Las labores de curación de los heridos seguían de forma apacible, Arari había buscado apoyo en sus amigas, Galatur y Altaion también ofrecieron su apoyo cuando se enteraron de lo que había pasado. No había salido de la ciudad por el momento, sabía que no disponía de la concentración suficiente y eso podía ponerla en peligro, como también al resto de combatientes.
Desde el día que había recibido la carta no volvió a hablar con el rey a solas, Thranduil simplemente paseaba por las zonas donde curaban a los heridos y preguntaba cómo estaban pero él podía ver la angustia y la tristeza permanente en los ojos de Arari, cómo sonreía, sin que aquella sonrisa iluminase sus ojos como lo había hecho antaño. Le dolía muchísimo verla así y no poder hacer nada por consolarla, tal vez, la única forma de que ella obtuviese consuelo, sería estando al lado de Haldir y su hermano, como ya le dijo aquella noche. No había vuelto a dormir en paz desde entonces, atormentado por los remordimientos de traición hacia su esposa y los celos, soñaba constantemente con ambas, una reprochándole haberse enamorado nuevamente en su ausencia y viendo marchar a la otra en los brazos del guerrero.
Al entrar de nuevo en la casa de curación la buscó con la mirada hasta que la ubicó terminando de vendar a un herido. Cuando hubo terminado y lo ayudó a recostarse de nuevo, Thranduil se acercó a ella para solicitarle hablar en privado. Arari asintió y lo siguió, mientras limpiaba sus manos en un trozo de tela.
—¿Qué desea decirme, hîr nín? —Preguntó Arari cuando estuvieron a solas.
—Las labores de curación están siendo un éxito, has traído la esperanza de nuevo a mi reino pero tú has perdido gran parte de ella. — Dijo Thranduil.—Debes irte. Parte a Lothlórien, se que es donde quieres estar en estos momentos.
Arari lo miró sorprendida, no sabía si el rey estaba siendo realmente considerado con ella, pensando en su bienestar emocional a causa de la muerte de Rúmil o si sus palabras eran porque no quería tenerla cerca. Aguantando las lágrimas de rabia, respondió.
—Mi señor, no puedo irme. Prometí ayudar aquí hasta que todo terminase y así lo haré. No faltaré a mi palabra.
—Arari, ¿crees que no escucho cómo lloras cada noche? Apenas descansas. Es duro perder a un ser querido, muy duro, así que imagina lo que debe ser perder a un ser amado y no poder estar allí para ayudarle o evitarlo. Debes irte.
—¿A un ser amado?—Preguntó Arari, sin saber muy bien a lo que se refería.
—Sí, tu familia, tus amigos, la gente especial para ti están allí. Ellos te necesitan.—Thranduil no sabía cómo hacerla entrar en razón para que marchase a Lórien, donde, seguramente, estaría más protegida y al lado de quien amaba.
—Mi familia y amigos estarán bien, son poderosos y grandes guerreros. Confío en ellos y se que volveré a verlos.
De repente, un barullo comenzó a escucharse dentro de las salas de curación, algo extraño pues los exploradores habían vuelto hoy sin noticias, unos pasos que casi corrían se acercaban, era Élanor que acudía en su busca.
—Arari, te necesitamos dentro. No vas a creer quiénes han llegado.
En quienes primero pensó Arari fue en sus hermanos, tal vez hubiesen ido a darles aviso, así que, dejando a Thranduil en medio de aquel pasillo, corrió con Élanor al interior de la sala. Para su sorpresa, cuando pudo ver a los recién llegados, reconoció las capas y los arcos de los elfos de Lothlórien. Los que habían conseguido cruzar el bosque sin recibir daño ayudaban a los heridos a tumbarse en algunas de las camas y camillas disponibles. Arari los recorrió a todos con la mirada, reconociendo a todos los soldados de su abuelo, hasta que encontró un rostro muy familiar, Haldir. Sin poder aguantar, corrió hasta él, que la vio llegar y abrió sus brazos para recibir a la impetuosa elfa, ella lloró en su hombro y él la acompañó, dejando salir sus sentimientos una vez más.
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Galadêl
FanfictionTras la caída de Smaug, los enanos exploran la montaña, asegurándose que ningún peligro queda dentro. Volvieron a admirar todos aquellos tesoros que una vez dejaron. Había mucho que hacer, mucho por limpiar, ordenar y reparar pero pronto empezaría a...