Capítulo 22

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—Narra ___ ——

Frente a mis ojos, una adulta de no más de 35 años de edad, sonreía a todos los niños que se le acercaban y hacían muecas  raras para sacarle una sonrisa.
Sus rasgos eran sumamente perfectos con la pobre comparación de mi persona. Tenía un pelo rubio platinado que se ondulaba al paso del viento. Su nariz respingaba, sus labios carnosos y su cara geométrica. Las cejas bien peinadas y de un color café que combinaban con perfección su persona. Su ropa daba aires de ser casual pero era formal para su cuerpo delgado y bien formado, y como un plus que le dio Dios, era su sonrisa tan amable y bonita.

Ahora necesito kilos de helado para sanar esta baja autoestima que trajo conmigo....

Es que! Mírenla!

- ____!  - salte del susto al oír la voz de Adalet junto a mi - Querías escaparte?

La vi, sabiendo que mi cara mostraba un asombro inmenso por la presencia de una diosa frente a nosotros, Negué intentando aparentar honestidad, pero mi dedo empezó a moverse sin intención de, para mostrarle a la chica la causa de mi parálisis.

- Ah, viste a Celeste? Lo sé, le baja la autoestima a todas - admitió - si estuviera en nuestro grado, estoy segura que ella recibiría más rosas que la chica que es actriz

- pensé que daba teatro - argumenté

- Así es - corroboró la castaña - Pero de profesión es maestra de peques de 10. Teatro es solo una forma de ganar más dinero y que el Insti gane más premios por su forma de enseñar y la atracción que da a jóvenes a unirse

Subí una ceja, sabía perfectamente que no se refería acerca de sus habilidades de enseñanza, aunque, había oído que la maestra de teatro daba muy buenas clases, pero mi sentido me decía que las personas que se inscribían eran más hombres que deseaban un momento de alegría. Era asqueroso, pero me lo habían confirmado hace tiempo los miembros de fútbol americano, ya que era amiga de su coreback.

Necesito mis armas

Una idea fugaz vino a mi mente al tener enfrente mío mis objetos y a Adalet. Sonreí, no tenía nada que per- bueno, además de mis armas.

- Adalet, si la reina de la serenidad ya está mejor, no te gustaría jugar las traes? - sugerí

Primero vi la cara de casi enojo departe de la chica, por haber ignorado la regla de opinar, pero por lo visto le había agradado  la idea así que regresó a su cara de felicidad que era la normal.

Me he acostumbrado a la cara de enojo de James, que ver a alguien feliz es raro

- me parece, deseas entre las tre- la interrumpí

- qué tal con todos los niños? Les gustará el juego!

Ella volvió a levantar una ceja, la chica a la par fui había ignorado de nuevo la misma regla. Pero por si expresión, pude suponer que me gusto mi idea.

- me gusta - señaló a Celeste - Iré a hablar con ella, quédate con Serena

Agarre su mano, y sonreí

- Puedo ir? Me gustaría conocer a la futura reina de belleza - la de chinos suspiró y asintió

Voy bien voy bien

- Yelly! Hola! - saludó amigablemnte la compañera

- Oh, Adalet! Un gusto verte! - la maestra sonrió - Que te trae por el campo de los peques

- bien...

Solís empezaba a hablar y hablar, sin que a mi me importe, ya que mi vista y atención estaban clavadas en mis armas que por fin encontraba.
Un codazo me saco del trance.

Make me smile again~ (Jim lake y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora