TYSON CUSIC.Llegó lunes, tenía que ir sí o sí a la secundaria, los primeros exámenes del segundo trimestre comienzan justamente hoy.
¿Estudie?
No.
¿Voy a reprobar?
No.
Que sea soso no significa que sea tarado, él Tyson inteligente aún no ha muerto, basta con solo poner atención y unos pocos apuntes y ¡Zaz! Apruebas cagado de risa, bueno, al menos yo.
Mi padre estacionó el auto, agarré mi mochila y abrí la puerta, respiré hondo y poco a poco solté el aire acumulado, cerré mis párpados por unos segundos, preparándome mentalmente para hacerme él de los oídos sordos ante los rumores que se me van a venir encima apenas ponga un pie dentro de la secundaria.
Mi padre se despidió no sin antes abrir su billetera y ofrecerme algo de dinero que gustosamente tomé.
—Nos vemos.—Me despedí, saliendo del auto, acomodando la mochila sobre mis hombros.
Escuché como el auto se alejaba, chasquee la lengua y a pasos lentos me adentre a la secundaria. Miradas, cuchicheos, risas burlonas, cosas que se viven en este bello palacio para jóvenes hormonales. A lo lejos divisé a Stella, quien se encontraba sentada con las piernas cruzadas, sobre el césped junto a su hermano Geovanni, ella alzó la mirada y da la casualidad de toparse con la mía, rápidamente se puso de pie e hizo una seña, desvié la mirada hacía al frente. No tengo ánimos para absolutamente nada. Escuché como llamaba mi nombre pero le reste importancia.
Llené mis pulmones de aire y continué avanzando, metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón, miré hacia todos lados en busca de Derek, no logré verlo. A pasos lentos caminé hacia el pasillo de matemática, saqué mi mano derecha y coloqué mi dedo índice sobre el detector de huellas para confirmar mi asistencia, el aparato no reconoció mi huella, frustrado pasé mi dedo por mi pantalón y nuevamente lo volví a a colocar, en ese momento sentí que alguien me observaba, miré hacia mi lado izquierdo y para mi sorpresa Derek estaba recostado sobre la pared, mirándome con detenida atención.
—¿Ya acabaste?—Preguntó una chica que se encontraba detrás de mi, esperando su turno, quité mi dedo del aparato y me aparte— Gracias.
Caminé hacia Derek, mientras me acercaba pude notar un pequeño hematoma en la comisura derecha de su labio, arrugue mi frente ya que yo también cargó con el hematoma de la cachetada de Jyle.
—¿Qué te pasó?—Señalé con mi dedo índice su labio.
—¿Qué te pasó a ti?—Cuestionó, con el entrecejo arrugado.
De repente los estudiantes caminaban un lado a otro, con prisa, saqué mi teléfono para ver la hora.
—¡Demonios! Nos vemos en el almuerzo.
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Porque Maté A Alguien Por Ti ©
Teen FictionAmar puede ser la salvación y a la misma vez la perdición. TODA COPIA o ADAPTACION será DENUNCIADA POR DERECHOS DE AUTOR.