Capítulo 32

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Capítulo 32

Arturo se había ido a la Costa Atlántica por razones de trabajo. Había estado con Ellos en aquella casa que acondicionaron para vivir temporalmente y lo había pasado muy bien. Estuvo presente en las discusiones de mis discípulos relacionadas con las víboras. Luego de la partida de aquel me encontré con mi discípulo y charlamos sobre el tema.

—Tenemos enormes problemas con las víboras. —dijo Él

—¿Por qué? —pregunté

—A mí me producen aversión, y a Ella la asustan mucho. Y ayer nos cruzamos con una y mi compañera se asustó tanto que dijo que no quiere ir al cerro, a las rocas. ¡No sé! Yo pienso que respetando los lugares no tendríamos problemas; pero también temo que llegáramos a descuidarnos y nos pase algo malo o grave con ellas. —expuso

—Tienen que tener mucho cuidado; nada más. Cuidarse mucho —dije—. Respetar los lugares de ellas, en todo caso, y nada más. El hombre debe ser respetuoso de la Naturaleza.

—¡Claro! Pero, ¿cuáles son los lugares de ellas?... ¡Bueno, tendríamos que observar sus rutinas!

—Claro. Muy buena deducción. ¡Muy buena! ¡Muy sagaz! —dije sonriendo

—Entonces... ¿el miedo de Ella es infundado?

—Debemos remitirnos al "por qué". Por qué existe ese miedo. —aclaré

—Yo pienso que ese miedo viene de Sachaj y Bali. —afirmó (una vida que estuvieron en la India; ver Charlas con WIlheim)

—Sí; puede ser. Pero también, porque sabemos que son peligrosas.

—Pero todo animal, si no se lo molesta no ataca.—espetó

—Eso también es cierto; solo que ellas pueden acercarse a ustedes. —aclaré

—¡Ah, eso sí!

—Claro. Todos los animales, en este lugar, conocen sus espíritus; por lo tanto, tratarán de estar cerca de ustedes. Esto es así.

—¡Y cómo hacemos? —preguntó ansioso y reí

—Tratando de no molestarlas; de cuidarse de ellas. Mantenerse alejados, y en todo caso, si son agredidos, defenderse. ¡Pero si son agredidos sin causa aparente! ¿Sí? En ese caso, existe la defensa.

—Pero... si ellas se acercan a nosotros porque quieren estar cerca... ¿nos pueden llegar a dañar?

—Puede ser, sí. Supongo que no; se supone que no, que querrán estar cerca de ustedes solamente por la condición de sus espíritus; porque son espíritus buenos. Porque tienen mucha energía positiva, y porque conocen el Amor Supremo. Pero, como siempre ocurre, hay espíritus incorregibles. Hay espíritus que planifican algo y después no lo cumplen, y así como encuentran personas que actúan de esa forma, encontrarán animales, también (No sospechaban que iban a descubrir esto, once años después, en una persona muy cercana a ellos y a quien mi discípula amaba incondicionalmente).

En ese caso, y si no hubiera una actitud agresiva de parte de ustedes, y sí existiera de parte de ellas, deben defenderse. Por eso, también, deben actuar estratégicamente. Esto es aplicable a todo en su vida.

—Mi compañera amada me dice que las víboras son energías negativas o espíritus incorregibles reencarnados en ellas.

—A veces, sí; a veces, no. ¡Como en todo! —contesté

—El problema es que ese miedo puede hacernos paralizar e impedir que avancemos en esto.

—Sí, es cierto. —afirmé

Nehuén Curá - Un viaje de Ida - (Libro 3ro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora