La Niebla

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CAPÍTULO XVI

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CAPÍTULO XVI

LA NIEBLA

SEBASTIAN

Cambridge. Inglaterra
2015

Escuchó desde lejos los sonidos provenientes del pasillo. Se reacomodó entre las sábanas dejando una pierna fuera, por el costado.

Siguió con los ojos cerrados y ni siquiera se inmutó cuando alguien entró a su habitación sin pedir permiso.

—¡Por todos los Dioses! —se quejó Claire. Sebastian abrió un ojo y sonrió.

—Buenos días hermanita... —saludó soñoliento.

—¿Es en serio? —lo regañó ella. Los rizos de Claire se movieron sobre sus ojos verdes cuando desvió la mirada hacia otro lado.

—¿Qué hora es? —preguntó otra voz igualmente adormecida. Una cabeza asomó entre las sábanas. La piel tostada de Liana relució ante el rayo de luz pálida que se filtraba entre las cortinas. Cuando se giró a mirar sobre su hombro, sonrió burlona—. Oh, buenos días...

Claire no respondió, o bien, no quiso. Simplemente mostró los dientes en una mueca que la asemejaba a una leona a punto de atacar.

Sebastian solo sonrió sin decir nada. La muchacha que estaba sobre su pecho se sentó en la cama y dejó que las sábanas cayeran a sus caderas revelando su desnudez. Claire resopló.

—Son las doce —lo increpó molesta—. Dimitri está esperando hace una hora para reunirse contigo, Sebastian —. Él abrió la boca para responder, pero antes que lo hiciera, Liana sonrió, se sentó en la cama y estiró los brazos sin avergonzarse de tener los senos al aire. Se vio forzado a contener una risita, sabía lo mucho que a ella le gustaba molestar a su hermana.

—Es domingo —bostezó Liana con seducción, mirándolo de soslayo—. Tenemos cosas más importantes que hacer. Vasíliev puede esperar —ronroneó acomodándose a su lado otra vez, acariciándole la mejilla con la nariz.

El sonrió curvando los labios sin quitarle los ojos de encima a Claire, que parecía echar chispas por los suyos. Estuvo tentado de responder la oferta de su compañera y echar a su hermana de la habitación, pero no era idiota. Antes que Liana se agazapara sobre él, contorneándose como una serpiente, Seb se giró con rapidez sentándose al borde de la cama.

—Lo había olvidado —dijo con seriedad fingida—. ¿Qué hora dijiste que era?

—Medio día —contestó Claire mientras recogía la ropa que estaba desparramada sobre el suelo. Liana resopló.

—Bien, por lo visto nos aguaron la diversión —se quejó con un puchero, y, sin recato, se levantó de la cama totalmente desnuda. Le sonrió a Claire con aquella mueca que a Seb aún le causaba escalofríos pero que en su hermana solo parecía alterar su calma. Se acercó hasta ella y le quitó la ropa que había cogido del suelo. Sacudió su pelo golpeándole una mejilla—. Gracias querida, te dejaré esto en la lavandería, necesito mis pantalones planchados para mañana.

Crossroads • A Través del Tiempo {Libro 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora