Capítulo 16:

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—Así que Norman te golpeo... —Lucia habla con una cerveza en mano mientras camina por los pasillos del instituto junto con Abby, ya que decidieron volver lo antes posible para arreglar el problema con pociones que Norman podría tener en su laboratorio.

—Nunca creí que hiciera eso...

—Tranquila, cuando pierdes el control siempre lo hace.

—¿Ya te ha pasado?

—Sí, tres veces. Seguramente te dijo: "No tenía un calmante, así que fui por lo más obvio" y finalizó con un: "Así aprenderás a respetar" —ella observa que Abby asiente con sorpresa—. Tranquila, no es nada grave, verás como mañana te hablará como si nada hubiese pasado —ella añade al abrir la puerta que todo mundo tiene restringida.

Lucia abre la puerta sabiendo un truco muy esencial, ya que las claves de Norman son muy complicadas y de otro mundo para ella. Aún así, le había encontrado la debilidad a la cerradura, a las tantas cerraduras.

—Pero se enojará cuando sepa esto.

—Se enojará si se entera —ambas chicas entran al laboratorio viendo miles de cosas hechas de vidrio, sustancias de muchos colores y aparatos muy extraños para Abby.

—¿Al menos sabes hacer eso...?

—Sí —ella añade con seguridad al cerrar la puerta y caminar con toda confianza por ese lugar conocido para ella—. Veamos, si son alas seguramente llevara una pluma de ala de... pondremos la de una lechuza, tiene parecido con la tuya —Lucia toma esa pluma.

—Será mejor irnos, no quiero problemas.

—Abby, por alguna razón estúpida trato de ser amable contigo, pero me rechazas. Ahora me escuchas y guardas silencio porque es la última vez que haré esto. Ah, y se lo significativo que son las alas, es por esa razón. Creo.

—Esta bien, perdón...

—Primero incineraremos la pluma de lechuza —esa la coloca en una llama teniendo sus cenizas—, las colocamos en un mortero y le colocamos unas esencias. Revolvemos y la colocamos en un tubo de ensayo, ahora va la sangre de Yoshisune que debe de tenerla por... —ella busca con atención en los muebles y heladeras—. Aquí está... Ahora lo dejamos evaporar y... —esta observa como se mezcla con una sustancia—. Listo, bébelo.

—Es diferente... —observa el color azulado brillante que es muy distinto al negro grisáceo que ella bebía.

—Sí, es por unas esencias y especias curativas, más el alcohol que te adormecerá por unas horas. Seguramente sabes que es muy doloroso...

—Sí... pero igual gracias —ella comienza a beber con apuro.

—¿¡QUÉ HACEN AQUÍ!?

—Mierda.

†††

Nuevamente se encuentra una pila de antiguos textos sobre la mesa de madera que se encuentra en una enorme biblioteca privada, que se haya en su hogar. El filosofo Johann Cobb se encuentra sumido en esa lectura de necromancia, en sus apuntes que por años ha escrito. Los ojos verdes oscuros se mueven sobre cada renglón de esos textos, en busca de un punto donde ha fallado para mejorarlo, y así poder cumplir con lo prometido.

Unos secos golpes en la puerta interrumpen la concentrada lectura del joven de solo 24 años. Su mirada se eleva con lentitud, para luego dirigirla hacia la entrada de su biblioteca encontrando a la señora Ficher. Tras una breve explicación de su interrupción, él asiente al dejar pasar al desconocido que dice ser amigo del señor Cobb.

Él nunca tuvo amigos...

—Buenos días, Johann —un hombre de baja estatura y estómago grande entra con tranquilidad a esa sala—. ¿Cómo te encuentras? —este detiene su paso al estar cerca de la puerta.

—Como un ordinario humano —añade él con dureza viendo como ese hombre frunce su ceño.

—Johann, quería informarte que... tú esposa pide el divorcio —añade él con un poco de pesar en su voz.

—Dame los papeles...

—Johann...

—¡Que me des los papeles! —éste insiste logrando que el hombre le entregue los papeles para firmarlos con rapidez—. Aquí tienes, ahora largo.

—Joh-

—¡LARGO!

Sin decir más nada ese hombre desaparece de la vista de Johann como si hubiese visto al mismo diablo, pero simplemente observa como ese hombre cumple la petición de su mujer, ex mujer que se encuentra en más mal estado que él. Desde ese día, ninguno de los dos volvió a ser quien era...

Hunters Of Eternal OlympusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora