Yongsun se quedó parada ante el microondas, viendo cómo daba vueltas la bolsa de palomitas y preguntándose por enésima vez dónde se habría metido Byul. Se había ido de casa antes de las diez, sin apenas despedirse. Echó un vistazo al reloj e intentó no preocuparse. Eran casi las cuatro. Seguramente habría llamado si estuviese en apuros.
Pero no lo estaba, eso ya lo sabía. Lo más probable era que Byul la estuviese evitando, evitando la situación creada y el posible conflicto, igual que había hecho en el instituto.
—¡Maldita testaruda! —susurró.
Ojalá hubiese mantenido la boca cerrada, la noche anterior; sin embargo, la expresión que pudo ver en los ojos de Byul, el anhelo que vio en ellos, estuvo a punto de romperle el corazón, y deseaba hablar con ella sobre el tema, averiguar qué era lo que le rondaba por la cabeza.
Y a la vez también temía eso que le rondaba por la cabeza a su amiga. Una cosa era darse cuenta de que la atracción que había sentido entonces por Byul era más que amistad y que bordeaba... ¿bordeaba? la atracción sexual, y otra muy distinta era verbalizar como adulta esos sentimientos, darles rienda suelta. Yongsun se aferró a la encimera de la cocina y cerró los ojos. Y si Byul pensaba lo mismo, ¿qué sucedería? ¿Saldría a la luz de repente algo que debería haber sido discutido quince años atrás? ¿Sucedería de pronto algo que debería haber sucedido entonces?
El pitido del microondas la sacó de sus meditaciones. Abrió la puerta y sujetó con cuidado el borde de la bolsa. Vertió las ardientes palomitas en dos cuencos y los llevó hasta la sala. Yesol y Taeyang estaban en el suelo, con la mirada fija en la televisión. Yongsun se lo había permitido, porque Yong Hee no solía dejar que los niños la viesen. Al tener Yesol casi siete años y ser Taeyang sólo trece meses más joven, sus gustos eran casi idénticos. Yongsun echó un vistazo al montón de películas Disney que había alquilado, esperando que les durasen toda la noche.
—Aquí tenéis, palomitas.
No consiguió más que un «gracias, tía Yongsun» de Yesol. Taeyang tomó su cuenco sin decir palabra ni despegar los ojos de la pantalla.
Normalmente se habría sentado en el sofá y leería mientras ellos veían las películas, pero no conseguía relajarse. Como Byul no apareciese pronto, se vería obligada a llamarla al móvil, algo que no deseaba hacer.
** *
Moonbyul condujo lentamente, dando largos rodeos por las calles de la ciudad. Le costaba regresar a casa de Yongsun, y por eso había permanecido fuera tanto tiempo como pudo.
Había estado en el aserradero, sólo por ver la actividad que había allí los sábados. También llegó a ir hasta la Poza Azul, en un arranque, recordando la época en que Yongsun y ella se aventuraron a ir a nadar a aquel lugar prohibido. Era una antigua cantera de caliza que ahora estaba completamente vallada. En los viejos tiempos, aquella agua de un azul purísimo parecía llamarlas en las ardientes noches de verano. Nadie se atrevía a intentar penetrar en la propiedad durante el día, pero, por la noche, los chicos solían dejar el coche en el viejo camino de tierra y hacer autoestop para cubrir el kilómetro escaso que quedaba hasta la poza. El agua estaba límpida y fría. Y también muy profunda: era raro el verano que no se ahogaba nadie en la Poza Azul.
Ahora regresaba, cruzando Bucheon aquel día de finales de primavera, anormalmente cálido. Sin embargo, disfrutaba de aquella temperatura. En Busan, abril seguía siendo un mes muy húmedo, frío y neblinoso. Tenía que admitir que echaba de menos las flores y el verdor de East Gyeonggi.
La casa de Yongsun apareció ante su vista, y Moonbyul notó que un nerviosismo adolescente se apoderaba de ella. Quince años atrás no estaba preparada para hablarle a Yongsun de aquello, y ahora desde luego que tampoco. Sin embargo, desde la noche anterior, cuando admitió haber estado celosa de Henry, celosa de que él besase a Yongsun... después de que Yongsun admitiese que había tenido celos de Minho, ya no había otra alternativa que hablar de ello. Y Moonbyul pensaba comportarse esta vez como una adulta. Se había acabado lo de esconderse.
ESTÁS LEYENDO
Tras el telon de pino [Moonsun]
FanfictionUna romántica historia llena de sensualidad en la que Moonbyul se encuentra ante un dilema: volver a entrar de nuevo en el armario o recuperar la libertad que le ofrecía su vida en Busan. Pero también Yongsun deberá tomar importantes decisiones con...