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—Ella despertó, pero le vamos a seguir haciendo estudios... Les avisaremos cuando puedan pasar a verla —terminó de decir y se retiró.
Suspiré con alivio, pues sentía un gran peso menos, abracé a Mikasa con fuerza y acaricié su cabello.
Después de unos minutos de un pequeño festejo, nos volvimos a sentar.
—Tengo hambre... Iré por algo a la cafetería —habló Mikasa llamando la atención de Charisse.
—Te acompaño... Señor Ackerman, ¿quiere que le traiga un café? —Preguntó amablemente.
—Sí, muchas gracias —respondió mi padre.
—Perfecto... Levi, te traeré un té —avisó a lo cual asentí y las dos se dirigieron a la cafetería.
Después de un minuto en silencio, mi padre habló.
—La chica es muy atenta, me recuerda a tu madre cuando era joven —rió ligeramente con nostalgia.
Moví la cabeza de arriba hacia abajo mientras suspiraba.
Aproximadamente diez minutos después llegaron Charisse y Mikasa con lo que traían, me entregaron el té, a mi padre le dieron su café y traían otro par para ellas además de un poco de pan. Sin más, desayunamos para poder recuperar fuerzas.
—Llamaré a Maxwell para avisarle la situación y poner una nueva fecha de visita.
—Yo lo hago —Charisse se levantó de su asiento y caminó un par de metros alejándose de nosotros.
Minutos después llegó y volvió a sentarse donde estaba anteriormente.
—Dijo que no hay problema, que después hablaba contigo y cualquier cosa que necesitáramos podíamos llamarle.
Asentí ante sus palabras y le agradecí.
Pasó una hora y seguíamos esperando alguna noticia de los estudios que le habían hecho a mi madre, pero nada.
—Buenos días —Saludó Hanji quien iba llegando seguida de Nanaba. Los cuatro las saludamos.
