Ulquiorra obliga a Inoue a practicar con sus poderes usando pequeños hollow, pero al hacerlo a notado que es capaz de restaurar una máscara, sumando el hogyoku cree tener la forma de convertir a un espada en Vasto Lord, sabiendo esto Orihime intenta...
Era una mañana brillante de primavera, en la casita de la pareja Ciffer, empezaba la tierna rutina, con una buena ducha, el ojiverde preparando el desayuno, estaba especialmente preocupado el hollow por el ánimo de su pelirroja, que empeoraba un poco más cada día.
- ¿Qué te aqueja tanto Orihime? - preguntó una vez más el de pálida piel
- Estoy bien, no te preocupes Ulquiorra... - dijo la pelirroja
- No me mientas, lo haz hecho todas las veces que te he preguntado desde que Kurosaki y Rukia van a ser papás, soy tu esposo - dijo serio el hollow
- Es qué no se cómo decirlo... - dijo avergonzada la mujer
- Solo dime, ¿por qué estas así? - recalcó el de pálida piel
- Es que yo... quiero ser mamá... - dijo poniendo sus manos en su cara completamente apenada
- ¿Quieres un hijo? - cuestionó algo confundido Ciffer
Ella solo asistió con la cabeza, por su parte el hollow solo suspiro, jamás había pensado en ello, entendía perfectamente cómo un hombre y una mujer procreaban, ese no era el problema, era él.
- Orihime, yo soy un Vasto Lord, sabes que no soy un humano normal... - empezó a decirle el caballero a la dama
La pelirroja bajó sus manos y levantó su mirada hacia el pelinegro, nerviosa por sus palabras.
- No sé si sea capaz de hacer lo qué me pides... - dijo algo melancólico el hombre
- Ulquiorra... - dijo triste y sollozando
- Pero, puedo intentarlo por ti, aunque eso implica pasar más de una noche juntos... - dijo algo sonrojado el ojiverde
La chica se puso roja como una cereza, pero con una gran sonrisa y un movimiento de cabeza aceptó.
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A partir de ese día pasaban dos o tres noches juntos por semana, al principio estaban muy bien con eso, Inoue estaba llena de esperanzas, después de un par de meses se ilusionó la pelirroja cuando su período se había atrasado, pero no obtuvo el resultado que buscaba, no se desesperó, solo volvieron al principio, al pasar los meses su fe empezó en picada, entonces en una ocasión cuando tuvo su día de descanso de Ciffer llegó el felino a visitarlo.
- ¿Qué tal te va Ulquiorra? - preguntó el felino
- Es una vida simple, al menos es más entretenido que solo pasar el tiempo admirando la luna... - contestó el pelinegro
- Entonces porque esa cara, te ves más pensativo de lo normal... - comentó el ojiceleste
- Orihime esta muy deprimida porque quiere un hijo... - respondió un tanto cortante el de pálida piel
- ¡Je, je, je!, eso significa que no la haz pasado tan mal con la chica, pero debería saber que eres un hollow, si fuera posible que enjendraramos de esa forma, ¡ya me hubiera llenado de niños...! - dijo sinicamente el minino
