Cuando Jungkook se despertó en mitad de la noche, Taehyung no estaba a su lado. Frunciendo el ceño se levantó, se envolvió en una bata de algodón y fue a la habitación de su hija, donde, cómo no, los encontró a ambos.
Taehyung aún llevaba un traje con la corbata deshecha, evidenciando que acababa de volver del hospital, y tenía un biberón vacío en una mano mientras hacía eructar a Naeun sobre su hombro con la otra. Ella estaba medio dormida, pero se podían notar sus esfuerzos para expulsar los gases.
Jungkook no pudo evitar sonreír.
Se apoyó en el marco de la puerta y los observó. Era algo que acostumbraba a hacer cada vez que su novio cuidaba de su niña. Le gustaba mucho ver la dulzura con la que la trataba y el cariño en sus ojos al mirarla. Era muy... revelador. Esa clase de actos no mentían.
Kim Taehyung amaba a Jeon Naeun tal y como él lo hacía.
Eso no evitaba que Kim Taehyung y Jeon Jungkook fueran a tener una conversación seria sobre los horarios de trabajo del primero.
O, como mínimo, sobre el significado de la palabra "silencio" al alimentar a una bebé a las cuatro de la madrugada.
Fuera como fuera, ahora no era el momento. Lo supo cuando Taehyung depositó con suavidad el cuerpecito de su hija de cinco meses en la cuna y le miró con ojos de cordero degollado, rogando piedad. Jungkook era un hombre fuerte y valiente, ahora lo sabía, pero no podía resistirse a los pucheros de su novio para no ser regañado.
Se dirigió a la habitación, rendido, y lanzó la bata de algodón a alguna parte antes de dejarse caer de espaldas sobre la cama. Estaba exhausto. No se podía ni imaginar el nivel de cansancio que su novio debía estar soportando.
Definitivamente hablarían de sus horarios más tarde, por la mañana.
Taehyung entró en la habitación unos minutos más tarde. Jungkook le observó con los ojos entrecerrados mientras él se deshacía de su corbata y de sus zapatos, y una vez lo hubo hecho simplemente extendió los brazos hacia él, llamándole silenciosamente.
No tuvo que pedirlo dos veces.
Su novio se tumbó sobre él sin siquiera quitarse el traje.
Ninguno dijo nada, y no hacía falta. Sus labios se encontraron en silencio y eso fue suficiente.
Siempre era suficiente.
A pesar de que por el trabajo de Taehyung, por el que él mismo había conseguido en un restaurante cercano y por su hija ya no tenían tanto tiempo para dedicarse, ellos disfrutaban al máximo de esos pequeños momentos juntos, estirándolos y haciéndolos intensos. No tenían por qué dar un paseo bajo la luna llena con pétalos cayendo a su alrededor, ni mucho menos organizar una cena en algún sitio caro. Simplemente besarse perezosamente sobre sábanas desordenadas un jueves por la noche. Esos eran los momentos que le decían a Jungkook que, después de todo, seguía siendo un hombre enamorado.
Suspiró despacio y levantó las manos, acariciando el cuello de Taehyung mientras recibía su lengua en la boca. Había tanto silencio que podía oír los chasquidos de su saliva al mezclarse. Podía escuchar el roce de las sábanas con cada mínimo movimiento.
Intentaron frenarse, de verdad que lo intentaron, pero hacía semanas que no tenían intimidad de ese tipo por la presencia constante de su hija y ese beso se les estaba saliendo de las manos. A Jungkook, algo en la manera en la que Taehyung acariciaba su cintura le decía que ya no tenían el control absoluto sobre sus cuerpos.
Esa noche había decidido dormir sólo en ropa interior. Al principio, después de dar a luz, lo hacía a menudo porque evitaba roces molestos contra su cicatriz, pero había descubierto lo cómodo que era y ahora solía hacerlo de vez en cuando. A juzgar por la manera en la que los dedos de Taehyung se estaban enganchando en la cinturilla de sus calzoncillos cada dos por tres, como si pidiera permiso, a él también le gustaba.
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Batterer 『TaeKook』
FanfictionJeon Jungkook era feliz. Tenía una familia unida, una buena situación económica, buenos amigos y un futuro prometedor. Entonces se escapó de casa.