EL ROSTRO DE LA MIRADA VACIA

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~El ser humano intenta ponerse tantas mascaras para encajar que termina perdiendo hasta su propia cara~

—Estos mosquitos se están preparando un Picnic contigo y yo de plato principal, ya hasta me dio envidia del Picnic que yo te prepare para acampar aquí.

—Es un bosque mi bebe, no hay nada que hacer, ¿o esperabas algo más cómodo de lo que es tu sofá viniendo a un bosque natural?

—Es que no sabía que iba a ser todo tan molesto, debí quedarme en mi sofá asi estaría viendo mi maratón de clásicos, ya hasta iban a dar los expedientes X!

—Al menos dime que trajiste un poco de entretenimiento Patrick, sino porqué planeaste esto.

—Sí, traje libros de ocultismo y mira, este pasaje te puede interesar mi dulce Lucy.

—Oh no, tú y tus libros de fantasía, por cierto, ¿cómo me veo; Los mosquitos no dañaron mucho mi cara verdad?

—Escucha, es la leyenda del sujeto sin rostro, se cuenta que nació del deseo de las personas que querían ser algo pero, nunca pudieron ser ni la sombra de lo que se propusieron, y que es capaz de absorber la energía de las cosas con tal de llenar su vacío. Su sed de identidad se sosiega atacando a los crédulos que acampan en la soledad de la naturaleza. ¿Nos describe en nuestro romántico momento no crees?

—Por favor, son historias para asustar a los niños, aunque... si estoy empezando a sentir un poco de miedo, no debiste contarme eso sabes que soy sensible.

—Cálmate, hasta podríamos tomarnos una selfie si él se apareci —se calló de pronto para dejar escuchar como el viento rugía con furia sobre su campamento.

—Vi algo Patrick.

— ¿Que viste?

—No sé, nos está observando.

— ¿Tiene ojos para hacerlo?

—No, no tiene rostro, pero, está poniéndose enfrente de mis ojos, que es esa cosa Patrick.

—Corre, no dejes que se te acerque, ¡corre ya! —exclamó Patrick y junto a su esposa se levantaron de su Picnic para emprender marcha a la huida. Al tiempo que el sujeto sin rostro salió de su escondrijo para imponer su terrible presencia.

Y como si la vida misma hubiera dejado de respirar, el bosque murió. El cielo soplo una última suplica de misericordia, que se le negó. El gris se apodero del cielo, las nubes negras y turbias suplantaron a las azules y alegres. A cada paso que daba el sujeto sin rostro, como si proclamara con cada paso que era el rey del suelo, la vida se rendía ante él, los arboles cedían su color hasta morir, hasta marchitarse, como la sangre esparcida por el océano las partículas de color de las hojas se disolvían en el aire hasta ser absorbidas por el sujeto sin cara. Las ardillas y pájaros huían desesperada pero, inútilmente pues envejecían hasta convertirse en polvo en un abrir y cerrar de ojos. El sujeto sin rostro caminaba cada vez más excitado, regocijándose de toda la energía natural que usurpaba, caminaba alegremente pero, sin poder sonreír, sin poder llorar, puesto que ansiaba más, ansiaba ocupar un rostro, ansiaba dejar de ser nadie y quería convertirse en un todo.

— ¡Lucy! Aléjate, tenemos que salir de aquí, ven toma mi mano y te juro que jamás la soltare, por favor, toma mi mano de una maldita vez—gritaba desesperadamente el amante que se sujetaba a la parte aun colorida del bosque, antes de que el sujeto sin rostro lo alcanzara, pero, sus intentos para llamar la atención de su amada fueron en vano, ella estaba hipnotizaba, viendo un espectáculo tan escalofriantemente hermoso, llorando de emoción por algo tan particular que nunca había visto en su común vida, se sentó en el césped y espero, a que llegara su hora, pues estaba cansada de no ser nada y quería unirse al sujeto sin rostro para poder ser un todo.

Patrick, al ver que su esposa no respondía a su llamado, tuvo que abandonar sus emociones y responder al instinto de su supervivencia, asi que se alejó lo más pronto posible del caos y de las pocas veces que pudo retroceder su mirada vio cómo su amada perdía todo su color, como envejecía la belleza que solía poseer hasta que solo le quedaban los huesos, y envidió no poder haber envejecido con ella de forma natural como se lo prometieron de adolescentes. Sacó inmediatamente de su mochila un papel y empuño un lápiz con el que empezó a trazar líneas rápidamente, con sus manos temblando hasta lograr dibujar un rostro, pero, aún le faltaba algo... Ah, ¡por supuesto! Recordó, todo rostro necesita un color, pero, no tenía colores a la mano asi que froto su mano fuertemente contra un árbol hasta que la sangre empezó a brotarle, y pudo darle un matiz carmesí al rostro que había dibujado.

— ¡Sujeto sin rostro!, aquí tengo tu rostro—gritó estoicamente a los lúgubres vientos para que todo el bosque pudiese escuchar, y se hizo un silencio prolongado, como si el falleciente bosque hubiera dejado de latir para siempre, hasta que todo se volvió a agitar descontroladamente, y el sujeto sin rostro apareció de entre los arboles corriendo a cuatro patas desesperadamente para alcanzar a Patrick.

Patrick se paró en alto sujetando el dibujo de un rostro deforme como si fuese un estandarte hasta que el sujeto sin rostro se encontraba a dos metros de él, levantándose de su andar de cuatro patas para erguirse.

Patrick se encontró entonces cara a cara contra el sujeto sin cara que se le acerco lentamente, como un animalito tímido, y le arrebato el dibujo de sus manos, se acuclillo mirando curiosamente al dibujo y tomando unas ramas caídas empezó a clavarlas en las cuatro esquinas del papel para proceder a enterrarlas sobre su cara, los ojos del dibujo cobraron vida y empezó a mover sus pupilas mirando todo alrededor, su boca dibujo una expresión maldadosa de niño infantil y se acercó al lago más cercano para mirar por primera vez su rostro, pero, se asustó de lo que vio, la sangre del dibujo que había coloreado Patrick empezó a derramarse sobre el lago hasta teñir su azul muerto en un rojo escarlata, el sujeto, ahora con un rostro, hizo gestos de gritar pero, no salían sonidos de esa boca dibujada, y atormentado porque se perdía el color de su rostro artificial se lanzó al lago para recobrar el color que se le estaba desparramando, acción que se convirtió en un baño de sangre desesperado, chapoteando salvajemente hasta darse cuenta de que nunca podría tener un rostro y de que solo sobrevivía de la superstición del pueblo que creía en su leyenda.

Salió del lago con la cólera erizada por vengarse de quien le había dado ese rostro, y avanzo ensangrentado hasta Patrick, tropezando a cada paso, con su mano escarlata apuntando a su garganta, hasta arrinconarlo contra un árbol para darle un beso de muerte y absorber toda su vida. ¡Pero, que grata sorpresa para Patrick! Pues el sujeto del rostro artificial fue convirtiéndose en ceniza agónicamente desde sus pies hasta la coronilla.

—JAJA, ¿se te cae la cara de la vergüenza? Oh por supuesto, ¡no tienes cara imbécil!—Patrick no sufrió ni una pérdida de su vitalidad, pues en realidad Patrick nunca había vivido, se había casado con una simple mujerzuela cuya belleza apenas compensaba el poco intelecto que tenía, había tenido un trabajo que ni siquiera le gustaba solo por seguir el legado de ingenieros de su padre, era un fracasado que tenía menos rostro que el propio sujeto sin rostro. Asi que la criatura no podía absorber esa vida porque... ¡ya estaba muerta en vida!, y todos sabemos que una de las reglas para absorber la energía de un ser es que este esté vivo, porque si se la absorbes a un muerto (aunque este muerto metafóricamente) tú serás el que morirá en el intento.

Patrick con un aire victorioso se limpió las cenizas que habían manchado su camisón, se burló ignorantemente de la suerte que hubo corrido y pateó las cenizas hasta que se disolvieron para perderse en el viento, se sentó en el césped colorido a mirar el césped descolorido que había sido absorbido por su víctima, y se alegró de haber leído libros de ocultismo y de fuerzas sobrenaturales, aunque nunca supo el motivo por el que el sujeto sin rostro se convirtió en cenizas al tratar de absorberlo, si estaba seguro de una sola cosa, que había vida más allá de su sofá, que quería vivir por primera vez, ser un aventurero incluso de lo desconocido.

Aventuras extraordinarias de criaturas pasionariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora