Capítulo 9:

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Lucia solo se limita a observar bajo su capucha que cubre la mayoría de su rostro. En sus pensamientos solo presenta la maldad, pero de cierta manera provoca una mirada fulminante en su líder por lo que solo suspira con pesadez al saber que nuevamente se entromete en su zona personal. En silencio baja la mirada a sus pies, pensando: «Por suerte ya no tendré que soportar esto durante unos días» hasta que se da cuenta de que alguien seguramente ya leyó sus pensamientos, por lo que agrega: «Norman, deja de leer mi privacidad»

—Yo no hago nada —sube sus brazos en manera de rendición, dejando confundidos a los demás ya que nadie dijo nada—. Sigan peleando —aclara su garganta viendo que Zero y Yoshisune concentran su fuerza en el combate.

Ambos luchadores solo se dedican a chocar espadas entre ambos, chispas salen del metal mientras Zero ejecuta movimientos elegantes, apaciguadores y centrados mientras Yoshisune provoca golpes de fuerza, calculadores y bien pesados. Entre ambos ejecutan una danza masculina de espadas, donde ambos competidores muestran su mejoría en esos movimiento donde ejecutaban técnicas innecesarias.

Resplandores salen de sus espadas al ejercer más seriedad en el combate. Uno cae al suelo, se levanta y ataca con más furia de la que ya tenía. Avanzan, y destruyen. Sus movimientos toman más fuerza de la que ya tenía, más agilidad y mucho más poder…, todo eso sin darse cuenta de que cada vez consumía más su energía y así acabaría mucho más rápido y en manera mortal para ellos. De repente ambos caen al suelo, sintiendo una especie de calambre completo, o como Norman lo llama: “Zona inmóvil”

—Muy bien muchachos —Norman aplaude con lentitud al acercase a ellos—. Pero aún siguen siendo novatos, eso es lo que pasa por no pensar en su energía y dejarse llevar por la furia. Ahora saben que por ese camino se llega a la “Zona inmóvil”

—Gracias por avisar… —Yoshisune se queja del dolor al estar en el suelo.

—Para saber lo que es la “Zona inmóvil” tienen que saber como se siente, y así poder evitarla —se comienza a alejar de ellos con lentitud—. Cuando se les pase podrán comer algo y luego seguir.

—¡ESPERA! ¡¿NO PENSARAS DEJARNOS AQUÍ?! —grita Zero al estar tirado sobre la tierra.

—Aprendan… Los veo en cinco horas —añade el líder como si no les importara nada.

—¿Cinco horas? —Yoshisune murmura al estar mirando las hierbas—. Bueno, para matar el tiempo… ¿jugamos al “veo veo”?

—Yo empiezo —añade Zero con un infaltable bostezo.

†††

Por otro lado, Rebeka se encuentra con preocupación al caminar al lado de esas chicas ya que sabe muy bien que Lucia no es tan amable. Pero tal vez, esta ocasión era la excepción. Las manos de Rebeka se entrelazan por los nervios de saber que pueden hacerse daño al volar y más por la chica nueva que le parece tan frágil como una muñeca de porcelana.

—Las estaré viendo aquí abajo —añade al observar como Lucia extiende su mano.

—Toma mi blusa —Lucia dice con su acostumbrada seriedad cosa que hace que Abby toma de su blusa—. Abre tus alas —añade al ambas abrir sus alas las cuales son de diferente tamaño.

—¿Ahí? —pregunta con duda.

—Has como si estuvieras volando —Lucia agita sus alas en manera coordinada y lentas, que a comparación de Abby, ella las agita temblorosas, dudosas y descoordinadas.

Hunters Of Eternal OlympusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora