Capítulo 13

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Moonbyul se acurrucó bajo las mantas en la habitación de invitados de Yongsun, todavía completamente despierta. Su mente bullía con tantas cosas que parecía totalmente incapaz de relajarse. ¡Su padre le había dejado el maldito aserradero! ¡Y el banco! Apenas podía creerlo. Giró la cabeza y echó un vistazo al sobre blanco que había puesto en la mesilla, apoyado contra el despertador. Tenía la intención de leer la carta, pero había cambiado de opinión. Para ser sincera, lo que tenía era miedo de leerla. ¿Y si era una disculpa, la espontánea confesión de cuáles eran sus verdaderos sentimientos hacia ella? ¿Qué haría entonces? Ya se sentía tremendamente culpable por no haber intentado reconciliarse con él. Al mismo tiempo razonaba que era obvio que él sabía dónde vivía ella. Podría haberse puesto en contacto con ella si así lo quería. Claro que no tendría ni la menor idea de cómo reaccionaría su hija. Era algo que ni siquiera ella misma sabía. Desde el momento en que ella alcanzó el éxito, sus padres a la fuerza debían haberse enterado de dónde estaba y de lo que hacía. No era que fuese una celebridad, ni mucho menos, pero alguien que escribe un libro sobre un pueblecito de East Gyeonggi y consigue que ese libro sea llevado al cine tenía que haber causado cierta conmoción en Bucheon, Gyeonggi. Seguro que sí.

Respiró hondo y cerró los ojos, deseando que llegase el sueño. Se relajó, y su mente dejó de ocuparse de su padre para pensar en Yongsun. Dios, después de tanto tiempo creía que ya todo se había acabado, pero la simple cercanía de Yongsun había conjurado todas aquellas antiguas sensaciones de su adolescencia. De pronto se dio cuenta de que nunca había sentido aquello por nadie más. Las mujeres que habían desfilado por su lecho no eran más que meras sustitutas. Había estado buscando a alguien que le hiciera sentir lo mismo que Yongsun, pero ninguna lo había conseguido.

Y ahora, ¿qué? Allí estaba ella, de nuevo en Bucheon, junto a la única mujer que la había hecho sentir viva, que le había hecho sentir algo especial. Ahora, ¿qué?

—Déjalo estar —susurró.

Dejarlo estar. No había ninguna necesidad de que Yongsun se enterase. Bastaba con volver a avivar los rescoldos de su amistad. No tenía por qué decirle a Yongsun que seguía sintiendo un infantil enamoramiento por ella. Muy pronto regresaría a Busan para continuar con su vida, y Yongsun seguiría en Bucheon. Al menos habían recuperado su amistad. Ahora podrían seguir en contacto, hablar. Tal vez sería suficiente.

Tras el telon de pino [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora