Ahora me perteneces

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─ ¿Donde esta Gun? ─el tono venenoso con el que Mark dijo esas palabras

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─ ¿Donde esta Gun? ─el tono venenoso con el que Mark dijo esas palabras

El hombre lo veía de manera burlona, aun sosteniendo el vaso de licor en su mano, solo basto una mirada para saber quien era ese tipo y que hacía en su casa.

Mark Siwat no iba solo, llevaba consigo a algunos guardaespaldas, podía arrancarle la cabeza a este tipo sin ningún problema, pero él debía de mantener las apariencias.

─ Así que tu eres el imbécil que marcó a Gun ─el malvado hombre bebió de su trago con tranquilidad

Ese solo comentario hizo hervir la sangre del inmortal, justo cuando se le iba a lanzar encima a ese hombre, unos brazos se lo impidieron un suave y refrescante olor a limón lo tranquilizó.

Después de todo, había sido buena idea llevar a Perth consigo.

─ ¿Que? ¿Necesitas de mas hombres? ¿Acaso no puedes lidiar tus propias batallas? Que patetico ─el hombre se burló, encantado de las reacciones que provocaba

Estaba cometiendo un gran error al subestimar a Mark.

Y si, con eso todo lo demás se fue a la mierda, desde la poca piedad que le pensaba tener por tan solo ser el padre de su compañero destinado, esa rata no se merecía vivir.

─ Ve por Gun ─le susurró Siwat a Tanapon y este dudo unos momentos antes de partir

Los ojos fríos de Mark nunca dejaron de ver a ese tipo, ese mismo con el que su Gun tantas veces se acostó y dejo que lo tomara cuantas veces quisiera.

Su cuerpo se sentía caliente y sabía que era porque su pareja había entrado en celo, pero cuando quiso ir a ver a Napat, este ya se había marchado.

El vampiro no puede explicar aun lo que sintió, solo sabía que debía de quitar a ese hombre en medio a como diera lugar, sin importar cuan lastimado podría salir Gun de esto.

Una vez que Perth se marcho del lugar, llevandose consigo los guardaespaldas, Mark, quien aun lo tenía agarrado del cuello de la camisa, lo estampó contra la barra de marmol.

El hombre gruño de dolor y el sonido del vaso siendo roto en pedazos lleno el silencio mortal dentro de la habitación.

─ ¡Maldito bastardo! ─dijo casi sin aire por la presión ejercida ─ Te vas a arrepentir de tratarme así desgraciado

─ Yo creo que el que se va arrepentir de meterse conmigo eres tu sucia lacra

Dicho esto, Siwat lo arrastró hasta el comedor donde golpeó de nuevo su cabeza contra la madera de esta, creando un sonido sordo que se extendió por el lugar.

Las pupilas dilatadas reflejaban el enojo que el vampiro cargaba por dentro, era uno mortal, uno que acabaría con la vida de ese hombre.

La sangre ya caía de su frente, pero el hombre aún tenía la arrogancia de burlarse.

Destino Indeseado ➡ MarkGun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora