ʟᴇɴᴄᴇʀɪ́ᴀ

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Emilio, Diego Marín, Emmanuel, Royer. → 23 años
Joaquín → 18 años

...
-¿Te hermano es modelo de lencería femenina?-
...

Diego los arrastró a todos a conocer a su pequeño hermanito. Llevaban siendo amigos desde los tres años y nunca habían conocido a su hermano. Veinte años de amistad y nunca lo vieron.

-¿Cuántos años tiene?- Preguntó Emmanuel caminando detrás del de pelo platinado, emocionado por conocerlo.

-Dieciocho- Respondió simple.

-¿Por qué nunca lo vimos en tu casa?- Preguntó Royer.

-Porqué vivió en Guadalajara desde los siete- Respondió deteniendo su paso frente a un estudio de fotografía. -Se fue para que el abuelo le enseñara música, pero volvió por trabajo-

Diego abrió la puerta del local, encontrándose con alguien de seguridad que le sonrió cerrando los ojos.

-Señor Marín, su hermano se encuentra en el segundo piso-

-Mucha gracias- Le hizo una seña a sus amigos y ambos lo siguieron hasta el lugar mencionado.

-¡Más puta, corazón!- Fue el primer grito que escucharon al abrir la puerta.

Un castaño le tomaba fotos a una chica de pelo hasta los hombros negro, la piel extremadamente blanca, que resaltaba más con el conjunto de lencería negro y las medias de red que llevaba.

-¡Joaquín!- Le gritó el de pelo platinado a la chica en el estudio.

-¡Diego!- Le respondió el grito de la misma manera, alzando los brazos sostenidos por unas esposas, intentando ponerse de pie para correr a los brazos del mencionado.

Diego la tomó en brazos y la hizo girar, mientras las esposas quedaban en su nuca para facilitar el abrazo. Al bajarla entre risas, la ayudó a quitarse las esposas a la vez que el fotógrafo gritaba.

-¡Terminamos por hoy, vístete, amor!-

-¡Gracias por su trabajo!- Le dijo la chica inclinándose, permitiéndole a todos los chicos ver su bien formado trasero, dándole a más de uno un pinchazo en la entrepierna.

-Chicos...- Diego puso una mano en el hombro de la chica haciendo que se volteara para ver a sus amigos. -Él es mi hermano, Joaquín-

Los ojos de todos se abrieron de par en par, Roy se atragantó con su propia saliva y Joaquín los saludo con un corto hola.

-Un gusto- Dijo Royer saliendo del shock y acercándose para tenderle la mano.

-El gusto es mío, gracias por cuidar de mi hermano- Dijo mientras se quitaba la peluca y dejaba ver su pelo castaño natural, más corto pero igual de textura. -¿Me ayudas?-

Joaquín le dio la espalda a su hermano y este le quitó los broches al sostén que llevaba, haciendo que el menor pueda liberarse de él fácilmente, para dirigirse a un bolso en el piso y dejarlo allí.

-Ni se les ocurra ponerle un dedo encima- Dijo Marín con el ceño fruncido señalando a sus amigos.

Pero Emilio no estaba escuchando.

Estaba muy concentrado en ver como el menor se deshacía de las medias y luego se vestía con un pantalón negro y una remera amplia. Se acercó a él ignorando a su amigo y se detuvo muy cerca, viendo como el menor le sonreía amigable.

-¿Puedo preguntar...- Metió su mano por debajo de su remera, acariciando sus costillas. -....Que significa este tatuaje?-

Joaquín sonrió mientras sentía las caricias, se había tatuado "Some princes don't become kings" en el lugar marcado ya desde hace tres años, pero no se cansaba de responderle a chicos como Emilio.

Utopia ||•Emiliaco/ Libro I [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora