¿La suplementación ayuda a perder peso o ganar masa muscular?

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Los hemos visto mil veces, ¿verdad? Esos batidos proteicos, esas barritas energéticas, esos complementos que se promocionan en farmacias, que toman los/las deportistas, famosos/as o modelos y, sobre todo, que se ven mucho en redes sociales. Se presentan en mil formatos y bajo mil marcas distintas, pero ¿realmente son efectivos o necesarios los suplementos alimenticios para perder masa grasa y/o ganar masa muscular?

Primero que todo decir que este tema es muuuy amplio y de él derivan muchísimos mitos secundarios. En este capítulo hablaré de suplementación en general, centrándome en cuándo es ésta necesaria y cuándo simplemente se promociona con meros fines comerciales que, o bien pueden ser una buena alternativa, o bien no hacer absolutamente nada más que adelgazar nuestras carteras. Vayamos al grano:

Un suplemento alimenticio viene a ser un alimento industrial (es decir, con una composición diseñada) que se comercializa para un público determinado alegando ciertas cualidades nutricionales. La palabra "industrial" tiende a tener una connotación negativa hoy día, pero realmente no tiene por qué ser nada malo: Al fin de cuentas, los alimentos industrializados siguen una normativa y pasan por una serie de controles que los validan para su comercialización (por ejemplo, tienen que tener especificada una lista de ingredientes en ellos, lo que permite que el consumidor pueda saber qué está comprando exactamente). Que el resultado final sea más o menos recomendable para la salud es otro tema, pero no por ello hay que satanizar a una industria que finamente está cumpliendo con la legislación vigente.

Aclarado lo anterior, como dietista-nutricionista fiel a las comidas tradicionales, veo justificado el uso de suplementación alimentaria en dos casos:

1) Pacientes hospitalizados que, por el motivo que sea (falta de apetencia, situación clínica...) no ingieren las cantidades de nutrientes necesarias para su correcta recuperación. Esto se conoce como desnutrición hospitalaria (muy común, por desgracia) y una de las formas más rápidas y fáciles de abordarla es mediante el uso de módulos de suplementación (o bien completos o bien de un nutriente concreto) que, en un volumen reducido y con unas cantidades controladas, pueden suponer la diferencia entre la recuperación o empeoramiento del paciente.

2) Deportistas de élite, ya que cuentan con cuerpos con un rendimiento alto que requieren un aporte de energía y nutrientes muy específico para poder dar su 100% en las competiciones. Muchas veces el requerimiento de estas personas es tan elevado que deberían comer cantidades demasiado voluminosos de comida para poder cubrirlo, lo que puede conllevar a molestias gastrointestinales, pesadez tras las comidas o que, directamente, no sean capaces de terminarse el plato. Por eso una alternativa ideal es combinar la alimentación natural con la suplementación, de forma que puedan comer volúmenes aceptables de comida y terminar de ingerir los nutrientes que requieren mediante un suplemento que, en muy poco volumen, le aporte todo lo que necesita.

No obstante, la población general como tú y como yo estamos viendo constantemente anuncios de suplementos que "ayudan a quitarte esos kilos de más", "ayudan a tonificar tu musculatura", o cualquier otra promesa que simplemente te enganche y convenza de que merece la pena invertir en ello, teniendo en cuenta que suelen ser productos costosos (desde luego, más costosos que los alimentos normales sí son). Aquí es donde viene el dilema: ¿merece la pena invertir en estos productos? Bien... Desde mi más honesta opinión como profesional de la alimentación diré que NO, ya que, al no encontrarnos en ninguna de las dos situaciones definidas anteriormente, todos y cada uno de nosotros podríamos perder masa grasa y/o ganar masa muscular simplemente corrigiendo nuestros hábitos alimentarios y sin necesitar ningún suplemento para ello.

"Pero yo conozco a alguien que ha tomado batidos de X marca y sí que ha perdido peso mucho más rápido que cuando hacía dieta", dirá alguno/a. Y claro, puede ser cierto, pero habría que analizar el por qué de esa pérdida de peso. En el mercado hay una gama enorme de suplementos a nuestra disposición y no todos tienen la misma calidad nutricional. Hay algunos que son de una buena calidad y realmente no aportan nada malo al cuerpo, simplemente sustituyen a otros alimentos con un aporte controlado de nutrientes, pero normalmente la población general no tiene por qué saber leer el etiquetado de dichos productos y, aparte de ser bastante más caros que los de mala calidad, ¿realmente interesa sustituir una buena cena o una rica comida por un batido, por ejemplo? Le quita la gracia a uno de los mayores placeres de la vida, que es comer. En este caso lo que más convendría es el asesoramiento de un/una dietista-nutricionista, ya que con un menú apropiado (y no con dietas milagro, que muchas veces es ese el problema) realmente podrás conseguir los mismos resultados y sin gastar tanto dinero.

Por otro lado, y aquí es donde más me interesa incidir, están los suplementos de mala calidad nutricional (que se componen, básicamente, de agua, azúcar para que estén ricos y enganche el sabor y algunas vitaminas o minerales para poder alegar propiedades beneficiosas y ganar compradores). Recuperando el ejemplo anterior ("Pero yo conozco a alguien que ha tomado batidos de X marca y sí que ha perdido peso mucho más rápido que cuando hacía dieta"), aquí se ve muy bien qué está pasando realmente: Si ese suplemento te está proporcionando un aporte pobre de nutrientes, tu cuerpo se va a poner en alerta y va a optar por consumir las reservas de nutrientes que ya tenía almacenadas, por lo que obviamente vas a perder Kg... ¡porque te estás desnutiendo! ¿Y qué ocurrirá cuando llegues a tu "peso ideal" y dejes de suplementarte porque consideras que ya no te hace falta? ¡BOOM, EFECTO REBOTE! Y en esa situación encontramos a mucha gente: Malnutrida, con hábitos alimentarios inadecuados (porque recordemos que lo que ha hecho ha sido suplementarse, no aprender a comer bien) y habiéndose gastado un montón de dinero en suplementos que, finalmente, no han hecho nada bueno para su cuerpo.

¿A que todo esto no aparece en los anuncios de suplementos para público general? Claro que no, y es que ahora que están de moda y todo el mundo se tira de cabeza a comprarlos confiando ciegamente en sus propiedades... ¡Simplemente no interesa a nivel económico!

¿Y tú? ¿Qué valoras más, tu salud o tu figura? Recuerda, ante la duda de si deberías suplementarte o no o cómo deberías alimentarte para lograr un objetivo concreto acude a un/una profesional de la alimentación y sabrá guiarte en vez de fiarte de los influencers (la mayoría de los cuales no tiene ni idea de nutrición) o los anuncios que veas. Ante todo, ¡la salud es lo primero!

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