto Lord, sumado a su carácter frío del hollow, debía intentarlo o encontrar una buena oportunidad para decirlo, porque si no lo hacía nunca se perdonaría el haber roto su promesa y no confesar que lo amaba.

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