XXIV. El negocio

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Verónica

Ese martes por la mañana até mi cabello en una apretada cola de caballo debido a que era el día del partido de voleibol contra el equipo de Anna, y no podía dejar que por culpa de mi cabello perdiera delante de ella. El profesor sopló su silbato, por lo que metí mi celular en mi bolsillo.

—Muy bien chicos, el primer equipo que llegue a los 10 puntos tendrá la nota completa, y podrá saltarse la clase durante dos semanas.

Todos en el gimnasio aplaudimos en ante la explicación del profesor.

— ¡Silencio! —ordenó él—. Déjenme terminar —añadió, quedándose callado durante un par de segundos—. El equipo perdedor recibirá la mitad de la nota, y evidentemente vendrá las dos semanas completamente normal a esta clase —Anna levantó la mano—. ¿Algún inconveniente señorita Cassanova?

—En lo absoluto, solo quiero pedir disculpas de antemano al equipo de Verónica, porque por su culpa tendrán que venir dos semanas a gimnasia mientras nosotros descansaremos.

Blanqueé en mis ojos ante su comentario.

—Dos simples reglas: no dejar caer el balón, no darle más de tres toques en un mismo equipo —explicó el profesor—. Altamira, ustedes hacen los honores —añadió, pasándome el balón.

Lo atajé y examiné a los miembros de mi equipo, entre los que se encontraban Jayden, Sabrina, Emma y otros 9 chicos de mi clase. Sí: Joey y Michael estaban en el equipo de Anna.

—Cuidado le dan el balón a Sabrina —advirtió Anna—. No vaya a ser que se lo robe.

Los del equipo contrario —a excepción de Joey y Michael—, estallaron en risas.

—Es para hoy señorita Altamira —recalcó el profesor.

—Lo sé, lo siento —dije, negando repetidas veces con la cabeza.

Finalmente le pasé el balón a Jayden, quien hizo un saque alto; la pelota se dirigió hacia Joey, por lo que Emma le silbó para distraerlo y lo saludó de forma coqueta.

— ¡Joey! —gritó Anna, cosa que fue inútil porque ya el balón había tocado el suelo.

—Prof... Yo... —balbuceó él—. ¡Eso es trampa!

—En ningún momento escuché al profesor mencionar algo sobre distracciones —se excusó Emma, jugando con un mechón de su cabello negro—. ¿Hice algo contra las reglas?

El profesor negó con la cabeza en respuesta—. Punto para el equipo Altamira.

—Jugando sucio cualquiera anota puntos —dijo Anna.

Anna lanzó el balón con fuerza hacia mi pecho, y si algo había aprendido esos días con V a nuestras espaldas era a tener reflejos, por lo que lo atajé antes de que me golpeara con él. Le pasé el balón a Emma para que hiciera el saque, quien lo hizo lateral por abajo; una chica asiática del equipo contrario recibió el balón e hizo un pase lateral con voleo alto, dándoselo a un chico moreno, quien hizo un pase frontal hacia mi equipo.

Un chico pelirrojo de mi equipo recibió el balón con voleo bajo y enseguida me lo pasó, por lo que lo devolví con fuerza con un pase frontal al equipo contrario.

—Ojalá así de fuerte hubieras golpeado a Patrick —se burló Anna.

Joey recibió el balón en el equipo contrario, devolviéndolo con un pase frontal al mío.

—Por lo menos tenía novio. A ti no te aguanta ni tu madre —respondí.

Jayden recibió el balón, haciéndole un pase frontal a Emma, a quien se le cayó.

The Liars | COMPLETA | The Liars Saga l Libro 1 | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora