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Desperté y tallé mis ojos con cuidado para voltear y verlo. Estaba ahí, recostado boca abajo a mi lado. Sus ojos estaban cerrados y su cabello estaba desordenado, su espalda descubierta y una tranquilidad estaba presente en su cuerpo.
Por un momento me sentí mal, pero no diría nada hasta que se diera cuenta.
Me acomodé de lado para verlo de cerca y acariciar su cabello mientras apreciaba cada centímetro de él.
No pude evitar sonreír como tonta enamorada al verlo tan tranquilo y calmado.
Shall I stay?
Would it be a sin
If I can't help falling in love with you?
Canté mientras seguía acariciando su suave cabello y una sonrisa se formaba en mis labios, estaba feliz de ser la mujer que estaba con él, porque vamos, de tantas chicas tuve la dicha de ser yo.
Me alejé un poco de él y me senté en la cama para levantarme al baño. Sí, aún me dolía.
Hice mis necesidades, lavé mi rostro, mi boca y mis manos y salí del baño encontrándome con Rivaille sentado en la cama, se veía desorientado mirando hacia la nada.
—Buenos días —saludé sentándome junto a él.
—Buenos días —se acercó a besarme.
—¿Qué pasa? Te veo pensativo...
—No pasa nada, es sólo que tuve un sueño raro...
—¿Ah sí? ¿Sobre qué?
—Estaba en un jardín, lleno de lirios. Veía a todos lados pero era el único que se encontraba ahí, ademas estaba oscuro y sólo era iluminado por velas. Caminé un poco y encontré un piano, me senté en un taburete frente a él y pasé mis dedos sobre las teclas cuando escuché una voz, una hermosa voz cantando una parte de una canción... Era como si me la estuviera cantando a mí —me miró confundido.
