Moonbyul giró hacia la calle que la llevaría hasta la Primera Iglesia Baptista de Bucheon. Pudo verla por entre los árboles, justo encima de la colina, dominando como siempre el pueblo, vigilando a los vecinos mientras se afanaban en sus quehaceres diarios. El hermano Taegon disfrutaba de las mejores vistas de la ciudad, allí sentado juzgando a la gente. Oh, recordaba muy bien sus sermones dominicales. Había vivido aterrada por él: aquel hombre parecía saberlo todo de todo el mundo. Y cuando su madre la había conducido hasta allí, confesándole que su hija era una pecadora, Moonbyul había estado a punto de retractarse de todo, tan sólo por no tener que sentarse allí, frente a él, y escuchar sus palabras.
Y sin embargo al final no lo hizo. No pudo. De hecho le dijo que se fuese a la mierda. Estaba casi segura de que había sido el hermano Taegon quien sugirió lo del autobús a Busan.
Estacionó su automóvil lejos de los demás, intentando darse algo de tiempo para prepararse. Debería haber quedado con Yang Mi y Chang para encontrarse con ellos en algún lado. Lo último que deseaba era entrar sola en la iglesia, imaginándose que todos los ojos se clavaban en ella. Sin embargo, su ansiedad se mitigó ligeramente al distinguir dos rostros familiares que caminaban por la acera. Salió rápidamente del coche y se apresuró a alcanzarlos.
—¡Hola, chicas!
—¡La hostia!
Moonbyul sonrió.
—¿Qué pasa?
—No te ofendas, Byul, pero verte con falda y maquillada es como ver a mi padre en bragas y sujetador —se burló Yong Hee.
Yongsun se tapó la boca con la mano para disimular la risa, pero sus hombros se estremecieron.
—Muy simpática. Había olvidado tu malvado sentido del humor, Yong Hee.
—Pero estás muy guapa, ¿verdad, Yongsun?
—Adorable —contestó Yongsun, rozando el brazo de Moonbyul —. ¿Dónde piensas sentarte?
—Supongo que con Yang Mi y Chang. ¿Queréis acompañarme, chicas?
—No me lo perdería por nada del mundo. ¿Te imaginas los comentarios que habrá en el café el lunes por la mañana?
—¡Yong Hee!
—No pasa nada; seguramente tiene razón. Además, no me vendría mal tener cerca algún rostro amigo —admitió Moonbyul.
—¿Estás segura de que estaremos a salvo si entramos contigo? —preguntó Yongsun—. Lo digo por los rayos y las centellas.
—Ah, veo que ambas os habéis levantado muy chistosas. Pero sí, creo que estaréis a salvo.
Las tres ascendieron por la larga escalera de piedra hasta la puerta principal de la Primera Iglesia Baptista, sin que Moonbyul hiciese el menor caso a las miradas curiosas que les dirigían.
—Me temo que tu buena reputación se ha ido al carajo —susurró a Yongsun.
—La verdad es que no suelo venir mucho a la iglesia, Byul.
—¿No? ¿Por qué?
Yongsun se encogió de hombros.
—Es una larga historia.
—Parece que tienes varias largas historias que contarme. Me pregunto si tendremos tiempo suficiente.
—Por cierto, ¿cuánto tiempo piensas quedarte? —quiso saber Yong Hee.
—Hasta mediados de semana. En realidad, todavía no lo he decidido. Claro que para entonces tal vez Yang Mi esté cansada ya de tener invitados. Puede que eche un vistazo al nuevo motel del que me habló.
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Tras el telon de pino [Moonsun]
FanficUna romántica historia llena de sensualidad en la que Moonbyul se encuentra ante un dilema: volver a entrar de nuevo en el armario o recuperar la libertad que le ofrecía su vida en Busan. Pero también Yongsun deberá tomar importantes decisiones con...