ʜᴇᴀᴠᴇɴ & ʜᴇʟʟ° ᴘᴀʀᴛᴇ 3

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-Bienvenidos al infierno...-
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Tercera parte

Emilio caminaba a paso fijo por la iglesia, sus zapatos retumbaban haciendo eco en las altas paredes, su ceño fruncido hacía temblar a los jóvenes de clases de religión que pasaban por allí.

-¿Que ocurre, Padre?-

Esa voz lo estremeció por completo, haciendo su enojo esfumarse y voltearse sorprendido.

-Joaquín-

Estaba ahí, de pie apoyado contra una pared, con el mismo cuerpo que lo había conocido meses atrás.

-¿Que ha pasado para que ande así de cabreado?- Preguntó acercándose a él. -¿Su trabajo se ha extendido?-

-Así es- Respondió intentando mantener la compostura. -Acompáñeme a mi despacho, joven-

Joaquín sonrió siguiendo al demonio a su oficina. Emilio tenía el cabello algo más largo que primera vez que se vieron y la actitud sería lo hacía ver más atractivo.

-¿Que haces aquí, angelito?- Preguntó una vez cerró la puerta.

-Me he enterado que el sacerdote violador lleva escapando a la muerte bastante tiempo ya- Caminó a paso lento hasta el escritorio, donde se sentó y cruzó las piernas ante la atenta mirada de Emilio.

-Lo he intentado tirar por las escaleras para acabar con esto- Rodó los ojos. -Debería haber muerto hace ya tres meses-

-Si, el Señor ha dicho que el colesterol debería haberlo matado, estaba su ficha hecha- Alzó los hombros.

-¿Te ha mandado él?- Preguntó apoyado en la puerta.

-No, he venido solo- Dijo mirando con atención el lugar chocando con la cruz con Cristo colgando en la pared. -A Jesús no le gusta eso, deberías saberlo-

-A Dios no le gusta la iglesia, pero se supone que yo no sé esas cosas- Dijo serio caminando hasta él. -Les digo que San Pedro es un ser de amor y ambos sabemos como trata a la gente-

-Es un amargado, no folla nunca- Bufó el ángel.

-Yo creía que el cielo era extraño pero el conocer el mundo mortal ha cambiado mi perspectiva- Pasó su mano por sus cabellos y dejó ver sus cuernos relajándose al saber con quién estaba.

-Yo creía que el sexo era aburrido pero al conocerte ha cambiado mi perspectiva - Le sonrió de lado sintiendo como el otro se abría paso entre sus piernas.

-Oh, angelito ¿Que te está pasando? Haz perdido inocencia- Dijo acercándose a sus labios.

-El Señor me ha castigado, Emilio- Respondió tomándolo de la nuca. -Llevo meses trabajando en el infierno-

-¿Qué ha ocurrido?- Abrió los ojos de par en par, el infierno no era lugar para alguien como él.

-Se ha enterado de lo que he hecho, Eva me ha acusado- Rodó los ojos alzando los hombros. -Me han dado cien años en el infierno como castigo-

-¿Cien? Pues el viejo no vivirá tanto, ya quiero ser tu compañero de trabajo- Le sonrió rozando sus labios.

-Serán más cuando se entere de que lo estoy disfrutando- Pasó su mano por dentro de la camisa ajena, sintiendo los músculos marcados.

-Mgh, ya veo- Gruñó llevando sus manos al trasero ajeno. -Te ha enviado mi Señor-

-Me ha dicho que viniera a matar al tipo y a llevarte devuelta- Sonrió pegándose contra el cuerpo ajeno. -Pero que me tome mi tiempo-

Utopia ||•Emiliaco/ Libro I [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora