Primer libro de la Saga Inmortal.
|| En Edición ||
─ "Su aroma me atraía mas de lo que quería, de lo que podía controlar, su sonrisa inocente me seducía sin pensar, sus ojos tan perdidos en el alcohol y sus labios tan rojizos por los besos... Era el...
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*1 semana después*
Perth
Ya había pasado una semana desde que Mark había encontrado a su pareja, desde ese día lo he visto actuar normal, como si nada hubiera pasado, luciendo radiante y lleno de seguridad como siempre.
Inquebrantable.
Pero eso solo era ante los ojos de sus empleados y el mundo, en realidad él se estaba debilitando, ahora que su pareja había llegado a su vida, solo podía consumir su sangre pero solo sabía su nombre, por lo cual era casi imposible dar con él en un lugar tan concurrido como Bangkok.
Hasta ahora lo había mantenido estable con un poco de mi sangre, la cual era la única que no vomitaba, pues ya para este punto había intentaba de todo, no obstante, Mark estaba mal y necesitaba encontrar una solución rápida.
No quería perderlo, sencillamente no podía imaginarse ese escenario, Mark me salvó tiempo atrás, pero yo no podía hacer nada mas que viendo como se iba muriendo delante de mis ojos, eso solo hacía que sintiera decepción hacía mi mismo.
Era patético.
─ Te juro que estoy bien Perth, estas haciendo una tormenta en un vaso de agua
─ ¡No! ¡Sabes bien que tengo razón! ─grité, sentándolo en la orilla de la cama ─ No estas bien, no intentes mentirme a mi que te conozco
El de tez clara suspiró rendido, en realidad el moreno tenía completa razón, ni siquiera pudo llegar al baño sin tener que sostenerse en el camino, estaba mas débil de lo que iba a admitir.
Mi mirada estaba fija en mi amigo, mientras que tenía el móvil pegado a mi oído, esperando que la persona al otro lado contestara.
─ Liana Valentini al habla
─ Liana, soy Perth Tanapon, amigo de Mark Siwat, necesito hablar contigo, si me permite ─se sorprendió escuchar mi voz, pude sentirlo
─ ¿Ahora? En realidad estoy de camino a mi trabajo
─ Tiene que ser ya, tu jefe esta enterado acera de tu ausencia, así que no hay problema con faltar el día de hoy ─escuché como soltó un bufido, de seguro ya le había llegado el mensaje de Singto, su jefe y CEO de la empresa donde trabaja
─ ¿Podría saber de que se trata? ─preguntó, aunque supongo que ya sospechaba
─ Es sobre tu amigo, el que se fue con el mío esa noche en el bar ─escuche un suspiró y un murmullo que no pude entender
