¿Cuantas vidas atravesarías para estar con el amor de todas tus existencias?
Robin y Sebastian se han enamorado a lo largo de seis vidas y en todas murieron tragicamente.
En la séptima, ambientada en la actualidad, ninguno se recuerda, pero las pesa...
A ver, este capítulo inicia varios días después del encuentro con Chris, pero, tendrá un recuento de lo que pasó antes de la reunión y lo que pasó después, antes de llegar nuevamente al inicio. Les dejo esta nota porque necesito que en los comentarios me digan si se entiende la forma en la que está narrado el capítulo. Cuando pase a edición para presentarla a editoriales no podré poner estas advertencias, así que es importante para mí que se entienda cómo está narrado. Si se pierden en algún punto me lo hacen saber para revisarlo y editarlo. Lo importante es que se entienda que el capítulo inicia con Sebastian recordando lo vivido los últimos días desde la cena con pizzas. Pero, entre medio, habrán escenas referentes al antes y después de la reunión. Sí, hasta a mí me explotó la cabeza con esto jeje ¡Disfrútenlo!
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CAPÍTULO XXXII
CASTILLO DE NAIPES
SEBASTIAN
Esa mañana había aumentado su dolor de cabeza. No durmió en toda la noche, aunque llevaba un par de días sin poder dormir bien, especialmente desde la reunión con Centauria. Pero ese día en especial, no se atrevía siquiera a parpadear.
Lo que había comenzado como un bello sueño del recuerdo de Melkan teniendo un momento íntimo con Tavea, se había transformado en pesadilla cuando el dolor de la espada al atravesar su abdomen le quitó hasta las ganas de volver a ver una película que implicara ese nivel de violencia.
Ya sabía lo que se sentía y no estaba dispuesto a revivirlo nuevamente en series de televisión.
Estuvo toda la noche sentado al borde de la cama. De vez en cuando su cabeza se caía hacia delante, pero cada vez que cerraba los ojos la sangre aparecía delante de ellos acompañada del dolor. Y por más que le pidió a Antaruk que detuviera las imágenes el Dios no estaba si quiera en control de ellas. No obstante, su instinto le advertía que algo estaba a punto de ocurrir, y fue más que suficiente para que no pudiera seguir durmiendo. Y por eso, tal vez, las pesadillas eran cada vez más vívidas y dolorosas.
Estaba seguro que desde que se había establecido la tregua se había vuelto peor, como si la vida actual quisiera darle golpes con sus recuerdos para que se diera cuenta de algo, pero no sabía qué era. Y eso lo estaba desesperando.
Los últimos días habían sido caóticos. Con la libertad de sus Estrellas para salir cuando quisieran estaba perdiendo el poco control que tenía sobre ellos, incluso Liana y Alabaster habían comenzado a desaparecer durante el día. Llevaba tres días desayunado prácticamente solo, ni siquiera Claire le hacía compañía porque salía apresurada a hacer algo urgente. Hasta se había disculpado por no poder acompañarlo a la reunión con Centauria porque había tenido algo importante que hacer. Pero ¿qué rayos era más urgente que trabajar por la causa? Desde hacía casi dos días que no sabía nada de su hermana, a veces solo coincidían durante la noche, pero ella se retiraba temprano a dormir. Había comenzado a sopesar que tal vez la idea de la libertad no era tan buena como creía. Pero el tiempo a solas también traía consigo algo beneficioso: pensar.
