Utopia ||•Emiliaco/ Libro I [Terminada]

sᴘᴀɴᴋ ᴍᴇ

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-Quiero que tu también disfrutes-

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Llevaban cinco años de pareja. Joaquín se sentía en el cielo cada vez que estaba con él, pero sentía a Emilio cada vez más distante en cuanto a lo sexual.

Volvieron agotados de la grabación de su nuevo video clip, fue muy cansado todo el proceso y la actuación los dejó exhaustos.

Joaquín tenía que admitir que ver a su novio como policía demandante le había puesto la polla dura más de una vez. Nicolás se le había acercado varias veces a decirle que se acomode la erección para que no salga en cámara.

Joaquín había pasado casi todo el episodio sentado intentando esconder su problema.

Pero algo le llamó la atención. Cuando Diego intentó huir de la cárcel, su novio lo alzó del suelo, lo puso sobre su hombro y lo golpeó en el trasero.

Se nalgueaban normalmente, pero esa vez, sonó extremadamente fuerte. Royer había abierto los ojos sorprendido y el tragó duro.

-Ni me imagino como será contigo en la cama- Le había dicho Marín al oído.

Entonces la mente de Joaquín empezó a trabajar a mil por hora. Recordó cada maldito polvo que tuvieron en esos cinco años. Podría decirse que todos eran lentos, fuertes y románticos, así era el menor.

El azabache le había dejado en claro varias veces al mayor que necesitaba cariño y delicadeza, que sabía que tenía que rellenar su falta de amor con su actual pareja, y Emilio siempre estuvo de acuerdo y lo trataba como una princesa delicada.

Pero ¿Y si Emilio preferiría el sexo duro?

Cuando el mayor quedó dormido en la cama que compartían, Joaquín tomó su móvil para revisar su historial de Google. Sabía que veía porno, era normal, más de una vez lo encontró masturbándose con el móvil en la mano. No le molestaba en lo absoluto, no veía porqué, pero en esos momentos, su historial le sería de ayuda para saber que clase de cosas le gustaban al mayor.

Algo dentro de Joaquín se quebró al ver las categorías que tenía en destacados: Gay, kink, spanking, daddy, high school, BDSM, sex toys, etc.

Y siempre hizo que Emilio lo tratara con delicadeza.

Debía compensarlo.

[••]

Joaquín tragó duro al oir la puerta de entrada cerrarse. Le había pedido a todos que se fueran para tener la casa a solas cuando Emilio volviera de entrenar.

Ahora estaba sentado en la cama, con las piernas flexionadas, sentado sobre sus propios pies, con una camisa blanca y una falda a cuadros azul.

El sonrojo que llevaba natural, se volvía más intenso con cada pisada que se dirigía a la habitación donde él estaba.

Apretó la tela de la falda y bajó la cabeza, dejando que su cabello castaño tape su rostro, para alzar la vista cuando la puerta del cuarto se abrió.

-¿Bonito?- Emilio tenia los ojos abiertos de par en par, viendo a su novio vestido de colegiala mirándolo con brillo en los ojos.

-Quiero que me castigues- Joaquín estaba demasiado nervioso, y con las piernas temblorosas se volteó, alzando su trasero dejando ver unas bragas negras de encaje sobresaliendo por lo corto de la falda.