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—Entonces lo vuestro es oficial. —Jimin, con la boca llena de arroz y sentado entre las piernas de Yoongi en el sofá, les señaló perezosamente.

—Entonces lo vuestro es oficial. —Taehyung, tumbado en el suelo con la cabeza apoyada en las piernas de Jungkook, les señaló a ellos.

Jungkook y Yoongi se miraron con los ojos entornados.

—¿Esto es como una cita doble? —preguntó Jimin una vez tragó, volviendo la cabeza hacia su novio. —Oh, estamos en una cita doble, esto es tan adorable. Deberíamos llamar a Sooyoung y a su novio la próxima vez.

A través de su pierna, Jungkook juraría haber podido sentir cómo todo el cuerpo de Taehyung se tensó como un alambre, de pies a cabeza.

—¿Su qué? —Su voz chirrió. —¿Sooyoung tiene novio?

Sooyoung acababa de irse porque tenía papeleo que hacer de un nuevo paciente en la consulta, pero había pasado la tarde con ellos. Jungkook estaba seguro de que Taehyung era capaz de salir corriendo y alcanzarla antes de que llegara a su casa si la respuesta era sí.

Por suerte, Yoongi negó con la cabeza.

—Hay que buscarle uno. —dijo Jimin. —Así podemos hacer una cita triple, cuantos más mejor.

—Mi hermana no va a tener novio hasta que cumpla los treinta.

—Tiene veintiocho, Tae. —Jungkook le acarició la cabeza, entretenido, y le sintió sacudirse en un bufido. —No te enfades.

—No me importa. Cumplirá los cuarenta virgen.

Jimin estalló en carcajadas.

—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Taehyung. No había movido un solo músculo, pero estaba tan tenso que podía saltar en cualquier momento. Jungkook le rascó el cuero cabelludo.

—¡Aún crees que Sooyoung es virgen!

Yoongi le pellizcó el costado con fuerza, ojos tremendamente abiertos, pero Jimin continuaba riéndose.

En lugar de ofenderse, Taehyung se encogió más cerca del regazo de Jungkook, buscando mimos como un cachorro. No necesitaba verle la cara para saber que tenía un puchero enorme decorándola.

—Jimin. —le regañó Jungkook.

—¡Pero Sooyoung no es virgen!

—Ya nos ha quedado claro, ¿no crees? ¿Cómo te sentirías tú? Nadie necesita esa imagen en la cabeza. —Yoongi dijo con voz exageradamente lenta. El chico se enfurruñó, pero se quedó callado. Era lo bueno de que tuviera un novio psicólogo, Yoongi sabía cómo controlarle. Jungkook le sacó la lengua infantilmente. —Podrías invitar a Kuyng, Jungkook.

Fue su turno para tensarse.

—Uh. —Jimin farfulló. —Luego el bocazas soy yo.

—¿Quién es Kuyng? —indagó Taehyung, curioso. Levantó la cabeza al no recibir respuesta y Jungkook apartó la mirada rápidamente, sonrojándose. —¿Por qué siento que es mejor no saberlo?

Convenientemente, Jimin y Yoongi acababan de aprender a mantener la boca cerrada, porque ninguno emitió ni el sonido de una respiración.
Jungkook suspiró, asesinándolos en su mente.

—Kuyng fue mi abogado en el caso de Yugyeom. —explicó. —Ahora ya no trabaja para mí y es un amigo. Ese es.

Taehyung se encogió de hombros y recuperó su mano, llevándola hacia su cabeza otra vez para seguir recibiendo caricias.

—No veo el problema. —dijo.

—Me besó.

Su mano se quedó a medio camino cuando Taehyung la soltó, con la cara totalmente en blanco. Jungkook contuvo la respiración. Sabía que no se iba a enfadar, no tenía razones y no era esa clase de persona, pero...

Batterer 『TaeKook』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora