Capítulo 20:

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—Lo único que puedo oír es la mala fama de ese grupo —Colton murmura cerca de Taisen el cual solo come fruta de la enorme mesa llena de manjares—. Puros murmullos de ellos, al parecer no tienen otra cosa que hacer.

—Lo que sucede es que es el hijo menor de los Wayland —Johann agrega con neutralidad al acercarse a ellos con una copa de champaña.

«Debería de estar con mi esposa...»

—Siendo un humano total, sin habilidad, trae de que hablar en las familias de nobles. Y más aún con su último grupo —continúa hablando con formalidad, atrayendo las miradas de Colton y Taisen—. Es una diversión para ellos hablar así.

—Es muy bajo caer a esos chismes —Zane aparece con su elegancia—. En vez de eso tendrían que preparar lo de mañana.

—Tranquilo, no es la gran cosa —Taisen agrega llevando un gajo de una mandarina a su boca—. Solo disfruta de este fabuloso evento.

—Ten un poco de educación —Colton codea a Taisen por hablar con la boca llena.

—Perdón. En fin, volviendo a las actividades, quería modificar la parte de los idiomas —él añade con neutralidad—. Esto no es una escuela de preparatoria, hay que hacerlo más divertido.

—Creo poder hacer algo —Johann colabora.

—¿Estaría un poco descabellado hacer una batalla entre institutos? Quisiera ver el poder de cada uno de los presentes —Zane agrega llevando ambas manos a los botones de su chaqueta.

—No está mal, después de todo son nobles, deberían de dejarnos perplejos. —Colton añade.

—Bien, piénsenlo. Yo voy por unas bebidas —Taisen comienza a caminar a dirección de la elegante barra moderna en una esquina.

Con tranquilidad camina entre esas personas que poseen una vestimenta elegante igual que él, su cabello sujeto y liso hace verlo más atractivo y aún más con su paso confiado. Llega a la barra y pide unas bebidas con poco alcohol ya que no sabe el gusto de cada quien, además es mejor prevenir vergüenzas. Con cuatro copas en mano comienza a caminar con cuidado entre esas personas, hasta que inesperadamente ocurre un tropiezo en su camino.

—Por el amor de Dios —Rebeka se queja al tener su torso mojado con una bebida pegajosa.

—No sabes cuanto lo siento —Taisen con preocupación y lleno de culpa toma un fino pañuelo del cuello de una dama que se encuentra a su lado, para usarla como servilleta en el cuerpo de Rebeka.

—Santa madre —Rebeka sigue diciendo esas palabras, para no perder la etiqueta, al sentir como esa gruesa mano limpia sus desnudos hombros—. Deberías de tener más cuidado.

Ella eleva su mirada observando a ese apuesto joven de ojos brillantes como el reflejo del sol en las mojadas hojas de la verde selva, ese cabello sedoso provoca miles de latidos por segundo en su muerto corazón, la delicadeza de sus manos causan un gran nudo en su garganta, y sus palabras se pierden al hundirse en ese rostro así como también muere por sus palabras.

—¿Estás bien? —él pregunta con unos enormes ojos.

—E-eh… Estoy b-bien —ella, embobada, retoma su compostura.

—Lo siento —le entrega ese pañuelo para luego ir por unos tragos y dirigirse a sus compañeros.

—Maleducada, ladrona de sexta —una señora regordeta le quita su pañuelo de las manos para luego alejarse de Rebeka.

—Ya me quiero ir… —murmura.

†††

—Prueba esto Yoshisune, está delicioso —Abby toma un trozo de sushi para extenderlo hacia Yoshisune.

Hunters Of Eternal OlympusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora