Cap.1

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Y ahí iba de nuevo, otra chica que me rechazaba. Bueno, era la segunda en realidad, pero no quitaba el hecho de que se sentía horrible; no por que estuviera enamorado, para nada. Sino por que ambas tenían un factor común, ese factor que causaba que no me correspondieran.

Como si fuera poco, tenía que soportar a ese tipo en mi casa cada cierto tiempo cuando a mis padres se les ocurría la genial idea de realizar cenas e invitarlos a ellos.

Pues sí, ese factor común tiene nombre, Perth Tanapon. Dios, como diablos les puede gustar un tipo como él, es un completo idiota, miserable y lo detesto.

Realmente espero que en la vida no tenga que verlo más, espero que nuestras familias nunca hagan negocios juntos y espero que desaparezca de la fas de la tierra.

«Saint Suppapong, adolescente de catorce años, quien odia profundamente a Perth por muchas razones completamente válidas, ahora último su odio se ha reforzado aun más ya que ambas chicas lo rechazaron por estar enamoradas de Perth..»









9 Años después..


– ¿¡Qué!? –gritó eufórico.

– No seas tan bullicioso hijo, ya cálmate.. –lo miró sin darle mucha importancia al berrinche de su hijo.

– ¿¡Pero cómo es posible papá!? Hay tantos inversionistas en este país y no, ¿Tenías que hacerlo con ellos? –dijo indignado.

– Saint todo el mundo lo sabía, y tú también. Era obvio y evidente que íbamos a formar un nuevo consorcio con los Tanapon.. –se cruzó de brazos y alzó una de sus pobladas cejas– Que tú no hayas querido verlo es tu problema.

– Pero papá.. –tomó cara con ambas manos en un gesto demasiado dramático– No me puedes hacer esto, me has traicionado.. –lo miró con reproche.

– Vamos Saint, tienes ya 23 años. Estás lo suficientemente grande como para poder resolver tus problemas con Perth.. –se levantó de su asiento sacudiendo su pantalón– No sé que demonios pasó entre ustedes, pero ya deja eso en el pasado ¿Si?.

Caminó hasta Saint y quedó frente a él. Su hijo estaba con los ojos muy abiertos, y sus fosas nasales ensanchadas.

– Más te vale hacerlo hijo, porque a partir de ahora lo verás más seguido en la compañía, por no decir todos los días.. –soltó una risita, le palmeó el hombro y salió del gran despacho sin mirar atrás. Saint estaba petrificado.

– ¿Q-qué demonios acaba de decir?.. –pestañeó un par de veces, intentando no creer todo lo que el viejo hombre había dicho.

– ¡¡Maldito destino, y maldito Perth!! ¡¡Ah!! –gritó revolviendo su cabello, totalmente eufórico.

Saint Suppapong pasaría una muy mala temporada, o eso él creía. ¡Que comience el juego!.

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– Saint, has estado hablando de lo mismo toda la maldita tarde,  ¿Te puedes callar? –lo miró con aburrimiento.

Llevaba más de media hora hablando de lo mismo.

– Esta bien.. –volteó los ojos– Aún sigue siendo impactante para mí, deberías apoyarme un poco Plan. Eres un pésimo amigo lo sabias.

– Porque soy el mejor amigo del mundo es que te digo que pares. ¿O es que crees que Izan está desperdiciando su muy valioso tiempo lamentándose y lanzando maldiciones porque trabajarán juntos? –arqueó su ceja, burlón– Yo creo que no –movió su dedo acusador en dirección a su rostro.

Captivating Enemy [Adapt./PinSon] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora