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—Taehyung no era idiota. Él sabía perfectamente que yo no le culpaba de nada. Si había que buscar un culpable, de hecho, era yo. Yo era el que me acercaba a él sin pensar en las consecuencias y era siempre él quien tenía que apartarme, aunque ninguno quisiera. Estábamos en un constante tira y afloja, y era obvio que no íbamos a soportarlo para siempre.

—Admiro la fuerza de voluntad de ese hombre. —soltó Yoongi mirando a Sooyoung, que sonrió algo tensa. Jungkook asintió con las mejillas encendidas.

—Él y yo... —Se lamió los labios, pensativo. Luego, sonrió. —Él y yo.

—Él y tú. —Yoongi sonrió también. —¿Y cómo te sentiste?

Jungkook se mordió la mejilla y trató de no rememorar demasiado vívidamente las sensaciones. Quería poder terminar esa sesión con una buena cara.

—Como si hubiera salvado el mundo en mi vida anterior y esa fuera la recompensa.

Sooyoung rió un poco.

—¿Y después? —preguntó, algo más animada. —Cuando llegaste a tu casa y el momento de euforia cayó.

Jungkook la maldijo internamente por ser tan perspicaz.

—Pues... Era peor cuanto más pensaba en ello, pero no es como si pudiera dejar de hacerlo. Taehyung me besó y... —Tragó saliva, evitando por todos los medios fantasear con ese beso. Falló un poquito. —¿Sabéis cuando el príncipe despierta a la Bella Durmiente tras pasar cien años dormida? Yo me sentí así. Me besó y de pronto era consciente del mundo a mi alrededor. Lo sentía. Y eso me hacía querer sentirlo más.

—Oh, Dios mío. —Yoongi se echó hacia atrás y se estiró. —Eso es grave.

—¿El qué? ¿A qué te refieres? —Jungkook miró a Sooyoung, alarmado, pero ella sonrió y se encogió de hombros.

—Sí, lo he visto algunas veces, —dijo. —pero es un trastorno realmente... yo diría que incurable. ¿Verdad, Yoon?

—¿Q-Qué..?

—Comúnmente se llama amor.

Jungkook rebufó, viéndolos reírse entre dientes.

—¡Es la verdad! —Yoongi le lanzó el bolígrafo con una sonrisa. —Te brillan los ojos cuando hablas de él.

No habían pasado ni dos minutos desde que recuperó su color normal y ya tenía la cara roja de nuevo. Estaba seguro de que parecía un tomate desde fuera. Aún así, se sentía bien.

—A él también le brillan al hablar de ti.

A Jungkook el corazón le latió con fuerza y se irguió en su silla como si le hubieran pinchado, ni siquiera intentó disimular.

Ambos miraron a Sooyoung, quien se encogió de hombros. Era la primera vez que decía algo así, totalmente fuera del ámbito profesional en el que se suponía que estaban.

Taehyung hablaba de él.

Taehyung todavía hablaba de él.

¿Le habría preguntado qué tal estaba? ¿Se habría interesado por el avance de las sesiones? ¿Habría...?

—Eso es un error, Soo. —La voz de Yoongi estaba más seria ahora. —No puedes influir en él así.

—Pero es la verdad.

—Pero tu deber aquí no es decir la verdad, es hacerle llegar por sí mismo a una solución y ayudarle a superar el camino.

Ella se apartó el pelo de la cara con un gesto contenido.

Batterer 『TaeKook』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora