ʙᴏss

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...

-No estoy para tus mierdas,
Joaquín -

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Joaquín camino a paso fuerte y marcado, haciendo sonar sus zapatos de vestir contra el piso blanco de la empresa. La mujer de la puerta se asustó al verlo. El ceño fruncido y los puños apretados de un CEO temperamental, nunca era algo bueno.

Joaquín estaba harto de todo, estaba a punto de prender fuego su propio edificio con todos dentro, inclusive él. Un idiota había olvidado poner acciones en una empresa que ahora ganaba millones, una imbecil le tiró el café encima y tuvo que volver a su casa a cambiarse, el inútil de su chófer había guardado el automóvil como si no tuviese que volver a la empresa, y la estupida de su esposa le dijo que había organizado una cena para ese fin de semana.

Joaquín no estaba de animos para aguantar gente condescendiente que solo quería su dinero y sus falsos halagos, tal vez ni pasaría la noche con su esposa.

-Señor, Bondoni- Dijo su asistente tranquila.

-¿Qué?- Espetó molesto, pero sabía que ella no se asustaria de él, por algo llevaban tantos años juntos.

-El señor Osorio lo espera en su oficina- Dijo alzando la vista de la tableta donde tenía los horarios de las juntas programadas. -Tiene libre hasta dentro de dos horas, luego tiene reunión con el señor Villanueva-

-Gracias- Dijo un poco más tranquilo, el rostro de su asistente siempre lo relajaba, parecía tener todo bajo control.

Caminó hasta su oficina y entró, cerrando la puerta tras él y poniendo el seguro. Vió a Emilio acostado en el sofá, con los pies en alto y usando su móvil.

-¿Día difícil?- Preguntó el rizado bloqueando el móvil.

-¿Que quieres, Marcos? No tengo tiempo para tus mierdas- Caminó hasta su escritorio donde se sentó dándole la espalda al gran ventanal.

-Tu mujer me ha invitado a la cena del sábado- Dijo sentándose en el sofá, para luego ponerse de pie lentamente y caminar a donde estaba el menor.

-Bien- Dijo rodando los ojos y comenzando a rebuscar entre los papeles.

-¿Te alegra que vaya?- Le sonrió de lado.

-Claro que no- Bufó. -Eres solo un estupido empleado más, la única diferencia es que mi esposa te encuentra tan atractivo como para mezclarte con gente de más categoría-

-Eso es cierto- Se sentó en la silla del otro lado del escritorio y apoyó los pies en la de su izquierda. -Quieres que me la folle-

Joaquín alzó la mirada viendo como Emilio jugaba con el aparato de movimiento continuo que tenía en el escritorio.

-Si quieres, no voy- Dijo sin mirarlo.

-No quiero que vayas- Sentenció el menor. -Tampco quiero ir -

-¿Tienes miedo de que te folle en el baño mientras tú esposa se pregunta donde estás?- Lo miró de reojo, viendo como su jefe respiraba hondo.

-No me agradan los eventos sociales- Se acomodó en la silla, pegando su espalda por completo al respaldo de cuero.

-No vayas- Bajó las piernas de golpe, haciendo que sus pies sonarán fuertemente contra el piso. -Pasa la noche en mi cama-

Utopia ||•Emiliaco/ Libro I [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora