Primer libro de la Saga Inmortal.
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─ "Su aroma me atraía mas de lo que quería, de lo que podía controlar, su sonrisa inocente me seducía sin pensar, sus ojos tan perdidos en el alcohol y sus labios tan rojizos por los besos... Era el...
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Mark
El camino a mi casa se me hizo eterno, en cada semáforo nos besabamos de manera intensa, cuando al fin visualice mi edificio sonreí ampliamente, por fin podría hacer mío a este hermoso y ahora caliente chico a mi lado.
No se de que droga se habrá metido, pero si lo pone así de caliente y ansiado por mi toque, estaré dispuesto a comprarle cuanto haga falta.
Una vez que estacione el coche, baje rápidamente y al abrir la puerta, Gun se lanzó a mi sumergiéndome en un profundo y lujurioso beso.
Insisto, necesito saber que droga ingirió para que se comporte así otra vez.
Cargue a mi pareja sin dejar de besarnos, por suerte, la mayoría de los vampiros cercanos se habían ido de cazería pues cada dos semanas necesitamos algo para calmar nuestra sed y de paso liberar nuestro estrés.
Aunque ahora eso no será necesario para mi, ya que en mis brazos tengo a una linda esposa que me va a complacer de mil maneras y todas las iba a descubrir esta noche.
Abrí como pude la puerta de mi departamento y la cerré con algo de fuerza camine aun con Gun besando mi cuello de manera feroz, desesperado por mi toque y atención, pronto le enseñaría la gravedad de sus actos.
─ Se delicado, él es humano y es nuestra pareja ─decía una voz en mi interior
Haciendo caso a esa voz, dejé a Gun en el sofá cercano para poder traer algo de agua y que él volviera a la sobriedad, pues, aunque las ganas de marcarlo como mío eran intensas al ver su camisa negra desabotonada casi en su totalidad, mostrando un pecho bien trabajado y firme, debía de contenerme, lo menos que quería era que él despertara y pensara lo peor de mi.
A penas y lo deje en el sofá cuando siento como un brazo me tira a el de nuevo, para mi sorpresa, Gun se ha subido arriba de mi y a comenzado a besarme de manera intensa, las pocas fuerzas que tengo se perdieron cuando comenzó a mover sensual y provocativamente sus caderas sobre mi pene, haciendo que este comenzará a despertar.
Pequeños gruñidos y jadeos salían de mi boca, deje sus labios y baje hasta su cuello donde comencé a succionar, dejando marcas en su suave piel, mis manos se movieron desde su cadera hasta sus costados, pasando por esa fina cintura, llevándome poco a poco a la locura.
Con mis agiles manos logré deshacerme de la camisa y la aventé a algún lado de la habitación, mis besos bajaban de su cuello hasta su pecho, mordiendo, marcando y besando cada espacio de ella, mientras que mi pareja continuaba con el movimiento de sus caderas.
El ambiente se volvió cada vez mas candente, ya no podía soportarlo mas, tome a Gun de los muslos y me levanté del sofá, él enrollo sus piernas en mi cintura y atacó mis labios.
