—Jimin está loco.
Jungkook rió, negando con la cabeza mientras cortaba un trozo del cochinillo. No le gustaba alardear de sus habilidades culinarias ni nada por el estilo, pero estaba delicioso.
—No es culpa suya. —dijo.
Apenas unos minutos después de que Jimin se fuera el horno había comenzado a pitar y ninguno quería que la comida se enfriase, así que se habían sentado a cenar. Al final, la exagerada reacción del chico ante el descubrimiento de que Taehyung era ese Taehyung había sido algo positivo, porque gracias ello la conversación fluía con naturalidad. Se habían puesto al día el uno del otro, hablando de su mudanza, de Sooyoung, de Jimin y Yoongi, de la asociación con la que estaba colaborando, de todo lo que habían hecho ambos en ese tiempo separados... No había habido ninguno de esos silencios incómodos que Jungkook tanto había temido, y la verdad es que ahora dudaba de que esa clase de momentos pudieran existir entre ellos. Todo parecía estar en su lugar.
Habían pasado cuatro meses, había muchas cosas que contar.
—¿No es culpa suya? —La voz de Taehyung sonó incrédula. —Si lo que me has dicho es verdad, era obvio que Yoongi estaba enamorado de él.
—¡No era obvio! Y Jimin también lo escondía bien. Es desesperante verlo desde fuera, pero si yo hubiera sido alguno de ellos tampoco me habría dado cuenta.
—Son unos patanes.
—Son bobos.
Taehyung alzó una ceja, pero luego sonrió, devolviendo la atención a su plato.
—De todas formas espero que lo arreglen esta noche. —añadió Jungkook, y eso podía ir o no ir con segundas intenciones.
De cualquier forma, siguieron comiendo, esta vez en un silencio tranquilo. Jungkook se sentía bien. De vez en cuando, levantaba la mirada y encontraba a Taehyung absorto en él o viceversa. La cena por la que tan nervioso estaba y que tantos quebraderos de cabeza le había dado pasó rápido, entre pequeños comentarios, suaves sonrisas y algún que otro sonrojo, y antes de que se diera cuenta ya estaba rechazando el ofrecimiento de Taehyung de lavar los platos para hacerlo él mismo mientras el hombre cortaba la tarta.
Y aún así...
Jungkook metió los platos sucios en el fregadero y abrió el grifo del agua, suspirando. Había lanzado pequeñas indirectas durante la conversación con la esperanza de que Taehyung las captara y pudieran tocar el tema principal, por lo menos superficialmente, pero o no las había comprendido o las había dejado pasar. Muy a su pesar, se inclinaba por la última opción, y eso le hacía pensar de más.
La verdad era que había estado tan enfocado en la idea de que todo saliera bien que no estaba muy seguro de qué era lo que tenía que salir bien. Taehyung había dicho que, cuando tuviera su vida organizada, quería formar parte de ella, pero nunca había especificado de qué forma, y esa realización fue como un balde de agua fría hundiéndole los hombros.
Quizás debería haberlo pensado antes, ¿verdad?
Que Taehyung tenía una vida y no se había quedado estancado como él. Que probablemente había avanzado. Que quizás ya no pensaba igual que hacía cuatro meses, que no quería una pareja embarazada y mucho menos de otro hombre.
La gente cambia, después de todo, ¿qué le aseguraba que iba a estar siempre allí una vez que se separaran? Taehyung no le debía nada.
Poco a poco, a medida que la terapia avanzaba, Jungkook dejó de ir simplemente por Taehyung y comenzó a ir por sí mismo, para mejorar, para tener una vida digna y poder ser feliz, pero eso no significaba que no tuviera presente que, cuando lo consiguiera, podría recuperarle. ¿Qué pasaría ahora si en realidad no podía?
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Batterer 『TaeKook』
FanfictionJeon Jungkook era feliz. Tenía una familia unida, una buena situación económica, buenos amigos y un futuro prometedor. Entonces se escapó de casa.