El fin de esta guerra 1

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La mañana había transcurrido de forma amena, con Gun acostumbrándose a sus nuevas habilidades, Mark jamás dejó su lado y de vez en cuando le decía lo hermoso que se veía siendo ahora inmortal

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La mañana había transcurrido de forma amena, con Gun acostumbrándose a sus nuevas habilidades, Mark jamás dejó su lado y de vez en cuando le decía lo hermoso que se veía siendo ahora inmortal.

Ahora, Gun se encontraba en la sala, con libros a su alrededor, sentado en la alfombra mientras reposaba su espalda en el sillón, sus dedos pasaban las finas hojas que parecían distintas a las actuales, comprendiendo que se trataban de libros demasiado antiguos, la gran mayoría de ellos en realidad.

─ ¿Todos los vampiros tienen que ser lectores? ─preguntó Gun sin dejar de leer

─ No exactamente, muchos solo coleccionan por aburrimiento, pero rara vez leen

─ ¿Por que comprar cosas que ni siquiera usas?

─ Son nuestros gustos, cuando tienes inmortalidad es muy común dejarte llevar por tan solo unas pocas cosas que parecen insignificantes

─ ¿Es tu caso?

─ No, me gusta leer, mas no siempre lo hago, te recuerdo que soy el CEO de una empresa, no tengo mucho tiempo como me gustaría ─Mark suspiro mientras recordaba la cita que tuvo que atender esta mañana ─ Los libros son mas para Cain, ya que Perth igual debe trabajar

─ ¿Cain es...?

─ Mi padre si lo quieres poner así, él me crió durante mi etapa mas rebelde y después me adoptó al mismo tiempo que Perth

─ Realmente pareces ser muy cercano a Perth ─susurró en voz baja, dejando el libro en la mesa del centro

─ Nuestra relación es mas profunda de lo que crees, él es mi diestra

─ ¿Diestra? ¿Que es eso?

─ Hay muchas cosas que debes aprender Gun, pero no tienes porque ser tan ansioso, después del juicio, prometo contarte absolutamente todo ─Mark se inclinó y besó dulcemente los labios de su destinado, sintiendo su corazón palpitar de alegría

Estuvieron así por algunos segundos hasta que un ligero disturbio se escuchó en la entrada, despejaron sus labios y Gun sintiendo algo de miedo se sentó en el regazo de su hombre, aferrándose a este.

─ ... ¡No es mi culpa que no hayas podido alcanzarlo! ─la clara voz de Perth hizo que Mark mirara la entrada confundido

─ ¡¿Ahora resulta que es mi culpa?! ¡Eres un imbécil!

─ ¿Que es lo que sucede?

Tan pronto como la voz de Mark se escuchó, la discusión se cortó abruptamente, los protagonistas miraron hacía Siwat antes de soltar un profundo suspiro y negarse a verse a los ojos.

─ ¿Y? ─volvió a cuestionar el de piel pálida, sosteniendo aun a Gun entre sus brazos

─ Nicolas se nos adelantó ─soltó Mew luego de algunos segundos en silencio

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