Capítulo 28

996 97 47
                                    

Volvieron a casa en completo silencio. Moonbyul fingía contemplar el atardecer, y Yongsun simulaba estar atenta a la carretera.

Salieron temprano de la casa de Yong Hee, desde luego antes que todos los demás. Pero Yongsun se dio cuenta de que no hacía más que mirar a Byul y de que lo único que deseaba era estar a solas con ella. O hablar, tal vez. O tal vez no. Notó que la invadía un extraño nerviosismo que no sabía definir. Si algo salía de aquello, de aquello que había entre ambas, tendría que ser ella la que lo pusiese al descubierto, porque Byul nunca lo haría, igual que tanto tiempo atrás no había sido capaz de confesarle que sentía algo por ella, algo que iba más allá de la pura amistad.

Cuando aminoró la velocidad, esperando a que se abriese la puerta del garaje, Yongsun notó que crecía la tensión en el interior del vehículo, y supo que Byul también lo había notado. Se preguntó si su amiga tendría miedo, ahora que sabía que estaban solas y que nadie las interrumpiría. Pensó que era extraño que no hubiesen hablado en absoluto del beso que habían estado a punto de darse la noche anterior. Extraño pero no inesperado, porque Byul nunca se atrevería a sacar el tema.

Ambas salieron del coche y cerraron las portezuelas al unísono. Moonbyul le cedió el paso amablemente cuando iban a entrar en la cocina, y Yongsun pudo ver que sus ojos erraban de un lado a otro, fijándose en lo que fuese con tal de evitar mirarla a ella.

Moonbyul entró en la sala, con la intención de escabullirse hacia la habitación de invitados. Cerraría la puerta, encendería el portátil, revisaría el correo, trabajaría... cualquier cosa antes que pensar en la mujer con la que compartía la casa.

—¿Byul?

Se detuvo en el vestíbulo. La penumbra no dejaba ver la expresión de miedo que tenía pintada en el rostro. No se volvió.

—¿Sí?

Notó que Yongsun se acercaba por su espalda.

—Ya no tenemos diecisiete años.

Moonbyul tragó saliva y por fin se volvió.

—Lo sé.

Yongsun dio otro paso hacia ella.

—Byul, ¿alguna vez... alguna vez has tenido fantasías sobre mí?

Moonbyul la miró a los ojos, envueltos en la penumbra, pero no pudo contestar.

—¿Te imaginabas cómo sería... besarme?

Moonbyul cerró los ojos. El corazón le latía tan fuerte que podía oír cómo resonaba su eco en el vestíbulo.

—Respóndeme —suplicó Yongsun en un murmullo.

—Sí —musitó Moonbyul.

En ese momento, notó que la mano de Yongsun se posaba sobre su vientre y comenzaba a ascender.

—¿Te imaginabas acariciándome?

Moonbyul notó que el pulgar de Yongsun subía por entre sus pechos y apenas pudo reprimir un gemido.

—¿Te lo imaginabas, Byul?

—¡Sí!

Yongsun se acercó aún más, y sus muslos se rozaron. La mano de Yongsun temblaba mientras seguía ascendiendo por entre los pechos de Byul y más arriba, acariciando suavemente con el pulgar el agitado pulso que latía en el cuello de su compañera.

—¿Pensabas también que yo te acariciaría a ti? —susurró Yongsun.

—¡Yongsun...!

—Responde, ¿lo pensabas, Byul?

Tras el telon de pino [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora