Mis padres toda la vida me habían inculcado la iglesia como un ejemplo a seguir, pero no creí que podría ser más valioso para ellos Dios que su propia hija, incluso dijeron que ardería en el infierno.
Habían pasado varios meses desde que Alexa y yo éramos amigas, casi no me hablaba y lo agradecía, después de todo, era raro andar por un tiempo y luego ya no.
Era fin de semana. Hacía mucho calor y estaba aburrida.
Mi celular sonó.
-¿Bueno?
-Hola Eli, soy Zuri, espero no haberte interrumpido en algo.
-Tranquila, no estaba haciendo nada.
-Genial, oye, ¿tienes algún plan para al rato?
-No. ¿Por?
-Quisiera invitarte al acuario, no sé si te gustaría ir.
-¿Acuario? Nunca he ido, me parece bien.
-¿En serio? Paso por ti en dos horas, ¿te parece?
-Sí.
-Nos vemos.
Colgó.
¡Qué me pongo? Tranquilízate Elisa, solo es una cita. ¡Una cita?
∆∆∆
Después de ver toda mi ropa (crear un desastre en mi cama) pude elegir qué ponerme.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Escuché el claxon. Agarré mis llaves y salí corriendo.
-¿Lista?
Volteé a verla. Casi babeo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Está hermosa!
-Sí.
Empezó a conducir.
-Por cierto, te ves muy bonita.
-Te-te ves bonita también.
-Gracias.
∆∆∆
Al llegar había varios que voltearon a ver a Zuri. Hice una mueca.
>>Vamos, no quiero llegar tarde.
Agarró mi mano. Me sonrojé.
Unas monjas al vernos se percinaron. Reí bajo.
Realmente me sorprendí cuando vi a los peces.
¿De esto me perdí?
>>Me alegra que te guste.
Sonreí tímidamente.
-Lo-lo siento, es la primera vez que vengo a un acuario.
-No importa, está bien que te guste... Yo venía aquí de niña cada vez que mis padres peleaban.