Yongsun apartó las mantas de un golpe, harta de luchar contra el intranquilo sueño que por fin había conseguido echarla de la cama. Todavía era muy temprano, pero recordaba que en los viejos tiempos Byul era más bien madrugadora. Prepararía el café y después se daría una ducha. Se puso una bata por encima del informal camisón y fue descalza hasta la sala, sin molestarse siquiera en encender las luces. De pronto se abrió la puerta del cuarto de baño de invitados y apareció Moonbyul, desnuda de la cabeza a los pies, con las sinuosas líneas de su cuerpo destacadas por la brillante luz del lavabo.
Yongsun se quedó clavada en el sitio por la sorpresa, mientras sus ojos recorrían el cuerpo de Byul, que se disponía a girar hacia el pasillo. Los pechos seguían siendo menudos, y su cuerpo tan esbelto como siempre. Yongsun tragó saliva y se dio cuenta de que había estado conteniendo el aliento. En ese momento, Byul alzó la vista y se la encontró allí, mirándola.
—¡Dios! Lo siento, creí que seguías dormida —dijo, al tiempo que entraba a toda prisa en el baño y cogía la toalla para cubrirse.
Yongsun sonrió. Byul siempre había sido muy pudorosa. En eso no había cambiado, al parecer.
—No pasa nada. Iba a preparar la cafetera.
—Sí, bueno, pero... lo siento.
Yongsun se echó a reír.
—Siempre te escondías de mí en el instituto, también. Relájate, ¿vale? Ya te he visto otras veces, Byul.
Moonbyul enrojeció y se fue a toda prisa hacia la habitación de invitados, cerrando de golpe la puerta para apoyarse después contra ella. Se escondía de Yongsun en el instituto porque estaba segura de que su cuerpo dejaría traslucir el deseo que sentía por su amiga. La inocente Yongsun no solía hacer otra cosa que pasearse medio desnuda frente a ella. Había sido una tortura, una verdadera tortura.
Yongsun seguía sonriendo mientras depositaba varias cucharadas de café sobre el filtro. Moonbyul tenía un cuerpo precioso, y no podía comprender por qué se avergonzaba tanto de él. En ese momento su mano se quedó inmóvil, mientras su mente regresaba a la época del instituto: ella nunca se había avergonzado de su cuerpo, ni había sentido el menor reparo en vestirse frente a Byul. Si lo pensaba bien, Moonbyul tampoco lo sentía, al principio. Pero ese último año le pareció que Byul evitaba desnudarse frente a ella, y también estar presente mientras su amiga se vestía.
Entonces lo comprendió todo: Byul había descubierto ya que era lesbiana, se sentía avergonzada y creía que, si Yongsun se enteraba, dejaría de ser su amiga.
—¡Oh, Byul! —murmuró.
Movió la cabeza de un lado a otro, preguntándose qué pensamientos habrían torturado a Moonbyul en esa época. Sin duda estaría muy asustada, temerosa de perder su amistad. Yongsun se preguntó qué habría hecho si Byul le hubiese contado su secreto. ¿Habría tenido miedo de ella? Imposible, Byul era su mejor amiga. Nunca la habría rechazado, pasase lo que pasase.
—Ya estoy decente, por si te interesa —oyó decir a Moonbyul a su espalda.
Yongsun se volvió lentamente y la miró con fijeza a los ojos.
—Siempre has sido decente, Byul —dijo Yongsun, dando unos pasos hacia ella hasta cogerla de las manos— Somos amigas y, pase lo que pase, eso no va a cambiar.
Después sonrió antes de añadir:
—Así que alegra esa cara, ¿quieres?
—Claro, claro, lo siento. Es que yo...
—No te avergüences. Tienes un cuerpo precioso, Byul, siempre lo he pensado.
Yongsun soltó las manos de Moonbyul y se alejó antes de que ésta pudiese replicar, dejándola con la boca abierta.
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Tras el telon de pino [Moonsun]
FanfictionUna romántica historia llena de sensualidad en la que Moonbyul se encuentra ante un dilema: volver a entrar de nuevo en el armario o recuperar la libertad que le ofrecía su vida en Busan. Pero también Yongsun deberá tomar importantes decisiones con...