19._ Criminal

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A la pista del Aeropuerto Internacional Narita arribó un jet privado de color blanco, y al menos dos docenas de guardaespaldas se esforzaban por mantener a los inquietos reporteros alejados de la nave, tratando de crear el perímetro necesario para que las personas a bordo desembarcaran lo más tranquilos posibles, después de todo, ellos trabajaban para la importante pareja dueña de aquel transporte.

Pero, fue la llegada de una limosina lo que desvió la atención de los insistentes reporteros, la puerta trasera del vehículo fue abierta por el chofer del mismo, permitiéndole al castaño y atractivo: Harlequin Fairy bajar de su transporte resguardado por tres guardaespaldas que parecían gorilas.

Los reporteros se abalanzaron sobre el castaño, haciéndole cientos de preguntas sobre su compañía o vida personal, poniendo especial atención en los últimos rumores del aparente romance con Diane Megadozer. Mientras los reporteros incomodaban a King, el jet fue preparado para el desembarque, rompiendo el sello presurizado que trababa la puerta.

De la aeronave bajaron dos adultos, una mujer bajita de cabellos castaño claro y un hombre alto de ojos y cabellos dorados. El hombre ayudó a la dama a bajar las estrechas escaleras del avión, fue en ese momento que King alzó la mirada conectándola con la de los adultos, alertando a los reporteros del desembarque de la pareja.

Los guardaespaldas de King abrieron paso entre la multitud, para permitirle acercarse a los recién llegados, una vez frente a frente, los tres sonrieron.

-Bienvenidos de vuelta, mamá, papá -saludó el castaño.

-Estamos de regreso, hijo -devolvió el saludo el hombre rubio.

-¡Saluda a tu madre como es debido, Harlequin Fairy! -regañó la mujer.

-Lo siento mamá -expresó con una sonrisa, antes de abrazar fuertemente a su madre.

La familia Fairy evitó a los reporteros y sus preguntas insidiosas como una plaga, siendo cuidados por sus empleados hasta que abordaron la limosina y partieron de regreso a su hogar.

En las noticias de la tarde el gran tema de conversación en materia de espectáculos fue el repentino arribo de Dahlia y Edward Fairy a Japón, aun cuando la semana de la moda de Milán estaba tan cerca, porque los Fairy eran los propietarios de la mayor casa de modas japonesa: Pixies Couture, y esa inesperada eventualidad era lo causaba tanto revuelo entre los reporteros de farándula.

Más tarde, King y sus padres almorzaban en la intimidad de su hogar, compartiendo una amena conversación empresarial, todo marchaba a la perfección hasta que Dahlia optó por indagar sobre temas más personales:

-Entonces, King... -murmuró la mujer- ¿Qué tienes para decirme de Diane? -cuestionó de golpe y con la delicadeza de un martillo mecánico.

-¡Mamá! -exclamó King una vez que superó su breve ahogamiento con el vino que bebía antes de la pregunta de su madre.

-Mejor respóndele, hijo -advirtió Edward llevándose un nuevo bocado de ensalada a la boca.

-¿Q-qué quieres saber? -preguntó el menor- Sí ya te conté todo por teléfono.

King y Dahlia tenían el tipo de relación madre e hijo que se asemejaba más a una íntima amistad, y por ello solo pasaron un par de días desde que el menor inició su relación con Diane hasta que se lo contó a su madre, casi con total lujo en detalles. Aliviando así a la preocupada madre; a quien la anterior novia de su hijo, Gerarde, no le caía bien; al contrario, la detestaba de tal manera que planeó aprender magia vudú para separar a su hijo de aquella que ,a su parecer, era una cazafortunas.

-¿Cuándo se casan? -preguntó animada y con una resplandeciente sonrisa.

Y King volvió a escupir el vino que intentaba beber para aparentar tranquilidad ante su progenitora.

Decadence ♥Melizabeth♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora